“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

16/7/09

¿Dejaremos a nuestros aliados al garete?

Ubicación en el mapa del mar caribe oriental, de Antigua & Barbuda, Dominica y de San Vicente & Las Granadinas, tres países miembros del ALBA, cuya ubicación estratégica los hace apetecibles para un nuevo zarpazo del Imperio


Omar Montilla

La Alianza Bolivariana para América Latina y El Caribe (ALBA) es una propuesta de integración que difiere totalmente del ALCA, porque éste atiende a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones. El ALBA se afianza en su en lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto, expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos desde el punto de vista social, y no absolutamente en el aspecto comercial. Pero en el fondo, el ALBA es una alianza política también, porque sólo con una visión global de los problemas y de la decisión que tengamos de superarlos, podremos tener éxito.

Si hacemos un somero repaso a la membresía del ALBA, que incluyen a Antigua & Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, San Vicente & Las Granadinas y Venezuela, podemos sacar en conclusión que los próximos zarpazos vendrán contra uno de nuestros hermanos caribeños, que por territorialmente  pequeños, poco poblados y económicamente vulnerables no dejarán de ser objeto de la atención del Imperio, como se demostró con el golpe de estado que promovió la CIA en ese país, que incluyó el asesinato de Maurice Bishop, el primer ministro, el 19 de octubre de 1983,  seguido 6 días después con la cruenta invasión a Grenada durante el gobierno de Ronald Reagan. Grenada, después de  San Cristóbal & Nieves, es el país independiente más pequeño de las Américas, con una superficie de sólo 344 Km2. (3,3 veces más pequeña que la isla de Margarita) y su población apenas supera los 90.000 habitantes. Sin embargo el despliegue militar y mediático que acompañó a la invasión de Grenada, nada tuvo que envidiarle a la de Panamá o Irak.

Nuestros hermanos caribeños no pueden ser dejados a merced del viento, de la corriente. El maravilloso experimento social, económico y político que es el ALBA podría naufragar si no atendemos a nuestros aliados. Y esta es una tarea que incumbe a todos, no sólo a Venezuela.
¿Qué podemos hacer por nuestros hermanos caribeños? Buena pregunta que amerita una reflexión inmediata.

15/7/09

Nada sabíamos del golpe en Honduras ¿Pasará lo mismo con Guatemala?

Omar Montilla

La decisión de derrocar mediante un golpe de estado contra el presidente Zelaya, tuvo momentos culminantes, interconectados unos con otros: el primero fue el escenario económico, motivado al ingreso de Honduras a PetroCaribe en enero del 2008. Honduras recibiría un suministro de combustibles (búnker en su mayoría) hasta por US$730 millones al año, o sea de 20.000 barriles diarios de petróleo y derivados para la generación de energía térmica, mediante el pago del 60% en 90 días y el 40% en 25 años de plazo, con dos años de gracia y 1% de interés interanual. Ese 40% restante pasaría a conformar un fondo de financiación para obras gubernamentales. 

El fideicomiso del crédito era manejado por el Banco Central de Honduras, y la deuda se venía cancelando con productos, bienes y/o servicios, al igual que lo hacen otros miembros de Petrocaribe. El gobierno hondureño vendería el crudo y/o derivados a las compañías privadas que le venden energía térmica a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, acosada por una grave crisis económica. La gravedad de esta decisión del presidente Zelaya fue la gota que derramó el vaso. Los oligarcas nacionales y las transnacionales se vieron perjudicadas directamente, al quitarles el papel de intermediación, lo que encarecía enormemente los costos, cuyo diferencial, iba a sus bolsillos.


El segundo escenario fue político: el ingreso de Honduras al ALBA. Esta batalla del presidente Zelaya contra las cúpulas políticas enquistadas en el Congreso, las debilitó enormemente, pues no les quedó más remedio que darle su aprobación, mientras el presidente de ese organismo era el mismísimo Roberto Micheletti. Pero el aspecto político más resaltante fue la decisión del presidente Zelaya de posibilitar la participación ciudadana mediante la aprobación de una Ley especial que la permitía y la iniciativa de convocar a una consulta popular al pueblo hondureño, mediante la siguiente pregunta: “¿Está usted de acuerdo que en las elecciones generales de noviembre del 2009 se instale una Cuarta Urna en la cual el pueblo decida la convocatoria a una Asamblea Constituyente?”.

Otro escenario fue social: El presidente Zelaya con su adhesión al ALBA y a PetroCaribe, pudo disponer de fondos para abaratar el precio de los combustibles, reducir las tasas de interés en el pago de la vivienda en un tercio, decisión ésta que estimuló la actividad económica por la construcción acelerada de viviendas; aumentar el salario mínimo en un 60%, pasando de de 157 a 289 dólares; y matricula escolar y merienda gratuita  para los niños de Educación Primaria. No hay que olvidar los efectos de la campaña para erradicar el analfabetismo que pudo emprender con el método cubano “Yo sí puedo” y la cooperación de cientos de médicos cubanos para atender problemas de salud de los más pobres de Honduras.
La lógica indicaba que los éxitos de Zelaya y del pueblo hondureño eran los fracasos de las 10 familias y sus acólitos. No iban a esperar a ser barridos electoralmente como en Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia. El golpe de estado era la solución y para ello contaban con ciertos elementos que les daban ventajas. Pero nadie en este país se dio cuenta de ello, nadie advirtió al presidente de lo que venía… ¡nadie!

