“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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10/10/16

La sociedad ‘smartphone’

Nicole M. Aschoff

El automóvil fue en muchos aspectos la mercancía emblemática del siglo XX. Su importancia deriva no del ingenio tecnológico o de la sofisticación de la cadena de montaje sino de la capacidad de reflejar y moldear la sociedad. Nuestras formas de producir, consumir, utilizar y normalizar los automóviles eran una ventana sobre el capitalismo de aquella centuria, un atisbo del entrelazamiento y la tensión entre lo social, lo político y lo económico. En una era caracterizada por la financiarización y la globalización, en la cual la “información” es oro, la idea que una mercancía defina una época puede sorprender. Sin embargo, las mercancías no son menos importantes hoy y nuestras relaciones con ellas siguen siendo primordiales para comprender la sociedad. Si el automóvil es fundamental para comprender el siglo pasado, el teléfono inteligente (en adelante smartphone) es la mercancía que define nuestra época.

5/9/16

El despojo infinito: México visto a través de David Harvey

Se retoman algunas de las ideas principales del teórico inglés –en particular, su concepto de “acumulación por despojo”– para pensar la realidad mexicana.

Alejandro de Coss

México está inmerso en una sucesión interminable de catástrofes. Día a día las noticias de nuevas injusticias y atroces muertes nos envuelven. Las redes sociales, físicas y virtuales, se llenan de indignación para después paulatinamente decaer. Estos hechos, algunos claramente interconectados y otros aparentemente distantes, pueden ser explicados de forma sistemática a través del trabajo de David Harvey.

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Harvey (n. 1935), geógrafo inglés, ha buscado a través de su obra explicar la forma en la cual la acumulación de capital transforma el espacio. Constituye así una de las principales aportaciones a la teoría marxista de los últimos cincuenta años. En particular, su obra se ha enfocado en explicar la producción del espacio urbano; el rol de la violencia y el despojo en la acumulación del capital, y el papel que las finanzas juegan en el sistema capitalista y sus crisis. Los tres son temas que fueron escasamente explorados por Marx, a quien Harvey estudia, sigue, critica y complementa.

[…] buscaré explicar el torbellino de catástrofes que vivimos desde una mirada guiada por el trabajo de Harvey. En particular, utilizaré su concepto de “acumulación por despojo” para comprender cómo la producción de drogas, algunas reformas jurídicas (en particular la energética), los cambios en la propiedad de la tierra y la liberalización del comercio pueden producir procesos de despojo que son necesarios para la acumulación de capital. Mirar México a través de los ojos de David Harvey nos da, además, la posibilidad de entender cómo se configuran resistencias actuales y posibles frente al despojo, la catástrofe y la muerte que nos sobrecogen.

10/8/16

Nación, narración y heterotopías

Gloria Galindo

 El estudio de las relaciones de poder es para Michael Foucault un aparato de análisis del proceso por el cual el ser humano deviene en sujeto en la cultura occidental. En el transcurso de su estudio llega a la conclusión de que el sujeto se encuentra emplazado en circuitos de relaciones de producción y de significación del complejo entramado en el que se ordenan las relaciones de poder. Esta es la razón por la que el autor propone en la introducción a su artículo “The subject and the power” utilizar las prácticas de resistencia con que el sujeto enfrenta a los diferentes modos de poder como catalizadores que funcionen de evidencia de estas relaciones y así poder establecer su posición, encontrar su punto de aplicación y los métodos utilizados. Más que analizar el poder desde el punto de vista de su lógica interna, propone el análisis de las relaciones de poder a través del estudio del antagonismo que producen sus estrategias.[1] Es decir que, en lugar de estudiar las prácticas de la mente sana o del circuito donde rige la “norma,” propone analizar lo que acontece en un ámbito específico y restringido a la locura y su espacio de circulación; el sistema hospitalario y, especialmente, el psiquiátrico. El análisis de la locura y otras prácticas entendidas como “anormales” y su lógica espacial, sería uno de los artificios que nos ayudaría a develar el orden articulador de la sociedad moderna que define lo “anormal,” a partir de una construcción cultural de división y fragmentación. Su proyecto no es el estudio del poder en sí, sino el medio en virtud por el cual aspira a “crear la historia de los diferentes modos en que el ser humano se transforma en sujeto en nuestra cultura,”[2] inscribiendo el cuerpo como un objeto de control y cohesión. Este orden articulador del espacio en la sociedad moderna está conformado dentro de la figura del estado-nación.

