“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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20/10/10

No lo puedo evitar: no puedo vivir sin ella

En Amphissa, Grecia Central, otoño de 1977
No lo puedo evitar. Sólo pienso en ella. Su recuerdo no me persigue porque lo tengo instalado a sus anchas en mi corazón, en mi hígado, en todas mis entrañas. Brota a través de mis humores. Ella está allí, muy adentro, por eso mana con tanta facilidad a través de mis lágrimas incesantes.

Ella, mi Amelita, la mujer que amé durante tantos años, me dejó en este mundo sin antes advertirme seriamente de las consecuencias de su partida. Sólo tenía informaciones o referencias que desestimaba, porque nunca pensé que ella iba a morir primero que yo. A ella le aterrorizaba la idea de que estas aspiraciones que yo tenía se cumplieran, pero yo no hacía caso de estas argumentaciones, porque siempre me parecieron absurdas.

No lo puedo evitar. No puedo vivir sin ella. Respirar, comer, andar, ir por aquí y por allá, ¿es vivir? Amelita está en todos los detalles de mi vida,… ¡y son tantos!, todos llenos de amor, porque ella lo derrochó muy ordenadamente. ¿Qué puede llamarme la atención sin pensar que sólo con ella quería vivir este pedazo de vida que me queda?

Ni los viajes, ni el dinero, ni el alcohol, me servirían de algo, porque lo primero los hice con ella; lo segundo jamás me ha sido fácil tenerlo y lo tercero nunca ha sido un buen consejero para mí. Por eso viajar sin que ella esté a mi lado, ya no me es atractivo; hacer dinero a estas bajuras de mi vida es tarea dificultosa y recurrir a las delicias de Baco, no me apetece.

Sólo tengo la certeza de que ella ya no estará físicamente conmigo. Sus frágiles huesos, su carme, sus nervios, están enterrados en un lugar que juntos escogimos, casi como un acto lúdico, para estar juntos “por toda la eternidad”.

Sólo tengo la certeza de la incertidumbre. Ya nada me parece ni cierto ni falso, ni bello ni feo, ni atractivo ni asqueroso, ni lejos ni cerca, ni de día ni de noche. ¿Cuál es el mejor momento? ¡Cualquiera!

Nada puedo hacer sin antes tener su asentimiento, como siempre fue. Pienso entonces, ¿qué hubiera hecho o dicho Amelita? Y como fueron tantos años tejiendo esta red de amor, siempre tengo la certidumbre de su conformidad. Pero ella nunca me dijo que yo iba a sufrir cuando ella muriera, y no lo hizo, no porque estuviera insegura de mi inmenso e intenso amor, sino simplemente porque no quería anticiparme a estas tristezas.

Como no tengo solución para esta situación que estoy viviendo, como no tengo remedios para mis dolores, como no tengo paz con mis angustias, ¿qué debo hacer? De poco o nada me servirían los consejos bienintencionados de los que me conocen, por eso no los pido porque no los necesito.

Mi pena es intransferible. Mientras pueda respirar, en el aire que entre o que salga de mis pulmones estará siempre mi Amelita. ¡Así de fácil!

Con Amelita en Amphissa

En el otoño de 1977, Amelita y yo emprendimos un largo viaje por toda Grecia que nos condujo por islas, caminos y lugares llenos de historia, sembrados de añoranzas previamente digeridas. Fue así como llegamos a Amphissa (Anfisa), lo que era y es hoy una pequeña ciudad de la Grecia central, de aproximadamente 7000 habitantes, y se la recuerda porque anualmente se celebraba allí una festividad muy importante en honor a Baco.

Vista de la ciudad y el valle de Amphissa
En el valle donde se encuentra Amphissa hay grandes olivares, una raíz histórica notable y su riqueza son unas minas de bauxita, cuyo mineral es exportado desde el cercano puerto de Itea, y para ello se atraviesa todo el valle para llegar a las fábricas de aluminio.

Cuando llegamos a Amphissa, el maltrecho Simca 1000 que teníamos sufrió un desperfecto, y lo llevamos a un taller en la periferia de la ciudad. Amelita esperó pacientemente que el mecánico que se encargaba del asunto, terminara. Como me pareció tan curiosa esa forma de presionar, no desperdicié la ocasión y tomé esa –para mí— bella fotografía, donde se puede ver a mi Amelita, de espaldas, sin más alternativa que todo quedara resuelto, para marcharnos y seguir el viaje, nunca planificado, que nos conduciría, quién sabe a dónde.
_______________________________________________________
Nos dejan, y sin querer, dejamos

Jorge Barbich Duprat

Mirando la foto, donde está Amelita, por supuesto, reconozco su desazón. Da la espalda a los ojos que están a punto de fijarla en una superficie de papel, que al conservarla correctamente, en aquellos años, podría ser vista hasta por futuros antropólogos, esos husmeadores de las próximas ruinas de nuestra civilización.