Entre los factores que hicieron fracasar el golpe suave y lento que se estaba desarrollando en Bolivia, estuvo el enérgico emplazamiento que le hizo el presidente Chávez al general Trigo, jefe de las Fuerzas Armadas bolivianas. ¡Lo paró en seco!. Pero en Honduras…
En Honduras las señales fueron telegrafiadas y la más importante, por ser de las últimas, fue el atentado que sufrió el presidente Zelaya la noche del viernes 13 de junio, en un tramo de la carretera de la periferia de Tegucigalpa, que la policía rápidamente dijo que "No se trató de armas de fuego, sino de piedras que impactaron en el vehículo presidencial, (lanzadas) por otro que pasaba por el lugar". El Canal 36 de TV de divulgó durante la que Zelaya había sufrido un atentado, e incluso difundió declaraciones de Zelaya diciendo que se investigaría el hecho.

Nos enteramos del golpe a través de la TV, cuando el presidente Zelaya fue secuestrado y expulsado de su país. La pregunta obligada es: ¿Pasará lo mismo con Guatemala? Este país está en la mira de los enemigos de la democracia y ya han dado bastantes pruebas de las intenciones que tienen con el presidente Álvaro Colom. ¿Nos enteraremos también por TV de su derrocamiento o de su asesinato?

En la cumbre del G-8 se enfocan algunos asuntos importantes

En la cumbre del G-8  se discutieron problemas de interés para las grandes potencias hegemónicas. Pero un asunto de particular interés que llevó la delegación brasileña, atrajo la mirada de los presidentes Barack Obama y Nicolas Sarkozi, quienes estuvieron de acuerdo en que tal “caso” era  muy atractivo para dejarlo pasar desapercibido.

10/7/09

Triste final para el “petkoff peruano”

Omar Montilla

Pocos imaginaban cuál era el futuro que tendría la carrera política de Yehude Simón, cuando aquel día, el primero del último mes del año 2000, recibía la noticia de que había sido indultado por Valentín Paniagua, el presidente peruano que había sustituido a Fujimori. “Prometedora”, era la constante en las expresiones cuando se referían a Yehude Simón, que emergía a la luz pública tras pasar casi nueve años privado de su libertad. Había sido condenado a 20 años de prisión en un juicio que duró apenas 5 minutos, por un tribunal que elegantemente llaman “sin rostro”, pero que en realidad era una banda de encapuchados que suplantaba a la administración de justicia en el Perú.

Ese prometedor político que emergía de las sombras de las cárceles del fujimorismo, había formado en 1991 un partido político llamado Patria Libre fruto del radicalismo de su pensamiento, pues se sentía profundamente nacionalista con una matriz eminentemente latinoamericana, abrevando, por supuesto en las enseñanzas de Bolívar, y de otros peruanos eminentes como Grau y Cáceres. Poco tiempo duró este experimento porque es 1992 cuando es apresado y aventado en una cárcel.

En esa cárcel, el mismo Yehude confiesa que comenzó a ablandarse y a plantearse interrogantes que más tarde justificarían su salto de talanquera. Entre esa cosas, dice que en aquel momento “Estuvimos muy alejados del país […] Uno no puede hablar del pobre si no siente la pobreza, no puede hablar de divisiones de clase si no siente el significado profundo de ello […] Es evidente que mi interpretación de la época fue errada, el muro de Berlín había caído y nosotros manteníamos principios caducos sin que eso signifique que Marx sea caduco. Él nos dio lineamientos para interpretar la realidad y, al igual que Mariátegui, fue pésimamente interpretado”.

En Perú se había hecho un gran esfuerzo en los ochenta, inédito en ese país, para lograr conformar un movimiento revolucionario, y con ese fin se formó la Izquierda Unida, que prometía conducir las ansias de ese pueblo eternamente oprimido. Yehude Simón llegó a ser Diputado por el departamento de Lambayeque durante esos años. Por supuesto que el más ardiente y radical defensor de ese proceso era Yehude Simón.
Ese proceso de ablandamiento, que pudiera ser natural y comprensible en algunos casos, sería inexplicable en Antonio Gramsci o en nuestro Pío Tamayo, que sólo salieron de la cárcel para morir con dignidad, reconocidos hasta hoy por su temple, su compromiso y su ejemplo. No vamos a detallar paso a paso ese “proceso” que sufrió Yehude Simón. Sólo vamos a destacar que cuando el gobierno de Alan García hacía aguas por el escándalo de corrupción que se suscitó con los contratos con ciertas empresas petroleras, mientras Jorge del Castillo era el primer ministro de ese gabinete de mafiosos, fue llamado el 14 octubre del año pasado para desempeñar ese cargo, del cual ahora está por salir, pero por la más angosta y oculta de las puertas de la trastienda.

