“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/6/09

¡Qué almuerzo! Frijoles con paticas de cochino

Agradecemos la cooperación de nuestra amiga Isbelia Torres, especialista en la confección de este plato, quien lo preparó siguiendo los usos y costumbres de Yaguaraparo, pueblo pesquero del estado Sucre, en el oriente venezolano
“Si usted quiere que su muchacho hable más rápido, corra más rápido, batee más inteligente, déle frijol, compadre, pero frijol del bueno, frijol venezolano”  / Hugo Chávez
Omar Montilla 
Siguiendo el consejo, en mi casa pusieron manos a la obra para preparar el frijol, de acuerdo a la tradicional forma de prepararlo en Venezuela: Antes de cocer las semillas de frijol deben lavarse con agua corriente para eliminar tierra y hojas secas. Después hay que ponerlas a remojar, antes de cocinarlos, durante no menos 6 horas (mi tía Rosalía (Qepd) dejaba reposar los frijoles en agua toda la noche), ya que así se mejora la textura y se facilita la digestión. Por cada kilogramo que se prepare, puede agregarse una cucharadita de bicarbonato de sodio, a fin de que el calor no reblandezca excesivamente las semillas. La cocción puede realizarse en olla de presión (30 minutos después de que sale vapor a través de la válvula de la tapa) o en recipientes de peltre o barro (aproximadamente 4 horas), siempre con abundante cantidad de agua. Las paticas de cerdo, cochino, marrano o puerco (escoja usted) se ponen a cocinar aparte, y cuando estén listas, se le agregan a la olla donde estemos preparando los frijoles. Una vez concluido este proceso puede incluirse la sal (hacerlo antes puede endurecer al frijol) y el sofrito, preparado a base cebolla, pimentón, ají dulce, ajos, cilantro, onoto o achote y sal al gusto, tal como lo hizo la señora Isbelia Torres.

Siguen los atropellos contra el pueblo de Choroní

Esta es Playa Grande, una de las playas de Choroní


Omar Montilla

Ya uno no sabe qué hacer. Cuando no es una cosa es otra. Cada vez que algún “funcionario” del gobierno interviene en Choroní lo hace con la prepotencia que caracterizaban a los de la IV República. La situación de Playa Grande en Choroní la hemos denunciado en muchas oportunidades, oyendo siempre el clamor de los habitantes de ese pueblo. Ahora hago pública, tal como la recibí, la carta de Eloísa Fuenmayor, quien manifiesta su preocupación por lo que está pasando:

“Le escribo sumamente preocupada por lo que está pasando en estos momentos en Choroní. Yo salgo mañana de viaje para el sur de Bolívar en una salida de campo por 10 días, regreso el 23 de junio, de ahi que me sienta peor porque no se qué pueda suceder.
Mi mamá me llamó ayer en la noche sumamente preocupada y muy angustiada porque ayer funcionarios del Ministerio de Turismo, llamados Carlos Morocaima y Piter Arangola, presentaron ante un grupo de personas reunidas en el Terminal de Pasajeros de Choroní, una propuesta con "fines turísiticos" dentro de la Hacienda Playa Grande. En dicha propuesta se realizan construcciones tanto en la playa como en el resto de la hacienda, del tipo restaurantes (3 restaurantes repartidos a lo largo de toda la playa), caminerías, estacionamiento para 500 carros, zonas de carpas, baños, viviendas de dos pisos con comercios, comercios en la orilla de la carretera y en las montañas, canchas de tenis, depósitos de basura, depósitos para máquinas, contenedores, etc. En la propuesta no hay estadio sino comercios y dijeron que de hacer el estadio "no lo haremos con Miguel Acosta", quien es el arquitecto que lleva a cabo el Complejo Cultural y Deportivo.
Estamos muy conmovidos, asombrados y angustiados todos porque esta propuesta viola las leyes ambientales, la ley de zonas costeras, el derecho a cultivar una hacienda de cacao que data la época de la colonia y que además ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación, por el Instituto de Patrimonio Cultural, por ser un bien de interés histórico, arquitectónico, paisajístico y arqueológico.
Siempre hemos tenido el apoyo del Ministerio del Ambiente para detener los innumerables atropellos que hemos sufrido en los 70 años que tenemos cultivando y protegiendo a la hacienda. Estamos sorprendidos porque los funcionarios dijeron que este proyecto está aprobado por el Ministerio del Ambiente. Mi mamá habló esta mañana con el Viceministro de Conservación Ambiental, Dr. Jesús Alexander Cegarra, y él le dijo que el lunes procedería con el caso, pues está sorprendido con lo que está pasando.
Creemos que se trata de una componenda en la que quieren urbanizar Playa Grande, hacer grandes negocios, ya que en esta reunión no estaba presente el pueblo de Choroní, ya que estamos en fiestas de Corpus Christi y las personas están en Chuao participando de los Diablos Danzantes.
En dicha reunión estaba presente el Alcalde Pedro Bastidas con quien mi mamá previamente tuvo una reunión con él, el domingo 7 de junio, y se mostró en total acuerdo con nuestra postura y filosofía: continuar preservando Playa Grande, cultivando el cacao y resembrando la bahía. El Alcalde también está preocupado por esta propuesta, porque además los funcionarios dijeron que comenzarían a trabajar de inmediato ya que sino el dinero disponible les sería retirado.
Pensamos que se trata de urbanizar con fines comerciales a una hacienda que data del siglo XVII. La única bahía de toda Venezuela que no ha sido construida, al parecer ese es nuestro único pecado: conservar las áreas naturales sin permitir que el concreto nos destruya.
Estamos tratando de conseguir una cita con el Ministro de Turismo, Pedro Morejón para mostrale nuestros planteamientos, nuestras posturas, nuestra manera de ver a Choroní y que de esta manera no se resuelven los problemas sino que acaban con un pueblo, con una playa y con una hacienda de cacao.
Como le digo, yo salgo mañana de viaje y me llevo este problema tan grave en la cabeza, no se qué pueda pasar en 10 días, con qué me encontraré a la vuelta. Me parece sumamente grave lo que está ocurriendo, porque una cosa son los rumores y otra es que lo hagan público.
Bueno, a ver qué podemos hacer para detener este desastre. Creo que hacerlo público, a los medios, ayudaría a presionar para detener este desastre. Saludos, Eloísa.

10/6/09

Un héroe y mártir llamado “El León del Desierto”

Muammar Gadafi, a su llegada al aepuerto militar,de Ciampino, en Roma. En su pecho se puede observar la foto en blanco y negro del héroe y mártir Omar al Mukhtar 


Omar Montilla

Muammar Gaddafi de visita en Italia, fue recibido por el Presidente del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi. La curiosidad era que portaba en su pecho una foto en blanco y negro, que llamó la atención. Inmediatamente fue calificado este gesto como una provocación, porque recordaba los momentos más crueles de la ocupación italiana de su país, Libia. Tampoco pasó desapercibido el lento, pero muy lento descenso del avión, mientras Berlusconi esperaba. Otro detalle fue que Muammar Gaddafi se hizo acompañar de un anciano, que vestía su ropaje tradicional, a quien atendía con particular deferencia: se trataba de Mohammad al Mukhtar, ya octogenario, quien permaneció junto a él durante el saludo a las autoridades italianas que esperaban su llegada en el aeropuerto militar de Ciampino, al sur de Roma. El anciano es una persona que goza de particular afecto en Libia, pues es hijo de un héroe nacional que combatió a los italianos mientras ocupaban Libia.
El héroe en referencia es Omar al Mukhtar (1862-1931) a quien llamaban “El león del desierto”, y fue el líder de la resistencia del pueblo libio contra el invasor. La foto muestra el momento en que fue arrestando y encadenado por los italianos, el 11 de septiembre de 1.931 y condenado a muerte dos días más tarde por orden del "Duce", Benito Mussolini, quien había enviado a los jueces una carta en la que les animaba a una "ineludible condena" del patriota: fue ahorcado al día siguiente.