13/10/10

Un acontecimiento gastronómico (in)esperado en Choroní

(Pulsar para ampliar)
Hoy me disponía a cumplir la rutina alimenticia a que necesariamente estoy sometido, cuando algo (in)esperadamente sucedió: Mi amiga del alma, vecina y benefactora, Lilia Gámez tocó a mi puerta y me alegró el día, quizá la semana, o...

Traía en sus manos, aún humeante, un extraordinario plato, una especie de minestrón caribeño,  preparado a base de paticas (así, en diminutivo, con amor, como decimos en Venezuela) de cochino [1] deliciosamente acompañado con caraotas rojas [2], trozos de yuca [3], papas y pasta corta, aliñados (aderezados) con la experticia que sólo es posible en estos pueblos de nuestro país, con ají dulce [4], cebolla y onoto [5].

En otra ocasión he escrito sobre otra variante de este plato, cuya base común son las extremidades del cerdo. Aquel plato, preparado por otra amiga del alma, la señora Isbelia Torres, especialista en la confección de este plato, lo preparó siguiendo los usos y costumbres de la región oriental, concretamente el pueblo de Yaguaraparo, Estado Sucre, y fue publicado en mi blog con el título ¡Qué almuerzo! Frijoles con paticas de cochino, y en el mismo describía la laboriosa preparación del mismo.

Ambos platos, que comparten muchos de sus ingredientes, tienen sin embrago grandes diferencias de sabor, textura y presentación, sin que haya posibilidad de optar por uno u otro.

12/10/10

Chirelito, chirelín


Chirelito, chirelito, principito del jardín
ajicito chiquitico, chirriquitico más bien.
Solito tú te apareces, principito del jardín 
picantico, sabrosito, ¿quién te pudo traer, quién? 
Sé muy bien que te respetan, chirelito, chirelín, 
porque no picas por uno, sólo lo haces por cien. 

Chirelito, chirelito, principito del jardín, 
cuidado tengo en tu mata chirelito, chirelín 
porque sólo a tí te mata la terrible paraulata,
que devora tus fruticos y no se pica ¿por qué?

Chirelito, chirelito, principito del jardín
busco a tí alguien afín
busco por aquí, lo he encontrado ¡al fín!
también te llamas Omar, nietecito de postín,
y por doquiera que pasas, todo te suena tintín.

Chirelito, chirelito, principito del jardín,
chiquito, chiquitico, chirriquitico más bien,
sólo sé que te respetan, chirelito, chirelín,
y ya no picas por uno, ¡porque tú quemas por cien!

13/6/10

Tarde temprana, melancólica, nublosa...

Tarde anunciadora de un inminente aguacero, cuyo pronóstico no fue desahuciado.
Tarde temprana en el cerro "Los Picachos" en Choroní,


Primero, en el horizonte, el mar eterno de Choroní. Nuestro amado mar que tantas esperanzas sembró en mi corazón.


¿Cómo no amar y estar sembrado en Choroní? Aquí nos trajo la vida y aquí esperamos quedarnos hasta que llegue la hora. ¿Cuál hora? La que nunca se atrasa ni se adelanta.

Mientras tanto, en el cerro "Los Picachos", mi amigo Coco y sus compañeros, siguen la vida vigiando al cardúmen de peces y disfrutando de un paisaje, que de ser tan familiar casi les produce hastío: un interminable hartazgo de belleza.

31/5/10

Volver a empezar,… de nuevo ¡Otra vez!


Algunos de mis lectores han notado que desde hace algunos meses había dejado de escribir. Primero fue mi traslado definitivo de Caracas para Choroní, lugar donde esperaba iba a encontrar la tranquilidad, la paz necesaria para comenzar a vivir junto a mi esposa los días que le restaran a nuestras vidas. ¡Vana ilusión! A partir de enero de este año, comencé a transitar un camino para mí desconocido e inesperado: la enfermedad y muerte de mi Amelita.


Muy difícil ha resultado para mí reponerme de estos duros golpes que inmerecidamente, así lo creo, he recibido. Muy pocos son los que podrán entender la situación en la que me encuentro, porque pocos también son los que han vivido un gran amor. Yo sabía que la quería, que la amaba intensamente, que con ella era muy feliz; pero no sabía que todo lo había sido en grado superlativo.

Se imaginarán los consejos que he recibido de mi familia y de mis amigos para “superar” esta crisis emocional que se ha apoderado de mí. Los agradezco todos porque presumo que han sido formulados de muy buena fe. El problema es que al amor por Amelita no lo quiero profanar con el olvido. Sería inmensamente cruel olvidarla para curar mis heridas, porque no hay otra forma en que la pueda arrancar de mi piel, de mi alma…, y no lo quiero ni lo puedo hacer, ni lo haré.


No quiero tampoco dilapidar su herencia de amor con el olvido, la resignación, la conformidad y el consuelo. De ella me quedan además de sus bellas piezas de cerámica --forjadas con sus frágiles manos y fraguadas en su inmenso corazón--, nuestros hijos, que fueron moldeados a su imagen y semejanza, y los nietos, que seguramente contribuirán a hacer más llevadero este gran dolor que horada mis sentimientos.

