“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

15/5/15

Revolución y (crítica del) progreso: la actualidad ecosocialista de Walter Benjamin

El concepto de progreso debe ser fundamentado en la idea de catástrofe. Que “las cosas continúen así” es la catástrofe” | Walter Benjamin
 
Fabio Mascaro Querido   |   Desde mediados de la década de 1970, la reorganización de los parámetros de acumulación y reproducción ampliada del capital anunció la emergencia de una crisis ecológica sin precedentes, revelando el ímpetu destructivo que preside la lógica capitalista. Desde el crecimiento exponencial de la polución del aire, el agua potable y el medio ambiente a la destrucción vertiginosa de las selvas tropicales y la biodiversidad, desde el agotamiento y la desertificación del suelo a la drástica reducción de la biodiversidad por la extinción de millares de especies, son varios los ejemplos del carácter destructivo del modelo civilizatorio capitalista.

13/5/15

El camino de la experiencia: la ‘Fenomenología del espíritu’

Luis Eduardo Gama   |   Como en todo gran pensador, la reflexión filosófica de Hegel surgió de una experiencia vital e inquietante con la realidad espiritual de su momento. La inquietud fundamental que anima desde sus inicios al pensamiento hegeliano proviene de la experiencia del desgarramiento del individuo moderno en esferas antitéticas.
Hegel ✆ Afshin Sabouki

Esta experiencia se hace palpable para Hegel en todos los ámbitos de la vida: está presente en el desarraigo del individuo frente a un entorno natural reducido a objeto de las ciencias empíricomatemáticas y de la dominación de la técnica, se hace visible en el ámbito de lo político, en el que un individualismo exacerbado y una visión mecanicista de la sociedad generaron un estado contractual de sujetos egoístas para los que la vida pública era tan solo el medio para satisfacer sus intereses particulares, y está presente en la esfera del arte, donde el romanticismo imperante había hecho del sentimiento subjetivo el principio dominante, con lo que la obra de arte ya no podía cumplir la función constituyente e integradora de lo social que, por ejemplo, tenía entre los griegos. En todos estos casos, los individuos se encuentran divididos entre tendencias contrapuestas, entre la búsqueda de la autonomía individual y la pertenencia a tradiciones históricas y comunidades naturales, entre el ideal de un saber metódico y las verdades evidentes, pero no operacionalizables, de la religión o el arte (ver Giusti, 1986, pág. 27).

12/5/15

La reinterpretación de la historia en la España franquista

Esteban Mira Caballos   |   Consumada la victoria, los vencedores pasaron a construir su nueva España. Para ello era fundamental contar con mujeres adoctrinadoras en el hogar y con una escuela vinculada al régimen. Lo primero que hicieron fue desmontar rápidamente la escuela republicana, realizando una dramática purga entre los enseñantes, comenzando por el cuerpo de maestros y profesores de secundaria y terminando con los de la Universidad. Todo aquel que hubiese mostrado alguna inclinación o simpatía hacia la república o simplemente hacia el ideario liberal era posible cabeza de turco de la represión. Unos fueron fusilados y otros consiguieron escapar al exilio. Pero la cosa no quedó ahí; el franquismo asumió desde un primer momento la idea falangista de la revolución social, para ello montó una verdadera contrarrevolución educativa. Su revolución social sólo se podía llevar a cabo a medio plazo, educando a los jóvenes en la ideología Nacional-Catolicista. A la caza de brujas que supuso la depuración de educadores, siguió el expurgo de las bibliotecas escolares, eliminando todas aquellas publicaciones que no fuesen acordes con el nuevo espíritu que ellos llamaban revolucionario pero que en todo caso era contrarrevolucionario. El círculo se cerró con una férrea censura, supervisada por la Iglesia, sobre las publicaciones, los periódicos, el cine, la televisión, el teatro, etcétera. La democratización y la universalización de la escuela, que con tanto ímpetu pretendiera implantar la II República, eran ya agua pasada. La nueva educación se basaría en una visión conservadora y patriótica de la historia nacional.