Un político que llegó a ser considerado como el de “mayor aceptación” en el Perú, que había logrado alcanzar preeminencia en la presidencia de la región de Lambayeque, donde había sido reelecto derrotando al APRA, el partido de Alan García, ahora es considerado un cadáver político que alcanzó su triste final en la amazonia, por lo que sus escasísimos seguidores deberían estar de luto. Todo sucedió en Bagua. A pesar de ese proceso de reblandecimiento que se había apoderado sin piedad de Yehude Simon, se le tenía en consideración como una posible solución a los problemas del Perú, en las elecciones del año 2011, pero las posibilidades de una mejor opción en la política peruana se hicieron cenizas por convertirse en un servil seguidor de Alan García Pérez.

Todo el torrente de críticas que se han generado por la matanza de Bagua, en la amazonia peruana  contra el gobierno de Alan García van a tener un culpable, y todo parece conducir hacia una persona: Yehude Simón. Este personaje, que hoy arde por los cuatro costados, que renegó de su militancia política, que sirvió de muleta de uno de los gobiernos más corruptos del Perú y encima de eso represor y hambreador de su pueblo, termina con un conflicto, que como a Carlos Ortega, hoy asilado en Lima, “se le escapó de las manos”. Yehude, que siempre presumió de su sapiencia política, cayó en las garras inclementes de Alan García, que con aquel “acercamiento” había matado dos pájaros de un solo tiro, eliminando una amenaza a futuro de Yehude por su papel en Lambayeque, y por el otro, escabullirse del escándalo de los “petroaudios”

Los constantes desatinos de Yehude lo llevaron a tener una popularidad del 1%, ahora, al salir del gobierno, con el rabo entre las piernas, sus cifras serán, seguramente, negativas. Atrás quedó su carrera, aquellos destellos cuando fue electo diputado por Lambayeque (1985-1990), cuando en el Congreso llegó a integrar, ¡oh!, ironías de la vida!, la comisión de Derechos Humanos. Sale por su responsabilidad en la masacre de indígenas en la amazonia peruana, cuyos muertos algunos cuentan por centenares. Nunca se sabrá.

Este renegado y converso es ahora el adalid del neoliberalismo. Los decretos que dieron lugar a las protestas de los peruanos, aún hoy vigentes, son defendidos por Yehude, a sabiendas que los mismos fueron elaborados en bufetes privados para “adecuar” la legislación peruana a los dictados del tratado de libre comercio con los EEUU. Ahora es un enemigo jurado del movimiento popular y ha llegado a los extremos de acusar a Ollanta Humala por los "actos de violencia" en Bagua donde los pueblos originarios protestaban pacíficamente contra la imposición de los decretos aprobados por el Ejecutivo sobre la propiedad de las tierras. En la masacre perpetrada contra la población indígena de Bagua el pasado 5 de junio, 3 helicópteros MI-17 sobrevolaron la parte de la carretera que une la selva con la costa norte que estaba ocupada desde hacía algunos días por unos cinco mil indígenas awajún y wampis. Lanzaron gases lacrimógenos a la multitud mientras un grupo de agentes arremetió en tierra contra el bloqueo disparando con sus fusiles AKM. 

Ese hecho sangriento y las causas que lo motivaron no lo podrán borrar, pero “para variar” un ciudadano venezolano residente en el Perú, de nombre José Francisco Araque, fue detenido cuando presuntamente bloqueaba una vía en el marco de una huelga de transportistas: esa era la “prueba” que faltaba para acusar a Chávez por su “ingerencia”. Alan García publicó un artículo en el diario “Expreso” en el que afirmaba que su país afronta "una guerra fría, en la que participan gobernantes extranjeros", en supuesta alusión a Bolivia y Venezuela, cuyos Gobiernos son acusados con frecuencia de azuzar los conflictos sociales dentro de Perú. Mientras tanto, Yehude aplaude.

Yehude: ya que estarás fuera del gobierno cargando a tus espaldas la masacre de Bagua, la traición a tus principios, tu cobardía frente a los que por ellos sufrías, tu descaro al servir de comodín de un gobernante corrupto, tu enfrentamiento contra aquellos que fueron tus camaradas de lucha, seguramente acudirás a tus nuevos protectores, la derecha oligárquica  y la USAID, para fundar un diario. ¿Qué te parece este nombre?: “Tal Cual”.