Me reservo en lo más íntimo de mí otros calificativos, revelaciones y consideraciones acerca del amor que durante casi 38 años nos mantuvo en una perfecta comunión de carne, huesos y espíritu, porque sólo a mi pertenecen e importan.

Ahora sólo me queda la tarea de tratar de sobreponerme a esta mi tragedia, a mi desgracia particular, y volver a comenzar a escribir, como un homenaje a su memoria. Ella siempre me acicateaba con sus comentarios, me animaba mucho: trataré de seguir complaciéndola.

17/6/09

En Choroní se aprobó el proyecto para recuperar Playa Grande

La recuperación del malecón y de la playa Tipire [que puede observarse al fondo de esta fotografía, y que es de una gran belleza], también están incluidos en el proyecto ambiental de Choroní


Omar Montilla

Miriam Gómez, vocera del Consejo Comunal de Puerto Colombia me envía el siguiente informe sobre la situación del proyecto para la recuperación del área de Playa Grande, de la vía que conduce desde el río Choroní hasta esta playa y de las áreas conexas, por ejemplo, del lugar donde estaría ubicado el Complejo Deportivo Cultural.

“A todos los ambientalistas amigos de Choroní, les agradecemos mucho la preocupación que han mostrado ante los innumerables problemas ambientales de nuestro pueblo y muy principalmente el de nuestro mayor atractivo turístico: la Bahía de Playa Grande. Hoy quiero informarles que en el presupuesto del 2009 de Mintur existe una partida de Bs.F 7.280.000,oo para el saneamiento de las playas de Choroní, ya que como todos sabemos, esta parroquia había sido abandonada por mas de 10 años, lo que ha ocasionado un incremento, de una manera galopante, del deterioro ambiental de esa hermosa playa. El jueves 11 de junio recibimos una visita de Mintur y del Alcalde del municipio Girardot, Pedro Bastidas y su equipo, para someter a nuestra consideración, una propuesta para el área que va desde el río Choroní hasta la bahía de Playa Grande.
El Consejo Comunal Puerto Colombia y la comunidad de Choroní decidimos aprobar la ejecución de los recursos; condicionados a la aceptación de ciertas modificaciones, para adecuarlas a las nuevas leyes protectoras del medio ambiente. Ello nos permitiría hacer el saneamiento de la zona sin romper el equilibrio del lugar. Nuestra propuesta fue aceptada por los representantes del Mintur y por el Alcalde. Reconocemos que inicialmente se creó un poco de confusión, ya que para muchos, incluyéndome, pensamos que era ya un proyecto impuesto. El día domingo próximo pasado, el Consejo Comunal de Puerto Colombia, contando con la participación de de otros consejos comunales de Choroní, se acordó presentar la siguiente propuesta de modificaciones al Mintur:
1. Darle cumplimiento al Artículo 127 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las Leyes de Bosques, de Zona Costera, con la adición de un mandato de la comunidad, respaldado por más de 1.500 firmas. En base a ello se acordó no aceptar ningún tipo de construcción en medio del balneario de la bahía de Playa Grande, tales como; baños, restaurantes, depósitos, canchas, plataformas.
2. Se acordó colocar una cerca ecológica, que separe la parte del bosque de la zona del balneario
3. Se aceptó la planta tratamiento, con ciertas observaciones:
a.- Informe por escrito del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente sobre el impacto ambiental.
b.- Garantía de la efectividad del funcionamiento para el saneamiento ambiental.
4. Continuar con el proceso de reforestación, saneamiento ambiental, recolección de desechos, desperdicios y acondicionamiento de las Playas.
5. Mejorar la infraestructura del área de los restaurantes que se encuentran en la bahía de Playa Grande.
6. Se acordó la creación de una zona de servicios donde estarían el estacionamiento, la maquina limpiadora de la playa, puesto de salvavidas, puesto de policía, almacén de toldos, cuarto de basura, etc.
7. Apartar un lote de terreno destinado para zona de carpas con todos los servicios y dotada seguridad, en terrenos del señor Simón Roldan, fuera de la Playa.
8. En el terreno donde actualmente debería estar el estadio (pero invadido por construcciones precarias), se construirá el Proyecto del Complejo Deportivo Cultural aprobado por la comunidad de Choroní. En dicho proyecto se contempla un área de servicios de 390 m2 donde se podrían construir pequeños locales. El financiamiento del Complejo Deportivo Cultural se tramitará por otros organismos (Gobernación, Ministerios del Poder Popular para el Deporte, Cultura, Obras Públicas y Vivienda, etc.) con el acompañamiento del alcalde Pedro Bastidas, tal y como lo prometió.
9. El estacionamiento estará ubicado en el terreno del señor Simón Roldan
10. El camino que va desde el río Choroní a la bahía de Playa Grande, será peatonal y cubierto con arena, debidamente reforestado para que la sombra se proyecte sobre los usuarios
11. Se propone que el dinero que eventualmente se ahorre con esta modificación, sea invertido en el saneamiento, limpieza y recuperación de las otras playas, como la de Tipire
Estas son las modificaciones que presentamos para que sean estudiadas y plasmadas en otra presentación. Solo me queda decirles que los mantendremos informados sobre cualquier otro cambio que no favorezca a la protección de nuestro Patrimonio Ambiental. Entendemos como miembros de la comunidad organizada, que la bahía de Playa Grande, no solo nos pertenece a nosotros, sino que pertenece a Venezuela y al mundo. Miriam Gómez”