Esta es la foto en la que aparece encadenado Omar al Mukhtar, luego de su captura por los italianos en 1931
Aunque poco conocido del gran público, las hazañas de Omar al Mukhtar han tenido amplia repercusión y dieron origen a una película titulada “El León del Desierto” (1991), dirigida por Moustapha Akkad. Sin ser realmente una obra maestra del cine, la película logra su objetivo, que es el de transmitir las desgracias que trae la ocupación de un país por una potencia extranjera. Además de la bella historia que cuenta, “El León del Desierto” fue protagonizada por el extraordinario actor Anthony Quinn. Otro detalle importante es que el héroe de la película realmente existió, no fue una invención de Hollywood.
El maestro de escuela Omar al Mukhtar, héroe y martir del pueblo libio en su lucha contra la ocupación de su Patria por los invasores italianos

La historia del colonialismo italiano en Libia, en comparación con otras potencias europeas en África, fue breve, pero no menos sangrienta y comienza con el arribo en octubre de 1911, de un acorazado italiano a las costas de la ciudad de Trípoli, con la intención de quedarse. Los italianos hicieron un llamado a los militares turcos, que entonces ocupaban a Libia, de entregar la ciudad, o esta sería destruida. Los turcos abandonaron la ciudad, pero los italianos atacaron de todos modos, bombardeándola sin clemencia durante tres días. Este hecho marca el comienzo de una serie de acciones entre los ocupantes italianos y los “muyajedines”, que es la palabra árabe para designar a los luchadores por la libertad. En 1912, en la ciudad de Barga, Omar al Mukhtar organizaba el movimiento y se propusieron las estrategias para dar luz a la resistencia contra el invasor. Omar al Mukhtar era maestro de escuela, un educador y como tal también fue un maestro estratega de las tácticas de guerrilla en el desierto, pues conocía muy bien a su país y estaba consciente que los italianos no estaban acostumbrados a la geografía que tenían por delante.
Comenzando con pocos hombres Omar al Mukhtar llegó a constituir pequeños grupos móviles de combate, que dieron excelentes resultados y notable éxito en los enfrentamientos con los italianos, a cuyas tropas atacó, les hizo emboscadas, cortó las líneas de suministro y de comunicaciones, dejándolos avergonzados ante la decisión y el coraje de pocos combatientes. Omar al Mukhtar era un discípulo de los senusis, quienes habían constituido una orden secreta de ascetas islámicos y para su época ya habían perfeccionado una variante del Islam que tuvo mucha repercusión en ese país, sobretodo en el Este, donde ejercían una especie de apostolado ofreciendo acceso a escuelas, a pozos de agua, etc.. Mukhtar acosó a las fuerzas italianas con su pequeña banda de guerrilleros, pero finalmente fue capturado y ahorcado.
Hay una lección que nos deja la vida y la muerte de Omar al Mukhtar: sólo fue vencido cuando el enemigo penetró e infiltró las redes de combatientes.

3/6/09

¿Por qué los EEUU están en recesión económica?

Omar Montilla

El despertador (hecho en Vietnam) hizo levantarse temprano a un ciudadano que denominaríamos típico y pro-medio-alto en el gran país del norte. Puso sus pies sobre la mullida alfombra de alpaca (hecha en Perú), mientras su cafetera eléctrica (hecha en Macao) estaba haciendo café (hecho en Brasil). Usó su máquina eléctrica de afeitar (hecha en Hong Kong), se puso una camisa (hecha en Sri Lanka), sus interiores (hechos en Singapur) y “blue jeans” de marca (hechos en India), se apretó el cinturón (hecho en Uruguay) y zapatos tenis (hechos en Seychelles).  

Después de desayunar, con jamón (hecho en España) y huevos preparados en una sartén eléctrica (hecha en Pakistán), se sentó con su calculadora (hecha en Islas Salomón) para ver cuánto podía gastar ese día.  Se despidió de su esposa (nacida en Bolivia, pero cuyos padres son oriundos de Eslovaquia), chequeó su reloj (hecho en Taiwán) entró en su carro (hecho en Corea del Sur) lo abasteció con gasolina (refinada por Citgo con petróleo de Venezuela) y continuó su búsqueda de trabajo. Almorzó un bisctec de ternera (importada de Argentina), rechazando la oferta de cordero (importado de Nueva Zelanda) y unas frutas (importadas de Chile).

El problema fundamental es que su casa tiene una hipoteca con el Lehman Bros. y sus papeles están en fideicomiso en otros bancos quebrados (en Islandia y en Bélgica) y el dinero ahorrado en toda su vida lo tenía, una parte en el Stanford Bank (en Antigua) y otro con Madoff Investiment (en Islas Caimán). Lo poquito que le quedó era porque lo tenía depositado en otro banco (en el principado de Liechtenstein), que ante las circunstancias tendrá que pasarlos a otro país (le han recomendado a Luxemburgo), porque donde pudiera estar más “seguro” su dinero (en Suiza o en Mónaco), en vez de cobrar, tiene que pagar intereses. ¿Qué tal otro país? (pudiera ser Andorra).

Sólo le consuela que hay otros países con más desempleo (como Polonia y Grecia), o que tienen unas economías al borde del abismo (Ucrania, Letonia, Lituania y Estonia). ¿Quién los mandaría a seguir las recetas neoliberales del Imperio, de su país? Y pensar que su país no puede contar con quienes tienen las más grandes reservas de dólares (como son Rusia y China), porque son sus enemigos estratégicos. Otros gobiernos de países “aliados”, ¿para qué? se pregunta (entre ellos Alemania, Japón, Francia y Gran Bretaña), se han hecho los “paisas”, argumentando que ellos tienen también muchos problemas. De Berlusconi (en Italia) ni hablar, porque está muy entretenido con los problemas que a sus 72 años tiene con carajitas menores de edad.

Cae la tarde y con ella el día, que fue difícil y nada prometedor. Nuestro amigo se sienta frente a su computadora (hecha en Malasia), luego de lo cual decidió descansar un rato en su cama (hecha en Filipinas), apenas cubierto por una sábana (hecha en Surinam con algodón de Egipto). Se levantó y se puso sus sandalias (hechas en Madagascar), se sirvió un vaso de vino (hecho en Portugal), se puso su suéter favorito (hecho en Cachemira), encendió un puro, obtenido de contrabando (hecho en Cuba), que los prefiere a los otros que posee (hechos en República Dominicana y Honduras). Apagó la radio (hecha en Tailandia)  y encendió un rato su TV (hecho en India). Sacó de la nevera (hecha en El Salvador) un cambur (importado de Ecuador) pensó en las vacaciones frustradas que debería disfrutar (en Panamá). Mientras colocaba un CD (hecho en Turquía) en su tocadiscos (hecho en Marruecos) encendió su lámpara (hecha en Belice pero comprada durante unas vacaciones en Guatemala). De ser posible, viajaría por una línea aérea económica (posiblemente la de Costa Rica).