9/7/09

Una anécdota olvidada del cardenal tegucigolpista

Foto del encuentro en Managua (Nicaragua) entre Daniel Ortega, 
Hugo Chávez y Manuel Zelaya, para la celebración del 28º aniversario
 dela Revolución Sandinista.  La suerte de Zelaya ya estaba echada.
Omar Montilla 

Hace casi dos años, concretamente el 29/07/07, publiqué en Aporrea un artículo titulado “El arzobispo de Tegucigalpa te quiso tegucigolpear, como tú lo tegucigalpateaste, bien…”, el cual hacía referencia al intercambio verbal entre el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga y nuestro presidente. 

En aquella oportunidad el “príncipe” de la iglesia  se permitió, en un acto celebrado con motivo de su visita a El Salvador, pronunciar una conferencia y presidir el bautizo de una niña. Allí se le despepitó la lengua, vomitando incontinentemente una serie de expresiones, entre ellas: "Chávez se siente como un Dios y con derecho a atropellar a todas las personas, bajo una soberbia que ya se ha visto en la historia en otros dictadores, e incluso en los que decretaron la muerte de Dios y después de 20 años desaparecieron del mapa y ahora se les recuerda como tiranos". [Recordó que] "los antiguos romanos decían sabiamente: si no tienes un amigo que te diga tus defectos, entonces págale a tu enemigo para que lo haga. […] "a Venezuela le espera un gran sufrimiento porque siempre que se erige un gobierno totalitario quien pierde es la libertad de las personas".  

Un breve resumen: Chávez se cree Dios, es un impostor; atropella a la gente, es un soberbio, dictador, tirano, es un asesino de Dios, preside un gobierno totalitario, conculca las libertades, hace sufrir a Venezuela, etc. Ahora sabemos que aquellos ataques no eran casuales, sino que formaban parte de una basta conspiración que estaba en marcha contra el presidente Zelaya, a quien disparaban por mampuesto a través de Chávez.


El presidente Chávez, visto el calibre del ataque gratuito sufrido por parte del señor cardenal, a quien ni siquiera conocía, respondió como corresponde. En esos días, refiriéndose a los lacayos de nuestro continente, tal como los enquistados en el Senado del Brasil, que repiten casi al unísono los ataques del Imperio contra nuestro país, que pretenden extorsionar a Venezuela con el ingreso a Mercosur, los calificó como los “loros de Washington”. Refiriéndose al cardenal dijo muy brevemente: “Salió otro loro más […] y ahora vestido de cardenal, ¡otro payaso imperialista!"

En aquel entonces, el Congreso hondureño instó al presidente Manuel Zelaya a exigir una disculpa de Hugo Chávez por “ofender públicamente” al arzobispo de Tegucigalpa, y señalaron que "el cardenal es una figura moral del país". Zelaya dijo que no instaría a Chávez a pedir disculpas, porque no era ni tirano ni dictador. ¡Touché!, como dicen los franceses. [*]

Unos días antes, el 20 de julio de 2007, Manuel Zelaya, había tenido la osadía de acompañar al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en la celebración del 28 aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista. Allí en Managua, el presidente Zelaya se encontró con el presidente Chávez, intercambiaron saludos, como se estila, hablaron brevemente y nada más. 

La reacción imperial no se hizo esperar. Charles Ford, el entonces embajador en Honduras declaró: “Creo que el Gobierno de una forma muy clara ha definido sus intereses, ha definido a las personas con las que quiere estar”, al referirse al encuentro de Managua. El tono, huelga decirlo, fue bastante duro, agresivo y amenazante. Hoy  todo se conjuga y como un rompecabezas, se van uniendo las piezas. La tenaza fraguada entre el cardenal y el embajador había decidido que la suerte de Zelaya ya estaba echada.

Nota

[*] Touché  es una expresión de la lengua francesa, utilizada en el deporte de la esgrima para decir tocado, con lo que se gana un punto, y según el desarrollo del encuentro,  quedaría fuera de combate. Del deporte pasó al habla común con igual significado. Tocado, usado como "fuera de combate", se produce cuando en una discusión el adversario queda sin argumento para seguir discutiendo o ha sido abrumado por la contundencia de la respuesta. Hay que acentuar la palabra, caso contrario, podría ser "tecla", o "pincelada", etc.

8/7/09

Honduras: Un terreno minado y desconocido

Las opciones del pueblo hondureño ante la pregunta formulada 
La pregunta que motivó un golpe de estado en Honduras: “¿Está usted de acuerdo que en las elecciones generales de noviembre del 2009 se instale una Cuarta Urna en la cual el pueblo decida la convocatoria a una Asamblea Constituyente?

Omar Montilla

Ningún país es igual a otro [1]. Países vecinos como Trinidad & Tobago y Guyana tienen una diversidad cultural, lingüística, étnica, religiosa, política y social, que poco tienen que ver con Venezuela. A pesar de las afinidades que nos unen a Colombia y Ecuador, que son las mismas que nos diferencian de nuestros otros colindantes, a ellas habría que agregar nuestra común herencia histórica, nunca me atrevería a juzgar la situación de estos países a partir de los hechos que ocurren en nuestro territorio.