12/6/09

Siguen los atropellos contra el pueblo de Choroní

Esta es Playa Grande, una de las playas de Choroní


Omar Montilla

Ya uno no sabe qué hacer. Cuando no es una cosa es otra. Cada vez que algún “funcionario” del gobierno interviene en Choroní lo hace con la prepotencia que caracterizaban a los de la IV República. La situación de Playa Grande en Choroní la hemos denunciado en muchas oportunidades, oyendo siempre el clamor de los habitantes de ese pueblo. Ahora hago pública, tal como la recibí, la carta de Eloísa Fuenmayor, quien manifiesta su preocupación por lo que está pasando:

“Le escribo sumamente preocupada por lo que está pasando en estos momentos en Choroní. Yo salgo mañana de viaje para el sur de Bolívar en una salida de campo por 10 días, regreso el 23 de junio, de ahi que me sienta peor porque no se qué pueda suceder.
Mi mamá me llamó ayer en la noche sumamente preocupada y muy angustiada porque ayer funcionarios del Ministerio de Turismo, llamados Carlos Morocaima y Piter Arangola, presentaron ante un grupo de personas reunidas en el Terminal de Pasajeros de Choroní, una propuesta con "fines turísiticos" dentro de la Hacienda Playa Grande. En dicha propuesta se realizan construcciones tanto en la playa como en el resto de la hacienda, del tipo restaurantes (3 restaurantes repartidos a lo largo de toda la playa), caminerías, estacionamiento para 500 carros, zonas de carpas, baños, viviendas de dos pisos con comercios, comercios en la orilla de la carretera y en las montañas, canchas de tenis, depósitos de basura, depósitos para máquinas, contenedores, etc. En la propuesta no hay estadio sino comercios y dijeron que de hacer el estadio "no lo haremos con Miguel Acosta", quien es el arquitecto que lleva a cabo el Complejo Cultural y Deportivo.
Estamos muy conmovidos, asombrados y angustiados todos porque esta propuesta viola las leyes ambientales, la ley de zonas costeras, el derecho a cultivar una hacienda de cacao que data la época de la colonia y que además ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación, por el Instituto de Patrimonio Cultural, por ser un bien de interés histórico, arquitectónico, paisajístico y arqueológico.
Siempre hemos tenido el apoyo del Ministerio del Ambiente para detener los innumerables atropellos que hemos sufrido en los 70 años que tenemos cultivando y protegiendo a la hacienda. Estamos sorprendidos porque los funcionarios dijeron que este proyecto está aprobado por el Ministerio del Ambiente. Mi mamá habló esta mañana con el Viceministro de Conservación Ambiental, Dr. Jesús Alexander Cegarra, y él le dijo que el lunes procedería con el caso, pues está sorprendido con lo que está pasando.
Creemos que se trata de una componenda en la que quieren urbanizar Playa Grande, hacer grandes negocios, ya que en esta reunión no estaba presente el pueblo de Choroní, ya que estamos en fiestas de Corpus Christi y las personas están en Chuao participando de los Diablos Danzantes.
En dicha reunión estaba presente el Alcalde Pedro Bastidas con quien mi mamá previamente tuvo una reunión con él, el domingo 7 de junio, y se mostró en total acuerdo con nuestra postura y filosofía: continuar preservando Playa Grande, cultivando el cacao y resembrando la bahía. El Alcalde también está preocupado por esta propuesta, porque además los funcionarios dijeron que comenzarían a trabajar de inmediato ya que sino el dinero disponible les sería retirado.
Pensamos que se trata de urbanizar con fines comerciales a una hacienda que data del siglo XVII. La única bahía de toda Venezuela que no ha sido construida, al parecer ese es nuestro único pecado: conservar las áreas naturales sin permitir que el concreto nos destruya.
Estamos tratando de conseguir una cita con el Ministro de Turismo, Pedro Morejón para mostrale nuestros planteamientos, nuestras posturas, nuestra manera de ver a Choroní y que de esta manera no se resuelven los problemas sino que acaban con un pueblo, con una playa y con una hacienda de cacao.
Como le digo, yo salgo mañana de viaje y me llevo este problema tan grave en la cabeza, no se qué pueda pasar en 10 días, con qué me encontraré a la vuelta. Me parece sumamente grave lo que está ocurriendo, porque una cosa son los rumores y otra es que lo hagan público.
Bueno, a ver qué podemos hacer para detener este desastre. Creo que hacerlo público, a los medios, ayudaría a presionar para detener este desastre. Saludos, Eloísa.