Respondió al celular (hecho en Finlandia), era una llamada de un amigo que trabajaba en el servicio exterior (en Etiopía) y le indicó que había una plaza para trabajar como guardia (en Zimbabue o Botswana). Recordó los atentados contra unas embajadas (en el Líbano y en Tanzania), de los que se salvó porque había sido trasladado a otro país (Sudán). Entonces, sentado en su sofá (hecho en Bahamas), se preguntó ¿por qué no podía encontrar un buen empleo? (en los Estados Unidos). No concebía tener que pasar por la vergüenza de emigrar (a Canadá o Australia) o tener que suicidarse con su pistola (hecha en Israel). Se niega a combatir el estrés consumiendo drogas, que están disponibles en todas las calles de su país, tales como: marihuana (de México), opio (de Birmania) o cocaína (de Colombia). Tampoco quiere servir como “contratista civil” (en Irak o Afganistán) o trabajar en un carguero (con matrícula de Liberia) que pudiera exponerlo a ser secuestrado  por piratas (en Somalia).

¡Se me olvidaba explicar lo de la recesión! Pero será en otra oportunidad porque nuestro amigo dijo que lo que estaba pasando era inexplicable, algo inefable para su propio país y el no podía explicar algo, que según él, no tiene explicación. Menos la derrota diplomática sufrida por su país en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde tuvo que tragar muy fuerte de su amarga medicina y la humillación que le produjo un pequeño país (como Corea del Norte), que hizo explotar en sus propias narices una bomba atómica y lanzó varios misiles de corto y largo alcance.

Pero la esperanza es lo último que se pierde (como su empleo) y ahora, este ciudadano de una gran potencia mundial y hegemónica, la deposita (como sus ahorros) en su presidente (nacido en Hawai, pero hecho por alguien de Kenia y educado en Indonesia).

31/5/09

Todo le sale muy mal a ToyoVisión

Feliciano Carvallo [Venezuela]
"La mujer y la patilla"
 
Omar Montilla

Resultado de la marcha: Para la conmemoración o celebración, según el gusto, del segundo aniversario del fin de la concesión de RCTV y la salida al aire de TVES, el partido ToyoVisión preparó, organizó, motorizó, financió, aupó una ultraextrasupermegamarcha para demostrarle al rrrrrrrrégimen cuán fuertes se encontraban en la opinión pública. Por supuesto que la marcha eventualmente serviría para pulsar los ánimos de la oposición para continuar las recetas que vienen en el plan conspirativo en marcha para derrocar, por los medios que sean, al presidente Chávez y acabar de una vez por todas con este proceso de cambios que vive Venezuela. El resultado no podía ser más elocuente. Fracaso total. Había más policías, de uniforme y de paisano cuidando la marcha que participantes en la misma. Fue tan lastimoso el desfile que ni siquiera Mario Silva se molestó en comentarla en su programa “La Hojilla”.

Carros acaparados: Para más vaina, como decimos aquí, la policía descubrió un lote de vehículos de gran cilindrada, muy lujosos ellos, que se encontraban “enconchados” en una de las mansiones del señor Guillermo Zuloaga, miembro de una familia que durante varias décadas se ha dedicado a esquilmar al pueblo venezolano. Guillermo Zuloaga es presidente de la junta directiva de un canal de TV que ahora llaman ToyoVisión.

Resulta ser que los carros, adquiridos con dólares preferenciales, los mismos que se deberían destinar para importar los insumos fundamentales para el desarrollo industrial de Venezuela y para alimentos de la cesta básica que no se producen en Venezuela, se encontraban allí para ser “engordados” y ser vendidos por sumas muy superiores al precio del mercado. Para ello se valían de prácticas mafiosas, al margen de la ley, haciendo traspasos dentro del mismo círculo delictivo, para vender los carros como “usados”.  Ahora esos autos lujosos han sido incautados, cursa un proceso legal ante la Fiscalía General de la Nación, y el grupo mafioso que controla el ambiente político, mediático y empresarial de Venezuela, ha quedado en evidencia como lo que es: una pandilla de delincuentes que quieren socavar la institucionalidad del país.

Congreso de intelectuales: Una ONG llamada CEDICE, con dólares provistos por la NED y por la USAID, fachadas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para la conspiración en el continente, patrocinó un congreso, o asamblea o reunión de un grupo de carcamales de la política como Mario Vargas Llosa, su hijito [1] y otros de su misma calaña, con el objeto de demostrarle al mundo que en Venezuela no existía la libertad de expresión y que íbamos rumbo al comunismo. Para llevar a cabo sus deliberaciones en un lujoso hotel de Caracas, se encerraron varios días para discutir sobre las “desgracias” de Venezuela. Prácticamente no se permitió el acceso a los medios públicos y alternativos, y las ruedas de prensa eran unidireccionales, pues no se permitían las preguntas.

Como dice el refrán: “Vinieron por lana y salieron trasquilados”. No sólo no lograron su objetivo fundamental, sino que quedaron al descubierto al no aceptar debatir con los intelectuales revolucionarios que casualmente se encontraban en Caracas para discutir sobre temas similares. Hasta se les ofreció el espacio del programa “Aló Presidente” para debatir.

Alberto Federico está escondido: Han pasado varios días y el locuaz Alberto Federico Ravell ha dicho esta boca es mía, mientras Zuloaga aguanta solito el chaparrón que se la venido encima.

Nota

[1] En una llamada telefónica hecha por el humorista venezolano Joselo al presidente Chávez, mientras éste transmitía su programa “Aló Presidente”, pidió que le dejaran por su cuenta a Alvarito Vargas. A esta hora no sabemos los resultados de la gestión.

24/5/09

Castigo para el mataperros de Maracay

Esta película debería haber sido protagonizada
por Rafael Infante (a) "El Mataperros"
 
Omar Montilla

Rafael Infante, decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela, será reconocido en el futuro por su afán en realizar una “limpieza étnica canina”, como fórmula mágica para resolver los problemas que supuestamente comportaba la creciente población de perros en los predios de esa Facultad y también en la vecina, la Facultad de Agronomía, razón por la cual se le conoce ahora con el apodo de “El Mataperros”.
Ante las amenazas de “El Mataperros”  la organización Ecofauna y un grupo de estudiantes de la Escuela de Veterinaria denunciaron con indignación que las “autoridades” actuando por instrucciones y por órdenes de la rectora Cecilia García, hicieron una emboscada a un gran número de perros utilizando lo que se conoce como "rifle sanitario", cuyo objetivo era nada más y nada menos que exterminar a los inocentes animales, como en efecto lo fueron, y que trajo como consecuencia el sacrificio de una gran cantidad de perros que frecuentaban los espacios universitarios en Maracay. El problema ahora no son los perros, sino que los estudiantes habían convenido con las “autoridades” que ellos mismos harían un operativo de vacunación, esterilización y búsqueda de padrinazgos para adopción como mascotas.