7/7/09

Los 20 delitos que se han imputado al presidente Zelaya en Honduras

Las mujeres hondureñas en la vanguardia,
sin miedo
 
Estos son los 20 delitos que se le han imputado al presidente Manuel Zelaya, y que han dado motivos para que una banda de usurpadores encabezada por Roberto Micheletti se haya apoderado de Honduras, y por lo que también persigue a ministros y dirigentes políticos y sociales, tortura y masacra al pueblo, y que han hecho retroceder a Honduras 40 años.

01.- Matricula escolar gratuita  para los niños de Educación Primaria
02.- Merienda Escolar para los niños hondureños
03.- Bombillos (focos) ahorradores gratis
04.- Tractores para los campesinos
05.- Creación del Bono Agrícola
06.- Programa de Vivienda Solidaria
07.- Suministro de combustible a precio real
08.- Incremento del salario mínimo de 157 a 289 dólares
09.- Cero paquetes de impuestos
10.- Cero devaluación
11.- Reducción de interés bancario
12.- Respeto a conquistas populares
13.- Relaciones internacionales con todos los países
14.- Desenmascarar a grupos de mafias
15.- Promover la democracia participativa
16.- Luchar por la participación ciudadana
17.- Defender el Estado de Derecho
18.- Rechazar los chantajes de grupos de poder
19.- Enfrentar valientemente a las mafias del país
20.- Manejar con absoluta transparencia los fondos del estado

Este es el pueblo de Honduras que reclama a su presidente legítimo

5/7/09

Honduras: Laboratorio de la Guerra de Cuarta Generación

Omar Montilla

El itinerario diabólico

Si vamos a establecer un itinerario, vamos a comenzar con Nicaragua, donde poco bastó para que allí se desatara una “guerra de color” a consecuencia de las elecciones municipales, donde el recientemente fallecido Alexis Argüello, conquistó holgadamente la alcaldía de Managua y pese a esos resultados favorables, como en la Venezuela del año 2004 denunciaron un fraude que nunca pudieron probar. Gracias a la templanza del pueblo nicaragüense y de su líder, Daniel Ortega, se pudo desbaratar esa conspiración. Dije desbaratar, que no derrotar, porque los mismos factores que la impulsaron siguen muy activos.

2/7/09

Gramsci metió a Micheletti y a los medios en honduras

Johnny McDonald [Honduras]
Las dos caras de la migración
Omar Montilla

1. Introducción

Generalmente cuando los entendidos hablan de Gramsci esgrimen argumentos, citas, enunciados, teorías, etc., que la mayoría de los lectores no logran entender o no tienen a la mano elementos para la consulta. Gramsci se preocupó mucho por hacer comprensibles sus textos y la mayoría de ellos los escribió sin auxilio de bibliotecas, ni ficheros y en ambientes no muy propicios que digamos. Por eso, pongo a disposición de mis lectores la revista electrónica Gramscimanía
2. El poder y el consenso

El golpe de estado que se ha producido en Honduras dejará hondas, pero de verdad muy hondas lecciones para todos los actores políticos del continente, sean de derecha de izquierda o de todas las graduaciones que sea posible imaginar. Dura lección también para el Imperio, que deberá tener mucho más cuidado a la hora de dar un zarpazo. Dura lección para cierta izquierda que todavía pretende tomar por asalto el cielo, sin pasar por el purgatorio.

En lo que a los sectores democráticos y progresistas de nuestro continente se refiere, hemos discutido y debatido lo atinente a la crisis del estado y la forma adecuada de tomar el poder. No hemos sido ajenos a las ideas extra-continentales, y por eso en nuestro entorno causó cierta simpatía cuando en Italia se comenzó a ensayar con el “eurocomunismo”, supuestamente afincándose en las tesis de Gramsci, según las cuales en el llamado “occidente” no era posible la toma del poder siguiendo el ejemplo leninista-soviético. En España y Francia el “eurocomunismo” fue aprovechado para tratar de revivir los fracasados frentes populares de los años treinta, que tuvieron una réplica casi inmediata en Chile, que hicieron posible el triunfo electoral de Pedro Aguirre Cerda, que lo convirtió en presidente de ese país. El Frente Popular surgió en Chile de los factores que en aquel momento adversaban al gobierno de Arturo Alessandri. Era una coalición heterogénea integrada por socialistas, comunistas, otros sectores democráticos, y con el valioso aporte unitario de la Confederación de Trabajadores de Chile, y con la adhesión final del partido radical.