14/5/07

Titina: ¿Va usted a permitir que el Alcalde de Maracay y el Gobernador de Aragua acaben con Choroní?

Al parecer en el Ministerio de Turismo, leen de todo, menos a Aporrea

Sí, que se acaben con Choroní como destino turístico. No sólo he sido yo quien se ha preocupado por este asunto, sino que muchas personas me han escrito con angustia por la situación que confronta este pueblo, único en Venezuela. En mi último artículo sobre este tema

(http://www.aporrea.org/regionales/a34300.html), le manifestaba lo grave del asunto, porque Choroní, para su desgracia está bajo la jurisdicción del la Alcaldía del Municipio Girardot (Maracay) al frente de la cual se encuentra el señor Humberto Prieto y de la gobernación del Estado Aragua (Didalco Bolívar), los cuales se han puesto de acuerdo para causarle daño a Choroní.

Entonces, no contamos con ellos para nada. En años no se han construido ni siquiera los elementos de infraestructura básicos, tales como: aceras, brocales y cunetas. Ni qué decir de las calles que se encuentran en total abandono. Usted tiene en sus manos la solución de muchos de los problemas que tiene Choroní, no sólo porque es la Ministra de Turismo, sino porque usted conoce muy bien a Choroní.

Desde hace años Choroní ha sido olvidado totalmente y no cuenta con los recursos mínimos para desarrollar su industria turística, a pesar de diponer de aproximadamente 90 posadas y albergues de todo tipo.

Por eso, una vez más elevo ante usted este clamor: ayude a Choroní, porque no contamos con otra salida sino la que pueda aportar el Ministerio de Turismo.

¡El Gobernador de Aragua y el Alcalde de Maracay, son enemigos de Choroní!

6/5/07

Haga algo por Choroní, Titina: Usted lo conoce y este asunto le compete



¡Qué bello es el mar de Choroní, pero su malecón está hecho un desastre!


En un artículo sobre Choroní, publicado recientemente en Aporrea, (http://www.aporrea.org/regionales/a34197.html) describía con angustia una serie de problemas por los que atraviesa Choroní y que espero que alguien en su Departamento de Prensa le haya hecho llegar. Si eso no es así como temo, porque Choroní no debe figurar entre las prioridades del Ministerio de Turismo, me atrevo a tratar de hacerle llegar por esta vía, porque no tengo otra, esta angustia, que es compartida por muchas personas, que para demostrármelo me escribieron desde Venezuela y otros países, lo cual me asombró, porque no tenía idea de las repercusiones que tuvo ese escrito y del interés de la gente por Choroní.

No quiero abundar en muchos detalles sobre este asunto ante la señora Ministra de Turismo, porque afortunadamente ella, más que nadie, conoce muy bien a Choroní. Me voy a permitir la libertad de decirle que mi casa de Choroní, para mas señas, está a la entrada de La Pantojera, dos casas de por medio con la que fuera de Modesto y Leonides, buenos amigos ya idos de esta vida.


Calle de Santa Clara: al final, 
a mano izquierda, entrada a La Pantojera
Conozco muy bien cómo funciona (o mejor, funcionaba) el Ministerio de Turismo. Hay muchos planes, proyectos, inspecciones, registros, etc., etc. Pero a cualquier Ministro lo devora en poco tiempo las trabas burocráticas infaltables. Margarita, Canaima, Puerto La Cruz, Los Roques, Morrocoy y Mérida, están en franco desarrollo y tienen muchos dolientes, pero Choroní, como destino turístico está huérfano. ¿Qué puede hacer usted señora Ministra por Choroní?

No soy nadie para aconsejarla, pero óigame lo que le voy a decir: En Choroní, no hay ni Junta Parroquial, ni Alcaldía, ni Gobernador que le duela ni siquiera una cuneta de las calles de Choroní. Pero a usted seguramente sí. Dedíquese a desarrollar a Choroní como destino turístico y usted se verá recompensada, porque dejará una huella concreta e imborrable de su gestión. Nada de lo que usted haga por los otros polos turísticos de Venezuela se notará, pasará desapercibido; pero si usted logra encarrilar todo lo que se deba hacer en favor de Choroní, la hará grande y será reconocida por su labor. No caiga en tentaciones, piense en lo que le estoy diciendo, actúe y verá los resultados. Déme una señal del interés que tiene por Choroní.

No deje pasar esta ocasión de oro para ayudar a Choroní. Hay tanto que hacer, y lo poco o mucho que pueda hacer se notará inmediatamente. No sólo hay un interés por Choroní por cuestiones turísticas, he tenido noticias no confirmadas que la Armada está en trámites para construir un apostadero naval en Choroní. Ahora es el momento, aproveche que está en la cresta de la ola y salve a Choroní. Usted conoce sus problemas, puede resolverlos y además, es de su competencia.

3/5/07

Choroní, ¿es y será lo mejor?