Sin tomar en cuenta las solicitudes de los estudiantes “El Mataperros” comenzó su labor como sanguinario sin control, al extremo que la población baja de manera abrupta, de más de 140 perros a unos 20, hecho que fue notado de inmediato. Una búsqueda en los alrededores dio como resultado que se encontraron con los restos de unos 30 animales, pero los desaparecidos son cerca de 100. 

No contento con esto, “El Mataperros” procedió a suspender por dos meses al dirigente estudiantil Carlos Mogollón, cursante del segundo año de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela (UCV), núcleo Maracay, luego de que este dirigiera una carta abierta a “El Mataperros”. La suspensión implica la pérdida del año por inasistencias. La carrera es anual. El procedimiento administrativo es muy simple: “El Mataperros” es “víctima”, fiscal acusador y juez, porque el abogado defensor no existe. La investigación “exhaustiva” fue la de cerciorarse si la carta la había escrito Mogollón, e inmediatamente vino la sanción.

Lo mas gracioso de “El Mataperros” es que no dio a Mogollón la oportunidad para que se defendiera. Mogollón sólo se limitó a escribir una carta abierta donde sólo le instaba a que saliera de las cuatro paredes en que estaba encerrado, que le diera la cara a los estudiantes, que explicara (si es que cabía alguna explicación) sobre la situación de los animales, que informara acerca del pésimo estado en que se encuentran los laboratorios de Veterinaria, en fin, que debatiera con los estudiantes.¿En qué país cree “El Mataperros” que está viviendo? Este hecho pudiera ser tomado a la ligera, pero es una evidencia muy clara de lo que está sucediendo en la Universidad Central de Venezuela y en otras Universidades Nacionales, donde el imperio de la Ley es letra muerta, donde las autoridades se saltan a la torera los procedimientos administrativos, donde hay una total impunidad ante las actuaciones de rectores, rectoras decanos, etc. Se sienten “autónomos”, pero no generan ni un centavo para la administración de las universidades, ni siquiera investigación útil. Demás está decir del derroche, malversación y peculado descarado en que incurren, sin que tengan control alguno.


Yo creo que estamos llegando a lo que llaman un “punto de inflexión”. Es hora que estos abusadores respondan por sus actos. Por lo que atañe a la Facultad de Ciencias Veterinarias, “El Mataperros” debe explicar qué destino le dio la centena de perros que están desaparecidos, y a los organismos que se encargan de la protección de los animales, deberían ya de haber actuado contra este sanguinario incontrolado que no tiene piedad de un perro. Como castigo deberían condenarlo de por vida a atender la Clínica Veterinaria, si es que todavía funciona. Quisiera presenciar el momento cuando “El Mataperros” mira los ojos de un pobre perro desvalido, antes de dispararle con el “rifle sanitario” y constatar la cara de satisfacción que pone mientras el pobre animal se retuerce de dolor, antes de morir.
Desgraciadamente me tengo que reservar las mejores palabras que tengo contra este desalmado criminal, a quien deseo de verdad, y para su escarmiento, que sea “servido” por un gran danés, debidamente anudado como Dios manda, y que sea arrastrado por los pasillos de la Universidad, ante la mirada de los deudos de los animales que mandó a matar.

23/5/09

Otro apoyo a la idea de la fabricación artesanal de cerveza

Rómulo Ledezma posee una pequeña fábrica de cerveza artesanal en la azotea de su casa. Así me lo hizo saber en esta carta:

Con mucho afán leí su artículo del 18 de Marzo de 2.009,  referido a la Cerveza Artesanal. Poca gente se ocupa del tema de la cerveza en nuestro país, y la posible intención que tiene el gobierno en comenzar a apoyar la idea de la producción artesanal de cervezas.  Si es así bienvenida su tesis.
Ello sería estupendo desde el punto de vista de la variedad de cervezas  que nos permitiera degustar, cervezas no solo de malta de cebada y con amargos de lúpulo, sino cervezas de otros cereales y con amargos provenientes de diferentes ramas y vegetales que por estas latitudes se consiguen como arroz picado.
 No soy tomador de cerveza, pero me llama mucho la atención los procesos que llevan su producción, espacialmente la fermentación de los mostos cerveceros, bien este es un verdadero arte, personalmente poseo una pequeña fábrica en la azotea de mi casa y allí solo puedo producir una cantidad limitada del elixir comentado.


Cuando quise, hace unos dos o tres años tratar de ver la actividad como una tarea para desarrollar, me acerqué al Ministerio de Ciencia y Tecnología y la respuesta fue contundente, No hay asistencia crediticia para este tipo de actividad.  La verdad no me sorprendí, debido a que se trataba de algo, que comparado con el trabajo en barro que presuntamente iban a desarrollar las redes de cooperativas, aquí en el municipio Linares Alcántara y en Maracay, por cierto muy cerca de su querida Choroní, entonces, comencé poco a poco a desarrollar lo que tanto tiempo me había llevado estudiando con cerveceros españoles y cerveceros argentinos, vía Internet,  y compré una parcelita en la cual algún día, si consigo apoyo del gobierno bien, y sino también, pero algún día tendré mi fabrica de cerveza artesanal, tal cual se puede ver y soñar y si acaso usted pudiese orientarme en cuanto a la consecución de apoyo técnico y/o financiero mucho sabría agradecerle y estimarle, dejando claro que al día de hoy con las herramientas que tenemos, es posible  producir la cerveza artesanal que nos libraría del monopolio degustativo en que nos tienen la Polar, la Brahma y la Regional.

Se puede coexistir, pero su pecado está en la monopolización del gusto.  Si se quiere la que mejor gusto tiene, a mi parecer, es la Regional, que su malta es como más tostada que las otras, tiene un ligero sabor que la caracteriza.

Con respecto a los compañeros que le han escrito, es cierto lo que sucede con la materia prima para la elaboración de la cerveza artesanal, por lo cual como le mencioné antes, es necesario comenzar a estudiar y probar en la producción de cerveza con nuevos productos que permitan un sabor que desarrolle la excelencia en el gusto de la población venezolana.

21/5/09

Una plaza, una historia, una vivencia

Plaza El Venezolano, al fondo la casa natal
del Libertador y el Museo Bolivariano
 
Omar Montilla

"Cuando lo extraordinario se vuelve cotidiano, hay la revolución": Che Guevara

La plaza de San Jacinto mejor conocida como  Plaza El Venezolano es uno de los lugares emblemáticos de nuestra Caracas. El nombre original se debe a que allí estuvo el convento de San Jacinto que en 1595 fue fundado por los frailes dominicos, 28 años después de la fundación de Santiago de León de Caracas. Una de sus esquinas tomó ese mismo nombre. Desde ese año existía la plaza como parte del convento, hecho que está documentado como tal en 1656. En 1660  los dominicos son obligados por las autoridades españolas a abandonar Venezuela, pasando la plaza a ser administrada por el gobierno provincial. Años después, en 1775 cambia de uso y se convierte en plaza de toros.