De esta cantera de ideas y acciones viene Salvador Allende, quien fue ministro de salubridad del gobierno de Aguirre Cerda. Allende estuvo convencido, hasta el último hálito de su vida, que las vías democráticas eran las únicas posibles para la construcción del socialismo, y sus palabras finales fueron mucho más que un mensaje poético, sino eminentemente político: "Mucho más temprano que tarde se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

En Venezuela ensayamos con una insurrección militar que traducía profundas aspiraciones populares, que tenían cercenada la participación protagónica en la vida política del país. El fracaso militar se transformó en un huracán político que hizo posible un gran consenso popular para ganar las elecciones de 1998, a partir de las cuales se comenzó a gestar un nuevo Bloque Histórico, cuyo andamiaje está expuesto a la vista del público.

Ante la inminencia de una crisis, Gramsci escribía: 
“El ejercicio normal de la hegemonía en el terreno controvertido clásico del régimen parlamentario […] se caracteriza por una combinación de fuerza y consenso, que se equilibran de diferentes maneras, sin que la fuerza predomine demasiado sobre el consenso, y tratando de la que fuerza parezca apoyada en la aprobación de la mayoría, expresada mediante los llamados órganos de la opinión publica […] en el periodo de la posguerra, el aparato hegemónico se quiebra y el ejercicio de la hegemonía de vuelve permanentemente aleatorio”.
Es indiscutible que, para alcanzar la hegemonía tiene que ser precedida de un amplio consenso, que sólo se logra cuando las mayorías, cualesquiera que estas sean, están convencidas de los fines que persiguen, así no sean los propios. No es de extrañar que en épocas críticas, las oligarquías se atrincheren en la defensa de sus intereses económicos obviando por superfluos, aquellos que tratan de hacernos creer que les importa, como son la defensa de la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión, que en su etapa inicial es el leitmotiv de su existencia. Debemos tener muy en cuenta que las escenas políticas siempre están plenas, que todo cuenta y todo sirve, que no hay espacios huecos, vacíos. Cuando la derecha oligárquica en plena crisis abandona su tema central de batalla, éste debe ser retomado con bríos indomables por los sectores populares. Ese es parte del legado de Gramsci que no hay que olvidar.

Cuando nos abstenemos, cuando nos mimetizamos, cuando no queremos asumir el rol que nos corresponde, entonces la derecha se aprovecha de ese vacío que se produce y toma los espacios para sí. Cuando la izquierda quiere parecerse a la derecha termina en fracasos, como sucedió en las últimas elecciones europeas. Ante una dudosa copia que desencanta y engaña, se produce un vacío que lo toma la derecha porque el pueblo se abstiene de participar, permitiéndole a la derecha que arrase, no sólo con la izquierda, sino con la tibia social democracia. El Partido Comunista Italiano está a punto del k.o. y al borde de un abismo que los conduciría a la conversión en polvo cósmico; mientras los amoríos con colegialas, fiestas con putas y escándalos empresariales  le suman simpatías y una imagen positiva a Silvio Berlusconi. 

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pese a ser apoyado por artistas e intelectuales, entre los que se destacan Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat y Pedro Almodóvar, se inclina ante la derecha conducida por Rajoy y los más perversos herederos del franquismo. En Inglaterra, el Partido Laborista, ante la inminente eventualidad de elecciones anticipadas, será derrotado por el partido conservador. Sarkozi y Carla Bruni la parejita mas cuchi de los últimos años en Francia tiene éxitos electorales a pesar del “Si tu reviens j'annule tout”. Los militares secuestran y expulsan del país al presidente de Honduras. En Argentina, los Kirchner sufren un serio descalabro, sin disimular el menosprecio que sienten por la izquierda.

En un trabajo que publiqué hace dos años, titulado Antonio Gramsci y la Teoría del Consenso: Problemas de interpretación expuse que Gramsci no estaba de acuerdo con Marx ni con los marxistas que consideraban que la lucha de clases, se reduciría prácticamente a un choque de trenes entre los capitalistas y los trabajadores, de allí que pensase en que la toma violenta del poder era una estrategia no solo equivocada, sino peligrosa e incontrolable. Gramsci creía que la lucha de clases requería además de la cooperación de otras fuerzas sociales, pero contando siempre con la hegemonía del proletariado, que no de su dictadura. La teoría de la hegemonía es una teoría al servicio de una estrategia revolucionaria, mediante la cual es posible organizar el consenso entre las clases oprimidas. Gramsci estaba consciente que, además de utilizar la fuerza del aparato del Estado y de la coerción, la clase capitalista también usa la fuerza política e ideológica del consenso. Para hacer la revolución no sólo basta con tomar el poder por asalto, sino que se hace imprescindible un trabajo de convencimiento, para acabar con las contradicciones ideológicas que el pueblo tiene dentro del sistema capitalista.