La joya del Mar Caribe está en peligro


A Jesús Rafael Álvarez, a quien todos conocen en Choroní como “Coco”


En toda la cuenca del Caribe no existe, no conozco, ni he tenido noticias, de un pueblo con las características de Choroní: una auténtica joya por su arquitectura, por su ubicación, por su carretera que atraviesa el Parque Nacional “Henri Pittier”, el primero decretado en Venezuela en 1.936, donde esta ubicada la más grande, extensa y variada colección de aves del mundo, no solo permanentes, sino que es paso obligado para las migratorias. A las espaldas de Choroní se alza esta montaña que alberga una selva nubosa, que llena de asombro y gozo a quienes la visitan.

Choroní, además de ser un increíble pueblo colonial, tiene una bella playa, cuyo mar ora calmado, ora travieso cumple con las exigencias de todos los gustos. Y ese mar que nos deleita en su malecón, es fuente de trabajo para los pescadores que se aprovechan de las riquezas de ese mar.

Choroní tiene un río, que se mantiene activo todo el año, con frías aguas cristalinas que provienen de una pequeña hoya hidrográfica que lo nutre, y baja presuroso desde las altas cumbres hasta el mar que lo espera en Puerto Colombia. Tiene un clima envidiable, y cuando la canícula aprieta, una tranquila y mansa brisa marina se encarga de morigerar sus efectos. De noche, los suaves vientos que vienen de la montaña, se encargan de calmar las huellas que haya dejado el sopor del mediodía.

Choroní tiene una pujante industria turística con más de 90 posadas de todos los tamaños y categorías. En ciertas épocas del año, es tal la afluencia que muchas personas se abstienen de ir. Están en proceso de construcción y adecuación, más posadas y albergues eventuales. Prácticamente no existe el desempleo, porque quienes no están dedicados a la pesca, son absorbidos por el turismo y la construcción que demanda mano de obra que allí se encuentra; y los pobres que siempre existen, son atendidos por las misiones sociales de nuestro Gobierno.

Entonces, ¿es Choroní el mar de la felicidad? Choroní es fruto del esfuerzo de su gente, de los propios y de los extraños que allí se quedan; pero hay problemas que no pueden resolver, tales como:
1. La seguridad: La fuerza policial es insuficiente, incipiente e indiferente. Se generan hasta problemas de tránsito. Hay robos y atracos que antes eran asunto de periódicos.
2. La salud y el medio ambiente: Barrio Adentro funciona, pero con problemas. La Medicatura no se da abasto y sus instalaciones dan lástima. El río está siendo contaminado e intervenido ante los ojos impasibles de las ¿autoridades? La tala y el rancherío indiscriminado está amenazando la existencia de este río, que años atrás generaba la energía eléctrica que demandaba Maracay.
3. El urbanismo y los servicios: Prolifera la construcción descontrolada de ranchos sin las más mínimas condiciones de habitabilidad. Desde hace más de 10 años ningún ente, a cualquier nivel, se ha molestado en construir ni una sola casa. La CANTV presta un servicio detestable y CADAFE se encarga de sabotear la actividad turística con continuos y prolongados apagones. Recogen de mala gana la basura
4. El Terminal de pasajeros: La Alcaldía de Maracay, a quien está adscrita Choroní, tiene años construyendo esta obra y nunca la termina. Esta negligencia está a la vista de todos.
5. El malecón: Otro atractivo que tiene Choroní, lugar de visita obligada, donde los tambores resuenan sin cesar, hoy es una mueca, abandonado, sucio, desmejorado, sufriendo ante la indiferencia del Alcalde y el Gobernador, que son tan irresponsables que ni siquiera visitan a Choroní por temor a las protestas.
6. La vialidad: No se han construido ni calles, ni aceras, ni brocales, ni cunetas en muchos años. Lo que existe está en ruinas y el desastre de Choroní es evidente.

En Choroní existe la convicción que ni el Alcalde de Maracay ni el Gobernador de Aragua, quieren a ese pueblo; pero esa animadversión es mutua. Mientras el presidente Chávez fue favorecido con casi el 80% de los votos, espero unas elecciones para ver si Didalco Bolívar o Humberto Prieto pueden convencer por lo menos al 5% los electores de Choroní. Los restantes le tienen reservada una sorpresa.

20/4/07

Bolívar en Choroní: De la humillación a la grandeza




Diez días que Bolívar nunca olvidaría


Una flotilla con El Libertador a bordo desembarcó en Ocumare de la Costa el 6 de julio de 1.816, en una acción que había sido tomada en última instancia, con la intención de tomar a Caracas con rapidez y así sorprender al enemigo. La idea preconcebida era realizar una campaña por el Oriente del país y llegar hasta el Orinoco, pero el Libertador cambió de planes y se decidió por este punto del país. El general Carlos Soublette había desembarcado también en Ocumare y ese mismo día emprendió la marcha hacia los Valles de Aragua con el encargo de Bolívar de apoderarse de ese territorio, reclutar tropas y buscar provisiones. Pero ante el acoso de enemigo tuvo que retroceder.