En 1803, de acuerdo con una idea sugerida por Alexander von Humboldt,  se colocó en la plaza un reloj de sol, que todavía está allí. En 1809 el ayuntamiento local decide convertir el área en un mercado. En 1828 el ayuntamiento transforma parte del terreno en su sede y otra en una cárcel pública. En 1812 queda destruida casi por completo la antigua edificación del Convento de San Jacinto quedando en pie solamente la torreta, que afortunadamente se puede apreciar en la actualidad. Este terremoto no sólo acabó con el convento, sino con casi toda la ciudad. Frente a esa plaza se encuentra la casa donde nació Simón Bolívar. Esa vecindad hizo que El Libertador ya fuera reconocido por haber arengado a la población que estanba desmoralizada, porque el clero, para variar, había esparcido la especie de que el movimiento telúrico era un castigo divino como una consecuencia de la desobediencia de los ciudadanos al haber abrazado la causa de la Patria.  Fue cuando Bolívar exclamó: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca..." Hacía apenas un año que se había firmado el Acta de la Independencia y dos años de la declaración de nuestro país como nación soberana y libre.

En 1828 el ayuntamiento transforma y utiliza parte del terreno en su sede y otra parte en una cárcel pública en donde estuvo preso Antonio Leocadio Guzmán en 1846. Guzmán era redactor del periódico "El Venezolano" y padre de Antonio Guzmán Blanco, quien fue varias veces presidente de la República. En 1837 sirve de escenario para la municipalidad. En 1.882 y en el mismo lugar, Antonio Guzmán Blanco develó una estatua en honor a su padre y decidió también cambiarle el nombre a la plaza y la rebautizó con el nombre del periódico que redactaba su padre: “El Venezolano”. Esta estatua sería derribada en 1889 y arrastrada junto con las de su hijo, por las calles de Caracas. El 24 de julio de 1893 por orden del presidente Joaquín Crespo es colocada nuevamente en la plaza la estatua de Antonio Leocadio Guzmán.
El 17 de octubre de 1977 es declarada Monumento Histórico Nacional.

El reloj de sol todavía vigila la Plaza El Venezolano 
Lo extraordinario de esta crónica es que en el día de hoy estuve en esta plaza llena de historia. Mientras esperaba una persona con quien tenía una cita, pude disfrutar del grato ambiente que ahora sí se puede aprovechar. Me senté en un banco de hierro, charlé con unos compañeros que conmigo compartieron ese banco, observé los alrededores y me vine muy complacido. Desde el sitio donde estaba sentado veía pasar los transeúntes, una que otra pareja se entregaba a las delicias del amor, y al fondo, la casa natal del Libertador y la sede del Museo Bolivariano eran testigos del paso de la historia. Hasta el 2005, esta plaza sirvió de “sede” a uno de los mercados de la economía informal mas caóticos de la ciudad. Prácticamente era intransitable y quienes se atrevían a hacerlo, estaban expuestos a hurtos y violencias por parte de los delincuentes que se aprovechaban del desorden.

Lo extraordinario, no fue tanto que estuve de visita en la Plaza El Venezolano, sino que pude constatar que mi asombro era ya parte de la cotidianeidad pues han transcurrido 4 años desde su recuperación y todo sigue limpio. La revolución no es algo que se pueda hacer con máquinas, sino con amor, con solidaridad, con esperanza. Afortunadamente estamos comenzando a vivir estas experiencias, pero faltan muchas más. 

20/5/09

El Brunello di Montalcino



Omar Montilla

Montalcino es una zona especial que se encuentra en la provincia de Siena, ubicada sobre una colina, muy arcillosa y protegida por valles que la convierten en la zona más árida de la Toscana con apenas 500 mm de lluvia al año, cuenta con una exposición solar muy adecuada para el mediodía y que permite además una exposición perfecta durante todo el resto del día. Las uvas son recogidas manualmente, procurando escoger los mejores racimos, no sólo en el viñedo, sino en la mesa donde se ciernen. El mosto se deja fermentar en contacto con los hollejos en tinas de acero inoxidable durante dos o tres semanas, su temperatura es controlada para que no sobrepase los 30ºC.

Su añejamiento o crianza es de cuatro años, de los cuales 2 y medio a 3 transcurren en toneles o barricas de roble, madera importada de Eslovenia (antigua Yugoslavia) y el resto en la propia botella. Hay que señalar que hay otros procedimientos más modernos para su vinificación.

Su color es un rojo rubí muy intenso pero su aspecto es joven. Su perfume es muy complejo, porque nos parece que es fresco, amplio y profundo. Todos sabemos que es muy difícil definir el gusto que nos proporciona un vino, por eso los catadores y los críticos se desviven por usar las palabras mas ampulosas para hacer sus descripciones. Sólo diré que este vino, no sólo cautiva, sino que deja un retrogusto muy largo y cálido que permite disfrutarlo mejor, quizá porque su cuerpo está impregnado de tanino maduro.

Una vez terminada la fermentación alcohólica, comienza espontáneamente la llamada fermentación maloláctica, que es un proceso natural que transforma el ácido málico en ácido láctico y hace suave el vino. Esta segunda fermentación puede durar de algunas semanas a algunos meses, a causa de diferentes factores, como la temperatura de la cantina. Este proceso no sólo suaviza el vino, sino que le confiere, como dicen los especialistas, mayor profundidad, complejidad y elegancia.

En este lugar se producen quizá los mejores vinos de Italia, como lo es el “Brunello di Montalcino”, y no se le queda atrás otro que han denominado “Rosso de Montalcino”. Los precios son muy variables, dependiendo de la añada y otros factores. Una botella de Brunello puede costar desde 20 euros hasta más de 200 o 300, sin contar con aquellas botellas especiales, casi únicas que pueden llegar hasta los 5.000 euros. El Rosso es más popular, menos costoso y tan bueno como cualquiera de su clase. Los vinos de Montalcino muestran un magnífico equilibrio y para gozar plenamente de sus cualidades, se recomienda decantarlos al menos 1 hora antes de gustarlo. El Brunello di Montalcino, con el Chianti y el Nobile di Montepulciano forman el trío de los vinos que la región de Toscana ofrece al mundo.

19/5/09

Notas sobre la vida y la muerte de mi abuelo Isaías Pérez Borjas


Isaías Pérez Borjas, 1923, a los 80 años de edad

Omar Montilla

Mi abuelo Isaías Antonio Pérez Borjas, nació en El Tocuyo, hijo de Francisco Antonio Pérez y María Magdalena Borjas, cuando José Antonio Páez, quien fue presidente de la República en tres ocasiones, estaba concluyendo su segundo periodo, el 28 de enero de 1843. Se iniciaba también el  segundo período presidencial del general Carlos Soublette que concluyó en 1847. Hasta los primeros meses de ese año, cuando asumió la presidencia José Tadeo Monagas, el personaje política y militarmente más influyente en esta etapa de la historia de Venezuela, había sido sin duda el general Páez, pero esa camarilla que lo apoyaba, ese círculo tan influyente que la misma historia llama la “oligarquía conservadora”, comenzó a ser puesta de lado, hasta quedar completamente derrotada después del enfrentamiento con el presidente Monagas en enero de 1848. En el plano regional, era gobernador de la provincia de Barquisimeto, el general Jacinto Lara, héroe de la independencia, que luego de las memorables acciones de Corpahuaico y Ayacucho, fue ascendido al grado de General de División por el mariscal Sucre. De acuerdo a ciertas opiniones, Lara desempeñó sus funciones “con decoro y probidad”, cualidades muy difíciles de encontrar en un funcionario público.