Pasado, presente y futuro del socialismo

Aldo Casas   |   […] cuando se demolía el Muro de Berlín y la implosión del mal llamado “socialismo real” aceleraba la restauración del más salvaje capitalismo, incluso en la China conducida por un partido llamado comunista, circulaba en los países del Este esta broma: “¿Sabe que es el socialismo? Es el camino más difícil y tortuoso para pasar del capitalismo al capitalismo”. Más allá de su irónico cinismo, el chiste ilustraba el abismo que separaba las realizaciones prácticas del “socialismo” (estalinizado o socialdemócrata) de los iniciales ímpetus emancipatorios del movimiento obrero y revolucionario.

Para considerar con perspectiva histórica semejante desastre, vale recordar las amargas reflexiones con las que Carlos Marx denunció el oportunismo que tempranamente impregnó al Partido Socialista Obrero de Alemania (luego Partido Social Demócrata Alemán). En la carta con que presentó su crítica, afirmaba que ese programa (conocido como Programa de Gotha) era “absolutamente inadmisible y desmoralizador” porque los dirigentes que lo redactaran habían admitido “el chalaneo con los principios”. 

¿Un futuro para el socialismo?

Composición fotográfica deTerry Eagleton
Terry Eagleton   |   El augur es aquel que busca predecir el futuro para poder controlarlo. Su tarea es husmear en las entrañas del sistema social para descifrar los presagios que le aseguren a sus gobernantes que el sistema perdurará. En nuestros días, es generalmente un economista o un ejecutivo de los negocios. El profeta, en cambio, no tiene interés en predecir qué sucederá excepto para advertirnos que, a menos que cambiemos de camino, es improbable que tengamos un futuro. O, en todo caso, si lo tuviéramos, sería un futuro profundamente desagradable. Su preocupación es denunciar la injusticia del presente, no soñar con una perfección futura; pero como no se puede identificar la injusticia sin recurrir a una noción de justicia, alguna forma de futuro ya está implícita en esta denuncia. Así como el presente es un resultado, en gran medida, de aquello que no llegó a ocurrir en el pasado, también una imagen del futuro puede ser atisbada, negativamente, oblicuamente, en lo que está faltando en el presente. La mejor imagen del futuro es el fracaso del presente. O de otro modo: en las contradicciones del presente, en los lugares donde fracasa en ser idéntico a sí mismo, en aquello que le es totalmente constitutivo y aun así es descartado como desperdicio y excedente, es allí donde los destellos del futuro pueden ser discernidos como los resplandores a través de los tajos de una tela.

Origen y presente del socialismo

Iñaki Gil de San Vicente   |   El socialismo está siempre en adecuación y adaptación porque el capitalismo, su enemigo mortal, se adapta y adecua permanentemente. La lucha de clases es movimiento continuo a partir de las contradicciones sustanciales del capitalismo, lo que hace que la teoría socialista deba (re)crearse, descubrir e integrar los brotes que emergen de las raíces y las vivifican. Por esto, está condenada al fracaso cualquier definición cerrada, fija, dogmática del socialismo. La lucha de clases es la que impulsa con sus lecciones prácticas el enriquecimiento teórico del socialismo.

La lucha de clases mundial es la que enfrenta en todo momento de una forma u otra, pública o soterradamente a la minoría capitalista con la humanidad trabajadora, el capital con el trabajo. La lucha de clases particular, local, es la que se libra en cada pueblo, en cada nación o región del planeta entre las burguesías y los pueblos trabajadores de esos lugares. No puede existir una sin otra porque son formas de la misma esencia. El socialismo es la fusión de estas dos expresiones de la unidad: la mundial y general, y la nacional y local. Unidad que se reaviva al desarrollar formas nuevas en la historia del capitalismo desde el siglo XV hasta ahora: mercantil y comercial, industrial y bancario, financiero e imperialista, imperialista y especulativo en la actualidad. En lo relacionado con el avance teórico-político, podemos discernir cinco fases:

10/5/15

Setenta años después | El aporte de la URSS en la Gran Guerra Patria

La bandera soviética en el Reichstag:
La Alemania nazi ha sido derrotada
Atilio Boron   |   El 70° aniversario de la caída de Berlín a manos del Ejército Rojo es una buena ocasión para someter a revisión algunos lugares comunes acerca de la Segunda Guerra Mundial y su desenlace. Especialmente uno, ampliamente difundido por el mundo académico y las usinas mediáticas del pensamiento dominante, según el cual la derrota del Tercer Reich comenzó a consumarse cuando Londres y Washington abrieron el frente occidental con el desembarco de Normandía, arrojando un pesado manto de olvido sobre la decisiva e irreemplazable contribución hecha por la Unión Soviética para destruir al régimen nazi y poner punto final a la guerra en Europa. Geoffrey Roberts, un profesor británico especialista en el tema de la Segunda Guerra Mundial, ha ido más lejos, al sostener que la Unión Soviética podría haber derrotado por sí sola al fascismo alemán –claro que a un costo aún mayor y en un enfrentamiento más prolongado– y que para tal empresa la colaboración angloamericana no era imprescindible, como sí lo fue para los aliados la heroica lucha de la Unión Soviética. Pero la opinión de Roberts está lejos de encuadrarse en la categoría de las “creencias aceptables” para el sistema, y por eso sus análisis son ninguneados por el saber convencional. Es obvio que para la ideología dominante fue el “mundo libre” el que derrotó al nazismo y que la colaboración soviética fue algo accesorio. La realidad, en cambio, fue exactamente al revés: lo esencial fue la resistencia soviética primero y su arrolladora contraofensiva después, sin la cual ni británicos ni estadounidenses jamás podrían haberse acercado a Berlín.

Vietnam, cuarenta años después

Foto: Hanoi, la capital de Vietnam
Sergio Rodríguez   |   El pasado 30 de abril se conmemoró el 40 aniversario de la victoria definitiva del pueblo vietnamita en la guerra de liberación contra la intervención estadounidense. Con ello se produjo el inicio de la ansiada reunificación del país y el comienzo de una etapa distinta para el Vietnam heroico que resistió y derrotó la agresión de tres grandes potencias durante el siglo XX: la Francia colonialista, el Japón expansionista y el Estados Unidos imperialista, las que no obstante manifestar distintas formas de injerencia, expresaron un misma talante al intentar ocupar y devastar el territorio de este país cuyo pueblo es expresión de un alto sentido patriótico y una gran voluntad de lucha y victoria.

Le Duan, legendario líder vietnamita y sucesor de Ho Chi Minh en la conducción del Partido Comunista de Vietnam (PCV) y en el gobierno, lo explicaba diciendo que la revolución vietnamita siempre tuvo como característica enfrentar  a enemigos imperialistas poderosos y en algunas ocasiones, no sólo a uno, sino varios a la vez, y que para ello habían aplicado de manera creadora la enseñanza leninista de que “Solo es posible derrotar a un enemigo más fuerte, haciendo grandes esfuerzos y con la obligación de saber aprovechar de manera minuciosa, sumamente atenta, cuidadosa e inteligente cualquier ‘grieta’ entre los enemigos por pequeña que sea…”

8/5/15

Spinoza y su teoría sobre el origen y la naturaleza de los afectos

Baruch Spinoza
✆ Ben Nadler
Luis Roca Jusmet   |   La Ética de Baruch Spinoza me parece uno de los trabajos filosóficos más potentes y fecundos de toda la Historia de la Filosofía. Voy a comentar aquí la parte tercera, que es la que podríamos llamar, tomándonos muchas libertades, psicológica. La primera y la segunda parte las llamaré ontológicas : tratan respectivamente sobre lo que es y sobre lo que somos. La primera lo hace sobre Dios o la Substancia eterna, cuyas expresiones infinitas son el pensamiento y la extensión. Como parte de esta Substancia o unidad de todas las cosas están los modos finitos, que es lo que somos cada uno de nosotros. Con lo que pasamos a la segunda parte que habla de las ideas y los cuerpos. Las ideas son los modos finitos como se expresa el pensamiento, que es a su vez expresión de Dios; y el cuerpo es el modo finito como se expresa la extensión, que es igualmente atributo de Dios. Lo cual quiere decir que Dios es materia, aunque no solamente materia. Desde esta ambigüedad podemos discutir si es pertinente o no llamar materialista a Spinoza. Al ser modos finitos tenemos una duración y nos desplegamos en el tiempo. Dice Spinoza que hay una conexión entre el orden de las ideas y de los cuerpos y el sentido que tiene esta afirmación se presta a muchas interpretaciones.

