Donald Trump |
En el último año hablar del “fin del ciclo progresista” se
había convertido en una moda en América Latina. Uno de los supuestos de tan
temeraria como infundada tesis, cuyos contenidos hemos discutido en otra parte,
era la continuidad de las políticas de libre cambio y de globalización
comercial impulsadas por Washington desde los tiempos de Bill Clinton y que sus
cultores pensaban serían continuadas por su esposa Hillary para otorgar
sustento a las tentativas de recomposición neoliberal en curso en Argentina y
Brasil1. Pero enfrentados al tsunami Donald Trump se miran desconcertados y muy
pocos, tanto aquí como en Estados Unidos, logran comprender lo sucedido.
Cayeron en las trampas de las encuestas que fracasaron en Inglaterra con el
Brexit, en Colombia con el No, en España con Podemos y ahora en Estados Unidos
al pronosticar unánimemente el triunfo de la candidata del partido Demócrata.