Por su parte, Néstor Kohan en su trabajo Gramsci y Marx: Hegemonía y poder en la teoría marxista, expresa: “Al concebirlo de este modo, no sólo como aparato, máquina de guerra o Estado-fuerza sino también como productor de consenso, el Estado representativo moderno se transforma en un ámbito de negociaciones -"junta de negocios"- y compromisos políticos entre diferentes fracciones de clase (burguesas). La doctrina del [Estado-fuerza = aparato = máquina de guerra] tiene la ventaja de que pone en primer plano y por lo tanto destaca la violencia inmanente que conlleva el capitalismo como sociedad, pero lamentablemente no da cuenta de ese plus que le permite a la burguesía construir su hegemonía: el consenso, el fetiche de la república parlamentaria con su dominación general, anónima y universal que tanto se esforzó Marx por desmitificar en sus análisis empíricos de 1848-1852. Una desmitificación que sigue siendo una tarea pendiente en la actualidad, cuando se han desdibujado en el horizonte presente las propuestas radicales que históricamente aspiraban a la superación de la república burguesa parlamentaria intentando reemplazarla por nuevas formas políticas más democráticas que aquella”.


3. Consenso y medios de comunicación

El consenso social y político adviene a través del convencimiento de que la conducta que asumimos es la correcta. Ese convencimiento es posible, en la mayoría de los casos a través de la imposición de la ideología de la clase dominante. Antes de que Marshall McLuhan designase al mundo como una “aldea global” ante la evidente supremacía hegemónica de los medios de comunicación entremezclados con la conciencia humana a través de medios electrónicos, ya se percibía la “declinación forzada” de las iglesias cristianas en el papel de adormidera de las conciencias.

El consenso, es una estrategia, un modo, un camino, no un fin. Gramsci nunca argumentó que la insurrección armada (guerra de maniobra) no fuera necesaria, sino que ante el advenimiento de una crisis orgánica e inclusive económica, la misma se haría inevitable. Pensaba que el papel del partido revolucionario debía tener como norte un compromiso permanente con las luchas de las clases oprimidas, con el oído puesto en la tierra, para pulsar los sentimientos de su pueblo y poder obrar a tono con esa realidad. Si la crisis hondureña desemboca en una insurrección armada, con incalculables costos de vidas humanas, sería una consecuencia, el efecto de una causa y no lo contrario.

La crisis hondureña como consecuencia del golpe de estado es una crisis metonímica en el sentido estricto de la palabra, al persistir los medios de comunicación sometidos al Imperio en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, con el empleo de las palabras en sentido distinto del que propiamente les corresponde. Si la metáfora es una sustitución por semejanza, la metonimia es una sustitución por afinidad o proximidad. Pero, como todas las figuras retóricas, la metonimia es también una forma de interpretar la realidad y, en última instancia, un intento de controlarla a través de los símbolos. Por eso, la metonimia es uno de los recursos básicos de los sueños, de la poesía, de las perversiones, de la religión, de las ideologías.

No hay nada más legítimo que consultar al pueblo, directamente y sin intermediarios. Sin embargo, los gorilas hondureños toman la iniciativa presidencial como un “atentado a la constitución”; el secuestro del presidente es una “sustitución forzada”; la expulsión del presidente de su país, es una “fuga”, y como fugitivo sería apresado al regresar a su país; la inasistencia de los altos funcionarios secuestrados, apresados y/o perseguidos han incurrido en “abandono de sus funciones”; cuando los militares sacan del aire a ciertos medios radioeléctricos y televisivos se debe a “actos de sabotaje de los partidarios de Zelaya”; el estado de sitio que vive Honduras ha sido causado por “perturbación grave de la paz”, que ellos causaron por la ruptura violenta del hilo constitucional con el golpe de Estado.

El diario “Tiempo” que se edita en San Pedro Sula, para mi sorpresa trae algunos elementos en su editorial, que reproduzco: 
“El decreto ejecutivo Nº 011-2009 puesto en vigencia por el régimen suspende los siguientes derechos individuales: la libertad personal; la detención e incomunicación solamente por un máximo de 24 horas y la detención judicial para inquirir sin exceder los seis días; la libertad de asociación y de reunión; y el derecho de circular libremente, salir, entrar y permanecer en el territorio nacional […] comprende todo el país, aunque aparentemente  solamente rige en la noche, desde las 21:00 horas, hasta las 6:00 horas de la mañana […] Los gobiernos, por lo general, hacen todo lo posible para evitar la aplicación de los estados de excepción, puesto que significa la existencia en el país de un desorden público que la autoridad constituida —o impuesta— no se siente en capacidad de controlar con medidas legales comunes, y, por lo mismo, tiene que recurrir a la negación de las garantías constitucionales. Esto es, por lo que se puede apreciar, lo que está sucediendo debido a las manifestaciones de rechazo popular al rompimiento del orden constitucional, que son objeto de dura represión y cuyo escalamiento parece incontenible, aun cuando esto no trascienda al conocimiento público en su verdadera dimensión por manipulaciones en el sistema de comunicación social del país.”
Lo más curioso viene explicado en el mencionado editorial, y es el relativo a la libertad de expresión
“… en el decreto de estado de sitio la libertad de expresión no ha sido consignada, sin duda porque se considera innecesario hacerlo.   La  libertad de expresión está siendo violada en diversas formas, utilizando métodos de boicot, de persecución y de amedrentamiento, lo cual es objeto de fuertes denuncias ante los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos, no así en lo que corresponde al comisionado nacional de derechos humanos, por razones conocidas por todos y que no vale la pena explicar”.
4. El látigo de la contrarrevolución