Ese período que va de 1830, cuando Venezuela se separa de lo que era Colombia, hasta 1847, ha sido llamado por Augusto Mijares como “Gobierno Deliberativo”, porque imperaba un cierto equilibrio del terror entre las diversas facciones que no se atrevían a enfrentarse frontalmente unas con otras, lo que no impidió que se pusieran de acuerdo para echar al pusilánime José María Vargas. Durante ese período pues, cuando mi abuelo Isaías nació, en Venezuela se observó una abierta discusión de los problemas nacionales y cierto equilibrio entre el ejecutivo y el legislativo, como ramas del Poder Público. El poder judicial seguía los vaivenes de la política, de acuerdo al ritmo que se marcara en cada ocasión.

Monagas también gobernó una segunda vez a partir del 31 de enero de 1855 hasta el 15 de marzo de 1858, fecha en la que fue derrocado por Julián Castro; pero éste también fue tumbado el 1 de agosto de 1859. El general Monagas, que se mantenía activo a pesar de que era un octogenario no se aguantó más y quiso volver a gobernar a Venezuela para lo cual promovió una de las primeras revoluciones de colores de que tengamos noticias, la “revolución azul”, a partir del 25 de junio de 1868, la que, triunfante, “invitó” al Congreso para que nombrara a Monagas para un nuevo período. La muerte vino en auxilio de Venezuela y se llevó al general José Tadeo el 18 de noviembre de ese mismo año, antes de tomar posesión. Manuel Felipe de Tovar fue el primer presidente elegido por sufragio universal directo y secreto (12 de abril de 1860), pero renunció o lo renunciaron, el 20 de mayo de 1861, cuando mi abuelo tenía 18 años y comenzaba su andar por la vida.

En la época de la lucha por la independencia los pobladores de El Tocuyo y sus alrededores, permanecieron leales a España, a excepción de unos pocos, como siempre, entre ellos el que después sería el general José de la Trinidad Morán, que se hizo famoso en la Campaña del Sur, en Perú. No sólo Morán, sino toda su familia se sumaron activamente a favor de la Patria. Pero las cosas cambian, y es así como el 16 de abril de 1821, antes de la batalla de Carabobo, el cabildo de la ciudad invitó a Bolívar a un homenaje que le brindaría la ciudad. El Libertador aprobó la petición, y manifestó que lo hacía “… como un homenaje a una de las ciudades más antiguas de Venezuela que aportó inviolables recursos y valientes patriotas a la causa de la Independencia.”
Vista de El Tocuyo, antes de ser destruido por el terremoto de 1950

Humboldt nos relata que consiguió trigales y molinos de ruedas hidráulicas para producir harina de trigo en la “Muy Leal Ciudad de El Tocuyo”, que fue la primera permanentemente fundada por los españoles en tierra firme llegándose a convertir en la más importante de toda Venezuela, por sus actividades agrícolas, ganaderas y comerciales. El Tocuyo fue también el punto desde donde partieron los colonizadores a fundar otras ciudades (entre ellas a Caracas, Valencia, Barquisimeto y Trujillo), motivo por el cual se le conoce como la “Ciudad Madre de Venezuela”; además fue la capital de venezolana hasta 1576, con su respectivo asentamiento político y gubernamental, cuando la capitalidad es trasladada a Caracas. Otro nombre con el que ha sido distinguido El Tocuyo es “La Ciudad de los Lagos Verdes”, apodado así por el poeta Roberto Montesinos, también se le conocía como la “Ciudad de los Siete Templos”, entre ellos el la Inmaculada Concepción, San Francisco, Belén, Santa Ana, Santo Domingo, San Juan Bautista y La Valbanera.

Para la época en que nació mi abuelo, el valle de El Tocuyo albergaba quizás las haciendas más prósperas del país, porque se encontraban abrigadas de las constantes guerras civiles que azotaron a nuestro país, a pesar que se hallaba en la ruta que desde la época colonial comunicaba a Venezuela con la Nueva Granada. Fruto de esos contactos aun subsisten en las famosas acemitas, cuya receta fue traída por andaluces y su origen etimológico es la voz arábiga “semid” que por la lógica evolución del lenguaje dio lugar a “asemid”. La palabra acema o acemita, significaban “flor de la harina” y asimismo “pan hecho con levadura”. Otras exquisiteces gastronómicas de El Tocuyo, es el llamado “pan de Tunja”, cuya receta original vino de la población neogranadina a través de la ruta comercial que existía.

Río Tocuyo, antes de llegar a la ciudad

Una de esas haciendas agropecuarias llamada “El Molino” llegó a ser propiedad de don Isaías, situada en la vía que de El Tocuyo conducía a Humocaro Alto, denominación que tomó el lugar donde estaba asentada y donde había funcionado una factoría donde se procesaba el trigo para obtener la harina de ese cereal. La dedicación de don Isaías al cultivo de la tierra le permitió incrementar largamente el patrimonio familiar, llegando a ser uno de los más adinerados de la ciudad y como demostración de su riqueza, tanto la aldaba como los pomos de la puerta eran de oro.

Una disputa con sus hermanos por la repartición de la herencia, le hicieron tomar la determinación de abandonar su casa de El Tocuyo y trasladarse hasta Guajirita, un poco mas allá de El Molino, donde se encontró con Rafaela López [1], mi abuela, con quien tuvo 6 hijos, que se sumaron a los otros 6 que ya había procreado antes. En 1904, cuando don Isaías contaba 61 años nació mi tío Miguel Ángel, nombre con el cual fue bautizado para honrar al artista italiano. El último de sus hijos Jesús María, nació en 1916, cuando don Isaías contaba 73 años. Era un hombre que se había graduado de bachiller en el Colegio La Concordia, bajo la dirección del eminente maestro Egidio Montesinos, por lo que su nivel cultural estaba muy por encima del común de la población de nuestro país en aquella época, y nos referimos a la sexta década del siglo XIX.

La conjugación de ese nivel cultural con la riqueza material, más lo que se ha denominado “don de gente”, que hoy se traduciría como “carisma”, más su impecable apariencia física y adornada con un par de ojos azules, de contextura delgada, casi enjuto y de estatura mediana, ejercitada diariamente en el campo, hacían a don Isaías prácticamente irresistible para las mujeres. Sólo por la imposición del padre José de la Cruz Terán, fue cuando finalmente don Isaías dejó el celibato y accedió a casarse en 1920 con mi abuela Rafaelita, quien era prima del padre Terán, viéndose obligado también a “reconocer” a los hijos que con ella había procreado, entre ellos mi madre María Magdalena.