Soublette se vio obligado a replegarse hacia un lugar conocido como Los Aguacates y allí el día 13 enfrentó al general Francisco Tomás Morales, consiguiendo una victoria parcial, pues los españoles se vieron rechazados. Morales, quien años después, en 1.824 lo encontraremos nuevamente en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo al frente de la derrotada flota española, no se amilanó y repitió el ataque y esta vez los patriotas llevaron la peor parte. El Libertador trató de ayudar a Soublette, pero llegó demasiado tarde. Esta debacle motivó que las tropas expedicionarias se replegaran a su base de operaciones en Ocumare de la Costa, a donde llegaron dentro del más grande estado de confusión.

El Libertador, cayó en un estado de depresión inusual y ante la inminente presencia de Morales, viendo que todo estaba perdido, pensó inclusive en suicidarse, y si no es por la presencia de Juan Bautista Bideou, quien evitó tal acción, otros hubieran sido los resultados de esta campaña. Este oficial Bideou aprovechó la única nave disponible y lo condujo hasta la isla de Bonaire. Bolívar estaba, una vez más, solo. La flota, a la orden de Brión, había partido hacia Curazao con los barcos cargados de frutos.

No bien hubo llegado Bolívar a Bonaire, se repuso anímicamente y de inmediato regresó a Ocumare de la Costa y se encontró con un espectáculo de horrible, con la ciudad y el puerto desiertos. En la playa estaba abandonado el parque de los patriotas: 1.000 cañones, 6.000 fusiles, miles de balas y demás pertrechos militares, es decir, todo lo que Pétion había entregado a Bolívar para la expedición que había partido de Los Cayos.

El Libertador entonces pasó a Choroní a buscar a sus compañeros, comandados por el general Gregor McGregor. Un Consejo de Guerra que se reunió de emergencia en el propio Choroní acordó salvar lo poco que quedaba. Tomaron nota que los tres pequeños barcos que acompañaban a Bolívar no tenían la capacidad necesaria para embarcar a todo el ejército, que se había ya reducido a 600 hombres. Los oficiales habían decidido no zarpar, no querían abandonar a sus hombres. Sin embargo, tampoco querían que Bolívar enfrentara la posibilidad de un repliegue terrestre por las amenazas que pendían sobre él, pensaron que lo más importante era que Bolívar se salvase y con él las esperanzas de la República. Acordaron, contra la opinión del Libertador, que bajo las órdenes del general McGregor, se iniciara una retirada por tierra, subiendo la montaña que separa a Choroní de Maracay, pasar por Cagua y así emprender, por la ruta de los llanos, el regreso a Oriente donde tendrían la ocasión de encontrarse con los grupos de guerrilleros que se habían establecido en la zona.

¿Qué era Choroní en 1.816?

Choroní era en aquella época además de puerto pesquero, tenía un pequeño muelle que estaba habilitado para la exportación, de allí su nombre de “El Portete”. De allí salían barcos cargados de cacao, café y otros productos agrícolas. El cacao de Choroní competía con el de Chuao, y según lo apunta Mario Briceño Iragorry en su obra “Casa León y su Tiempo”, las familias caraqueñas lo tenían en la más alta estima por su agradable sabor y delicioso aroma. Choroní, y hoy lo podemos ver en la arquitectura, era un pueblo de mantuanos, hacendados ricos que vivían en casas amplias y confortables; y de trabajadores agrícolas y pescadores que habitaban en lo que hoy se llama Puerto Colombia, a la orilla del mar. Barbarita Nieves, que 4 años más tarde se encontraría con José Antonio Páez, es un digno ejemplo de la vida que transcurría en Choroní. Estaba dotada de una la educación refinada y de cultura general envidiable. Barbarita tocaba muy bien el piano, contaba con voz de soprano, le gustaba y disfrutaba del teatro. Posiblemente, aunque no es seguro, Barbarita conoció en Choroní al general Carlos Soublette, con quien le toco compartir 11 años después, la interpretación de “Otelo” en Valencia.

Entre los oficiales que se encontraban allí en Choroní, además de El Libertador y el general Gregor McGregor, se contaban como hemos señalado al general Carlos Soublette, quien más tarde sería presidente de la República. También, los oficiales Manuel Carlos Piar, quien sería ejecutado dos años después, Santiago Mariño; José Antonio Anzoátegui y Ambrosio Plaza, héroes de Boyacá; Bartolomé Salom, héroe de El Callao y Diego Bautista Urbaneja. Tampoco es de extrañar que Bolívar se hubiera encontrado con el presbítero José Félix Sosa, firmante del Acta de la Independencia de Venezuela y quien tenía su casa en Choroní.