Muchas veces la ambición desmesurada de las clases dominantes desborda el escenario donde actúan y como razón natural y lógica provocan reacciones inesperadas. Lo que parecía celebración de una consulta sin consecuencias legales, o sea “no vinculante”, que no obligaba a nadie, sino que era un simple instrumento, una medición de lo que pensaba el pueblo de Honduras, se transformó en un suceso de suma trascendencia para la historia de nuestros pueblos. Algún día habrá que agradecer al gorilaje hondureño haber despertado tantas conciencias, y, porque lejos de acabar con la democracia, la han robustecido y han contribuido a abrir esperanzas de cambios que serán indetenibles.

En Honduras habría que esperar que “maduraran” las condiciones objetivas para el cambio del capitalismo al socialismo, gracias a los acontecimientos de la contrarrevolución y de la antidemocracia, las cosas han cambiado. Por eso es tan importante Gramsci, para entender la situación de Honduras, porque a partir de la teoría del consenso, elaborada como doctrina subjetiva para la revolución, las condiciones y posibilidades de la transición de un sistema a otro deben aflorar dentro de la situación específica de cada país, algo que se facilita con el establecimiento de una hegemonía sobre la sociedad civil, como preparación para la conquista del poder. Es en la sociedad civil y sólo en ella, donde se halla el mecanismo para conquistar el poder. Por eso es que son tan importantes los intelectuales orgánicos, para sirvan de sustento al partido que ha de aprovechar la “maduración” para armar los cambios revolucionarios. Gramsci retoma aquí lo que Lenin había elaborado sobre la teoría de la hegemonía.

No somos adivinos. No sabemos qué ocurrirá en Honduras, pero de algo estoy seguro, y no es tampoco ninguna novedad: Ya nada será igual que antes

28/6/09

Secuestran al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya


Delito: Su intención de consultar al pueblo hondureño para eventualmente colocar una urna adicional en los próximos comicios para viabilizar la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente

24/6/09

¿Es negativo el hiperliderazgo de Hugo Chávez Frías?

Omar Montilla

Hace diez años, cuando llegamos al gobierno, había  en el país ciertas condiciones objetivas que permitieron un cambio significativo. En aquellos días ya se percibía la calidad del liderazgo de Chávez en el país, que había sido alimentado por los sucesos de 4 de febrero de 1992 y por la extraordinaria gesta electoral de diciembre de 1998, donde una coalición de los partidos de la derecha salieron vapuleados.

Tal acontecimiento no hubiera sido posible sin la participación personal de Hugo Chávez Frías, que de un solo envión sacó el 56% de los votos a merced de las peores condiciones electorales. Recuérdese que poco antes de las elecciones, AD-Copei reformaron la legislación electoral separando los comicios presidenciales de los parlamentarios, con la infecunda esperanza de lograr ventajas que le permitieran lo imposible: derrotar al huracán Chávez. La eterna izquierda siempre se contentó con alcanzar el 10% de los votos, en el mejor de los casos, y con una dirección al frente de la cual estaban Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, Freddy Muñoz, Américo Martín, Douglas Bravo y Gabriel Puerta Aponte, lo mejor que pudo haber sucedido fue que el buen Dios no permitió que los hoy renegados y conversos se hicieran con las riendas del gobierno. De las pocas excepciones de aquel liderazgo deprimido sólo sobrevivieron unos pocos, por sus condiciones personales e ideológicas, José Vicente Rangel, Guillermo García Ponce y el lamentablemente fallecido Pedro Ortega Díaz.

17/6/09

El Salvador: Investigarán el asesinato de seis jesuitas en 1989 y la participación de "El Matacuras"

Su afición desmesurada por las bebidas alcohólicas, es bastante conocida en nuestro país


El nuevo presidente de El Salvador, Mauricio Funes, cuya elección acabó con decenas de años de gobiernos al servicio de la oligarquía y el imperio, en una de sus primeras declaraciones ofreció enterrar la impunidad y someter a los tribunales a los autores de numerosos crímenes, perpetrados por el brazo armado del partido fascista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), fundado en 1985 por Roberto D´Aubuison, autor intelectual de la muerte de monseñor Arnulfo Romero, ejecutado con un tiro en la frente cuando oficiaba misa en la catedral de San Salvador.

Otro de los hechos más repugnantes y viles fue el asesinado de seis sacerdotes jesuitas: Ignacio Ellacuría, Armando López, Juan Ramón Moreno, Ignacio Martín- Baró, Segundo Montes y Joaquín López, profesores todos de la Universidad Centroamericana (UCA), acusados de estar vinculados con la guerrilla del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FLMN).