El trabajo: una historia benjaminiana

Walter Benjamin ✆ Rocha
Maciek Wisniewski   |   Walter Benjamin (1892-1940) –incluso ya cuando descubrió a Marx para su filosofía y crítica cultural, expandiendo luego las fronteras del marxismo– no le prestó ninguna atención especial a la cuestión del trabajo. Simplemente no era su principal tema de interés. Pero la historia de su vida –como las historias de tantos de nosotros que, viviendo bajo el capitalismo, estamos obligados a vender nuestra fuerza de trabajo para poder sobrevivir– estuvo íntimamente entrelazada con este asunto.

Los fantasmas de inseguridad y precariedad, los problemas financieros y laborales, acechaban al autor de las Tesis sobre la historia desde el principio hasta su muerte suicida; su vida en este sentido –y en sus propias palabras– era una permanente ruina y catástrofe. Cuando sus planes de emprender una carrera universitaria de tiempo completo se vieron finalmente frustrados (en un momento, incapaz de mantener a su esposa e hijo, tuvo que volver a vivir con sus padres), la única fuente estable de ingresos eran sus colaboraciones para la radio, en aquel entonces una nueva oportunidad laboral para los knowledge workers (véase: Radio Benjamin, Verso, 2014, 424 pp.).

7/5/15

Nietzsche: profezia o innocenza

Friedrich Nietzsche
✆ Fabrizio Cassetta
Mario Cassa   |  Tra i Frammenti postumi (nov. ’87 – marzo ’88) di Nietzsche si trova un testo, spesso citato, che porta il titolo di Prefazione (Vorrede). Testo noto e citato, dicevo, quello di questo Vorrede, ma poche volte misurato nel suo significato di discorso estremo, decisivo; poche volte letto con quello stato d’animo che qui più che mai Nietzsche esige; così come lo dice in apertura del testo stesso: «Le cose grandi esigono che di loro si taccia o si parli con grandezza: con grandezza, cioè cinicamente e con innocenza». Ed ecco dunque, di seguito, il testo dei capoversi 2, 3 e 4:); una delle ultime prefazioni per quella Volontà di potenza che non prenderà mai forma definitiva. I frammenti prenderanno forma infine nell’ultima invenzione artistica, letteraria furente e fulminea: il Crepuscolo degli idoli e l’Anticristo. Testo insuperabile quello dei frammenti postumi; perché gelidi, nudi d’ogni veste letteraria, d’ogni “menzogna” artistica, d’ogni “opera d’arte”. 

– «Ciò che racconto è la storia dei prossimi due secoli. Descrivo ciò che verrà, ciò che non potrà più venire diversamente: l’avvento del nihilismo. Questa storia può essere raccontata già oggi, poiché qui è all’opera la necessità stessa. Questo futuro parla già con cento segni, questo destino si annunzia dappertutto: tutte le orecchie sono già ritte per questa musica del futuro. Tutta la nostra cultura europea si muove già da gran tempo con una tensione torturante che cresce di decennio in decennio, come se si avviasse verso una catastrofe inquieta, violenta, precipitosa; come un fiume che vuole sfociare, che non si rammenta più, che ha paura di rammentare».

Foucault oltre Foucault | Le tecnologie governative hanno il ruolo centrale nelle relazioni di potere

Maurizio Lazzarato   |   Michel Foucault, attraverso il concetto di biopolitica, ci aveva annunciato dagli anni ’70 ciò che, oggi, sta per diventare un’evidenza: la « vita » e il « vivente » sono le poste in gioco delle nuove lotte politiche e delle nuove strategie economiche. Ci aveva anche mostrato che « l’entrata della vita nella storia » corrisponde all’espansione del capitalismo. Infatti, dal 18mo secolo i dispositivi di potere e di sapere prendono in conto i « processi della vita » e la possibilità di controllarli e di modificarli. « L’uomo occidentale impara man mano cosa vuol dire essere una specie vivente in un mondo vivente, avere un corpo, una salute individuale e collettiva, delle forze che si possono modificare… »1. Che la vita e il vivente, che la specie e le sue condizioni di produzione siano diventate la posta in gioco delle lotte politiche, costituisce una novità radicale nella storia dell’umanità. « L’uomo per millenni è rimasto ciò che era per Aristotele: un animale vivente e, in più, capace di un’esistenza politica; l’uomo moderno è un animale nella cui politica è in questione la sua stessa vita di essere vivente »2. La brevettazione del genoma e lo sviluppo dei macchinari intelligenti, le biotecnologie e la messa in produzione delle forze della vita, designano una nuova cartografia dei biopoteri.