El Tocuyo siempre se destacó por sus actividades agrícolas, prevaleciendo entre ellas el cultivo de la caña de azúcar y en los pueblos aledaños el cultivo del café, productos que a través de esas montañas eran transportados hasta Motatán, estado Trujillo donde eran trasbordados en el ferrocarril que los llevaba al puerto de La Ceiba en el lago de Maracaibo. La prosperidad de esta ciudad comenzó a declinar con la construcción de la carretera trasandina, construida durante el gobierno de Juan Vicente Gómez e inaugurada el 24 de julio de 1925, tres años antes de la muerte de don Isaías. Si bien durante la guerra de independencia El Tocuyo y su oligarquía siguieron siendo fieles al rey, durante los peores momentos de nuestras guerras civiles el triángulo formado por los estados Trujillo, Portuguesa y Lara, densamente poblado y dedicado fundamentalmente al cultivo del café, fue un reducto inexpugnable contra las tiranías, y el último de sus  fieros guerreros fue el general José Rafael Montilla, primo hermano de Antonio Montilla mi abuelo paterno, cuya vida ha sido ampliamente documentada por el historiador José León Tapia. Como castigo por esa rebeldía, El Tocuyo, Guarico, Chabasquén, Biscucuy y Boconó fueron marginados, dejados de lado, y en su lugar se perfiló el eje Carora-Valera, que permitió un gran desarrollo económico a esas comunidades, en desmedro de las primeras, situación que todavía, 84 años después se mantiene como monumento a una injusticia histórica.
Trino Orozco, nacido en Humocaro Alto, fragmento de "Tarde en la montaña"

Don Isaías vivió 20 de los 27 años de la dictadura de Gómez. Ya antes había visto pasar los gobiernos de  Carlos Soublette, tres veces a José Tadeo Monagas, a su hermano José Gregorio y a su sobrino José Ruperto; a Julián Castro, los efímeros gobiernos de Pedro Gual, Manuel Felipe Tovar, Gregorio Cedeño, Hermógenes López y Juan Pablo Rojas Paúl. Nuevamente presenció cuando José Antonio Páez, también por poco tiempo (dos años), ejerció el poder. Fue testigo del triunfo de la guerra “federal” con la presidencia de Juan Crisóstomo Falcón y después la presencia formidable del “ilustre americano”, Antonio Guzmán Blanco (1870-1877, 1879-1884  y 1886-1887), interrumpido brevemente (1877-1878) por Francisco Linares Alcántara y por Joaquín Crespo (1884-1886). Después vendrían: Raimundo Andueza Palacio (1890-1892), Joaquín Crespo (1892-1898), Ignacio Andrade (1898-1899), Cipriano Castro (1899-1908) y la larga noche gomecista. No hay constancia de actividad política alguna de don Isaías durante todos los largos años de su vida, dedicados íntegramente hasta su muerte, al cultivo de la tierra. Aunque no hay que descartar las influencias “liberales” adquiridas en el Colegio de don Egidio Montesinos y en el ambiente intelectual de la ciudad a finales del siglo XIX.

Mi abuelo Isaías tuvo una muerte singular y digna de ser contada: uno de sus hijos, el penúltimo de nombre Pablo Marcial mientras se divertía con sus amigos en una de las haciendas de El Tocuyo, fue herido de bala en forma accidental. Avisado don Isaías del hecho corrió rápidamente hasta el lugar donde se encontraba el hijo herido, inconsciente y tendido en el suelo, justo cuando éste iba a ser trasladado para ser reconocido por un médico. Fue tanta la impresión que le causó el episodio a papá Isaías, que se dio media vuelta, se dirigió a su casa, se encerró en su cuarto y nunca más, durante el tiempo que medió hasta que murió, que fue aproximadamente un año, pronunció palabra alguna.

De nada valieron los cuidados que le proporcionó su hijo mayor de nombre Pastor Valera, quien cursaba medicina en la Universidad Central de Venezuela, dejando los estudios cuando estaba en el 4º año de la carrera. Mi tío Pastor hizo trasladar a papá Isaías hasta el pueblo de Humocaro Alto, donde vivía y tenía una farmacia. Mientras lo trataban a papá Isaías para que se repusiera de su estado, fue atendido por mi tía Isabel, quien para entonces sólo tenía 15 años. De nada valieron, como ya he dicho, esos cuidados, porque la vida de papá Isaías se fue apagando lentamente hasta morir el 6 de abril de 1928.

Ángel Hurtado, pintor nacido en El Tocuyo, "Alrededor del Cobalto", 1976

Al día siguiente de su muerte, cuando enterraban a mi papá Isaías, una nueva Venezuela renacía, porque ese día debía estallar una insurrección popular cívico-militar, pero que fue abortada antes de producirse. Para esa fecha, ya estaban en libertad los estudiantes que habían protagonizado los sucesos que tuvieron lugar con la celebración del carnaval de aquel año en Caracas, donde el poeta tocuyano Pío Tamayo leyó unos versos dedicados a la reina del carnaval, Beatriz. Así, Pedro Juliac, Rafael Chirinos, Ricardo Razetti, Antonio Sánchez Pacheco, Antonio Anzola Carrillo, Clemente Parparcén, Eduardo Celis Sauné, Enrique García Maldonado, Guillermo López Gallegos, José Antonio Marturet e Inocente Palacios, junto con 200 de sus compañeros, fueron conducidos al inhóspito presidio de Palenque en el estado Guárico. Los demás, fueron trasladados al Castillo de Puerto Cabello, hasta principios de 1929, cuando fueron expulsados del país. A Pío Tamayo [2], uno de los precursores de la divulgación de las ideas marxistas en Venezuela y poeta comprometido con nuestro pueblo, la libertad recién adquirida de nada le valió, y ya lo había escrito poco antes: “Por lo demás, no temo la muerte, ni la llamo ni la rechazo, la acepto tranquilamente, como un hecho ineludible”.

Notas
[1] Rafaela Ramona López Hernández, a quien llamaban “Rafaelita”, era hija de Pedro López e Isabel Hernández, nació en El Tocuyo, posiblemente en 1880, y murió el 26 de octubre de 1.949 en la misma ciudad, donde está sepultada.

18/5/09

La desaparición de la burra del tío Quintín

Comprobante de la denuncia de Quintín Castillo por el robo de su burra.
[Pulsar en la imagen para agrandar]
Omar Montilla

Los amigos de lo ajeno se adaptan a los tiempos históricos. A comienzos del siglo XX era impensable hablar del seguro para el carro, de trancapalanca, de bastón de seguridad, de los accesorios, como por ejemplo el radio, el aire acondicionado automotriz, etc. Ahora, más de 100 años después es impensable hacer una denuncia como la que pueden ver en el facsímil del documento, donde Quintín Castillo, quien fue tío de mi esposa, denuncia el robo de una burra que llevaba “… el hierro probante de su propiedad”.  El tío Quintín, como todos lo conocían, que murió célibe y sin descendencia, fue el protagonista de este evento, que tuvo como decorado histórico una Venezuela muy particular y fascinante.

Quiero hacer resaltar que para el 15 de marzo de 1906, cuando se produjo la desaparición de la burra del tío Quintín, gobernaba nuestro país el general Cipriano Castro y sólo 24 días después de este suceso, los enemigos de Cipriano Castro, que son los mismos que hoy andan en lo mismo con diferentes actores, propusieron al vicepresidente Juan Vicente Gómez que le diera un golpe de estado a su compadre.

Enterado don Cipriano de esta maniobra, hizo una jugada maestra: presentó su renuncia a la Presidencia para constatar la situación del balance del poder y probar la lealtad de Gómez. La renuncia de Cipriano Castro, el 9 de abril de 1906, concitó a su favor fuertes reacciones de apoyo. Es lo que se ha conocido en nuestra historia con el nombre de “La Aclamación”.