Finalmente Bolívar accedió a las súplicas de sus oficiales, y luego de una muy accidentada travesía por el Caribe, digna de un guión cinematográfico, llegó a Güiria procedente de Choroní, un mes después, el día 16 de agosto de 1.816. Fue tan lamentable el desembarco que el día 22 de agosto su autoridad fue desconocida por parte de los generales Santiago Mariño y José Francisco Bermúdez. Bolívar, enfrentó la conspiración de sus propios hombres, no flaqueó y logró por fin embarcar nuevamente hacia Haití, donde encontró al presidente Pétion dispuesto ayudarlo en una nueva expedición, esta vez con resultados positivos, tal como lo registra la historia.

“La Retirada de los Seiscientos”

Mientras tanto, MacGregor toma la conducción de los restos de la expedición. Como se había acordado, desde Choroní se retira al interior de Venezuela, por Maracay, Cagua y Villa de Cura. El día 18 derrota al coronel Juan Nepomuceno Quero. Siguiendo la ruta diseñada, se interna en los llanos venezolanos, rumbo a Oriente. El día 2 de agosto, en un lugar llamado Quebrada Honda derrota de nuevo al coronel Quero. El 6 de septiembre se libra la Batalla de Los Alacranes derrotando al coronel Rafael López. Finalmente llega a Barcelona, donde encarga al general Manuel Carlos Piarde el mando de las tropas. El 27 de septiembre, más de 2 meses después de la retirada de Choroní, ambos generales se enfrentaron nuevamente a Francisco Tomás Morales en la batalla de El Juncal, cerca de Barcelona y derrotaron al causante de tantos sufrimientos.

“La Retirada de los Seiscientos”, una travesía de centenares de kilómetros desde Choroní hasta Barcelona enfrentando al enemigo, casi sin armas ni provisiones, convirtió la derrota en una hazaña militar. Los patriotas recuperaron así la confianza que necesitaban, se reorganizaron y pudieron apartar a los que se habían opuesto a Bolívar. Los oficiales que no habían conspirado contra Bolívar pronto se dieron cuenta de la situación y no reconocieron sino su jefatura. En el mes de octubre de 1.816 los patriotas acordaron pedirle a Bolívar que regresara nuevamente y designaron a Francisco Antonio Zea para que se trasladara a Haití y le diera a El Libertador las buenas nuevas. Es así como el 21 de diciembre de 1.816 salió de Haití, con un rumbo fijo, regresar a Venezuela y librar a nuestra Patria del yugo del Imperio español.

La frase con la que abro esta crónica como antetítulo, “El arte de la victoria sólo se aprende por medio de la derrota”, justificó una vez más a nuestro Libertador. Nunca como entonces tuvo tanta razón.

8/3/07

Clamor por Choroní










































Publicado en Aporrea

He leído con atención el artículo de Oscar Díaz Punceles pidiendo un “sacudón para Choroní”, solicitud que obviamente comparto y respaldo. Desde hace mucho tiempo nuestro querido pueblo se encuentra sumido en la más completa ruina y abandono. En Choroní, pese a que su población se ha quintuplicado en los últimos años, no se han construido calles, ni aceras, ni brocales. Surgen desordenados barrios de cartón que albergan la miseria de centenares de familias. El Liceo y las escuelas no son precisamente el modelo de Simón Rodríguez y la basura se encuentra por doquier. Las mejoras de las viviendas se producen gracias al esfuerzo de la gente, pero la ayuda de nuestro Gobierno regional o local no llega a Choroní, quizá imposibilitado por la “infranqueable” montaña que lo separa de Maracay.

Choroní aporta al país unos recursos turísticos envidiables. Miles de personas se acercan cada semana para disfrutar de esos recursos, pero generalmente se encuentran con sorpresas tan desagradables como la inseguridad, las fallas del aseo urbano, el caos del tránsito, y el peor de los males, la desidia que está matando al río, otrora cristalino y cantado por nuestro poeta José Antonio Maitín.

¿Qué será del río Choroní en los próximos años? Hay algún organismo que pueda responder esta pregunta. Mientras tanto la contaminación lo está afectando y lo está condenando a un futuro previsible. No hay cloacas, la basura se vierte al río, que se ha convertido en un “auto-lavado”.

Pero, así como lo he soñado desde hace más de 20 años, tengo confianza en nuestra gente. Recientemente se han constituido cerca de 5 Consejos Comunales que tienen como tarea primordial mejorar el entorno de Choroní, que es la riqueza mas grande que tenemos y que es la fuente de ingresos más importante, junto con la pesca. Ojalá y no se conviertan en una mala copia de la Junta Parroquial cuyos integrantes fueron electos, no tanto por sus méritos, sino como un voto castigo a ciertos “compatriotas” que también se burlaron de nuestro pueblo.

La revolución no ha llegado a Choroní. Pese al masivo respaldo a nuestro Presidente (cerca del 80% de los votos), todavía estamos esperando que las autoridades locales y regionales terminen de convencerse que la infraestructura turística de Choroní no puede depender sólo del impulso de la iniciativa privada, porque ésta es insuficiente y que “sacudir” a Choroní es la mejor medicina para evitar que terminen por ser sacudidos por el pueblo.