Posteriormente Cipriano Castro regresó a ejercer las funciones de Presidente y luego, por motivo de enfermedad, dejó encargado de la Presidencia al vicepresidente Juan Vicente Gómez, quien con el apoyo de  los Estados Unidos y de varias potencias extranjeras habían concebido un plan de golpe de estado que se concretó el 19 de diciembre de 1908. A partir de 1906, se habían comenzado a producir enfrentamientos diplomáticos con Estados Unidos, Francia y Holanda, que condujeron a la ruptura de relaciones diplomáticas con esos países. Si ello no fuera suficiente, también en 1906 se interrumpen las relaciones internacionales con Colombia motivada por la incursión, para variar, de ciudadanos colombianos al territorio nacional. Por su parte, los jefes del llamado “liberalismo amarillo” y de los eternos traidores que estaban en el destierro, organizan un nuevo movimiento reaccionario y pro-imperialista, que fue visto con muchas simpatías por los norteamericanos, que posteriormente le proporcionarían a Gómez la ocasión para organizar el golpe de estado y sustituir definitivamente a Cipriano Castro.

En 1906, con existencia efímera como casi siempre sucede, encontramos algunos medios de comunicación impresa que circulaban en Valencia: El Gran Boletín, El Poder Civil, El Reformador, La Lucha y La Epoca. Ninguno de ellos habla de la desaparición de la burra del tío Quintín.  En 1906 cuando se encontraba en Berlín como encargado de negocios, José Gil Fortoul finaliza el primer tomo de su “Historia Constitucional de Venezuela”, sin hacer tampoco la más mínima referencia a la desaparición de la burra del tío Quintín.

El primer representante diplomático de Cuba en Venezuela fue nombrado en ese año de 1906, cuando nacía en Caracas, el ilustre escritor, historiador y político Arturo Uslar Pietri, apenas 2 meses después de la desaparición de la burra del tío Quintín. Tito Salas y Andrés Pérez Mujica fueron aceptados en el Salón de Artistas Franceses de París; Alejandro Chataing completaba el proyecto Arco de la Restauración, que por cierto nunca fue construido y Eladio Alemán Sucre, director y fundador del diario “El Carabobeño” nacía en Ocumare del Tuy, que como hecho curioso y olvidado, reseñamos que en aquel entonces esta ciudad era la capital del estado Miranda. El mismo Gómez mudó después la capital para Los Teques, porque le quedaba en la vía hacia Maracay, que pasó a ser la capital del estado Aragua en sustitución de La Victoria. ¿Razones? Ya las saben.

Aurelio Baldor, el autor del libro más famoso de Matemáticas, nació en Cuba en 1906 y Nicanor Bolet Peraza, murió en Nueva York, el autor de “Vuelta a la Patria”, poeta y escritor, costumbrista, periodista y orador venezolano. Cantó a las cataratas del Niágara, pero nunca tuvo una palabra para referirse a la desaparición de la burra del tío Quintín, quizá porque este acontecimiento se habría producido dos meses y medio antes de su partida hacia “el más allá”.

En 1906 en el Colegio Don Bosco, entre lo más granado de la godarria valenciana, eran profesores los señores Antonio Sandoval, Faustino Figueredo Herrera, Miguel Bello Rodríguez, Francisco Caballero, Manuel Napoleón Barrios, Jesús María Briceño Picón, R.A. Torres Coronel, Marcos Sergio Godoy y Aquiles Antich. Entre los alumnos estaban Germán Vizcarrondo Rojas, José Gregorio Ponce Bello, Manuel Delvalle, Juan Vicente Lecuna, J.J. París, Roberto Carvallo, Carlos Amaré, Ramón Roberto Chazzím, Agustín Fernández, Miguel Enrique González Zárraga, Alfredo Carvallo, Francisco Ríos, Simón Rojas Galea, Pedro Antonio Maninat y Francisco Rey. Ninguno de ellos, ni profesores ni estudiantes, dejaron testimonio alguno acerca de la desaparición de la burra del tío Quintín.

En 1906, Francisco Tosta García publicó en Caracas su obra “La Guerra a Muerte”, en la tipografía "La Semana" de Romero García. Ya para 1906 el sistema ferroviario de Venezuela contaba con 105 estaciones, 109 túneles, 593 puentes y viaductos, entre los ramales Caracas-Valencia, Puerto Cabello-Valencia-La Guaira, prestando el servicio más de 80 locomotoras, 170 vagones de pasajeros y 580 vagones de carga, todas ellas regidas por empresas extranjeras, entre ellas la inglesa Railway Co. Ltd. y la alemana “Gran Ferrocarril de Venezuela”.  Los ingleses construyeron también la Casa del jefe de la estación, donde funciona hoy el rectorado de la Universidad de Carabobo. En el frontón superior de la puerta se lee la fecha: 1906, el mismo año en el que Teresa de la Parra quien para entonces contaba 17 años viaja a España donde cursaría estudios en el colegio Sacré Coeur de Valencia, la de allá, y Vicente Emilio Sojo dejaría su Guatire natal para trasladarse a Caracas para estudiar armonía en la Academia de Bellas Artes: contaba 19 años.

Aparte de los incidentes que se produjeron con motivo del nombramiento de monseñor Juan Bautista Castro, como Arzobispo de Caracas y de los problemas que tuvo que enfrentar después con un clero indigno y dividido, muchos historiadores dicen que con él la Iglesia venezolana comenzó su proceso de reestructuración, y a pesar de un clima hostil, pudo volver a asegurar los cimientos de la Iglesia e imprimirle una nueva vitalidad. Ya en 1900, siendo todavía Vicario General, había logrado del Presidente Cipriano Castro, la derogación de la ley sobre la prohibición de seminarios clericales, por lo que entre 1906 y 1907 pudo fundar las dos secciones del seminario metropolitano.

En Puerto Cabello, el 16 de julio 1906, justo tres meses después de la desaparición de la burra del tío Quintín, nació Walter Dupouy, quien se destacó y publicó trabajos en los diversos campos de la antropología, indigenismo, museología, historia, espeleología, ornitología, geografía, folklore, periodismo, drama y novela, a pesar de haber sido un autodidacta. En 1940, organizó e inauguró el Museo de Ciencias Naturales siendo su director hasta 1948.

Puente Morillo en Valencia, tal como se veía en 1906,
cuando desapareció la burra del tío Quintín
En 1906 una enorme crecida del río Cabriales casi hace desaparecer el llamado Puente Morillo, el único puente colonial que queda en Venezuela y por cual todavía circulan automóviles. Evidentemente es un patrimonio histórico y una joya de la arquitectura colonial venezolana, construido en los tiempos en que el general Pablo Morillo fue primera autoridad en Valencia, entre 1815 y 1817. El alcalde Edgardo Parra declaró como Patrimonio Cultural de la Ciudad de Valencia al Puente Morillo, con lo cual se inicia el proceso para solicitar su declaración como Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación.

Como ven, muchas cosas pasaron en 1906 entre Valencia y Caracas. ¿Le dedicaría un poco de tiempo el  señor Prefecto del Distrito Valencia para buscar a la burra del tío Quintín?

Tampoco he podido averiguar hasta el presente, el resultado de las investigaciones que posiblemente hayan sido generadas por este hecho delictivo: no se sabe si la burra apareció, si fue capturado el peligrosísimo delincuente que se la robó, y si a éste -si eventualmente fue capturado- le fue impuesta la sanción penal acorde con el delito cometido, o sea el robo de la burra del tío Quintín.