19/2/16

Camilo Torres Restrepo y la Sociología — A propósito de la conmemoración de los 50 años de su muerte

Camilo Torres Restrepo ✆ Calarcá
Ricardo Sánchez Ángel   |   En la formación temprana de Camilo está el haber ingresado a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional (1947). Entonces se relacionó con los dominicos Blanchet y Nielly, quienes pregonaban un cristianismo social. Se ordenó sacerdote en 1954 y se matriculó en la Universidad Católica de Lovaina en la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas donde obtuvo su licenciatura en sociología (1958). Se vinculó a las experiencias proletarias de los mineros belgas y a las corrientes renovadoras católicas, pero también al fuerte ambiente tercer mundista, especialmente el de la liberación de Argelia y de Cuba, de la mano de su amiga Guitemie Oliviéri. Se especializó en la Facultad de Sociología de la Universidad de Minnesota en Sociología Urbana y del Trabajo en calidad de Honorary Fellow. Su tesis de grado en Lovaina sobre “La Proletarización de Bogotá” (1961) introduce la combinación de análisis cuantitativos y cualitativos con un sorprendente acervo documental. Constituye el primer estudio moderno de sociología urbana.

En 1960, se fundó la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional bajo el liderato académico de Orlando Fals Borda. Camilo Torres se vinculó como cofundador docente y formó parte del consejo directivo de la Facultad. En su escrito de 1961, “La sociología en Colombia”, Camilo la define como una “ciencia objetiva y positiva, sometida a la constatación empírica y susceptible de formular leyes respecto de la sociedad. 

20/3/14

Por una sociología pública

Michael Burawoy  |  En respuesta a la creciente separación entre el ethos sociológico y el mundo que estudiamos, el desafío para la sociología pública son las diferentes formas en las que comprometerse con sus públicos. Estas sociologías públicas no deberían estar en los márgenes sino que deberían formar parte del marco de trabajo de nuestra disciplina. De esta manera haremos de la sociología pública una empresa legítima y visible y, por ende, reforzaremos en todo su conjunto a nuestra disciplina. Según esto, si observamos la división del trabajo sociológico, descubriremos una interdependencia antagónica entre cuatro tipos de conocimiento, a saber: profesional, crítico, práctico y público. En el mejor de los mundos posibles, el florecimiento de cada uno de los tipos de sociología es condición fundamental para el florecimiento de todos ellos, A pesar de que puedan asumir formas patológicas o ser víctimas de exclusiones o subordinaciones. Este campo de poder nos impulsa a explorar las relaciones entre los cuatro tipos de sociología según su transformación histórica y nacional, así como la manera en que permiten carreras individuales divergentes. Por último, la comparación entre disciplinas apunta al cordón umbilical que conecta la sociología con el mundo de los públicos, subrayando el interés particular de la sociología en la defensa de la sociedad

18/3/13

Semiótica, Arte y Sociología

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Sentimos desesperación cuando vemos que Karl Rossmann, hombre ideado por Franz Kafka, llega a New York y no comprende nada. Los peinados son nuevos para Karl, esto es, incoherentes. La ropa es exótica para Karl, quiero decir, incómoda. El idioma inglés, uno de los tres instrumentos que se usan en América para la comunicación, es para Karl una ruta hacia el comercio, y nada más. Tal perplejidad visual nos hace suscribirnos a la sociología, que es madre del entendimiento y enemiga de los mitos.

Revisando por enésima vez los textos del francés Roland Barthes me vi en la necesidad de releer su libro titulado ’Mitologías’, tomo prevaricador de mitos.

17/2/13

Cornelius Castoriadis y la sociología de la filosofía

José Luis Moreno Pestaña

¿Qué enseña Castoriadis a la sociología de la filosofía? No entraré aquí en cómo la sociología de la filosofía puede comprender a Castoriadis, lo que exigiría una reconstrucción de redes políticas, historiográficas y filosóficas que incluirían a Lefort y Vidal-Naquet pero también a la inmigración griega y a su trabajo en la OCDE; y por supuesto la historia del trotskismo y del pensamiento libertario. Hay excelentes trabajos sobre el particular. Si Castoriadis se revaloriza, lo que uno desea, comenzaremos a conocer esa literatura y algunos se darán cuentan de que la historia del pensamiento francés contemporáneo no se reduce al mundo académico de París y a las historias de la ÉNS. Pero ese es otro trabajo. Me centraré de manera muy sumaria en otra cuestión: en qué puede ayudarnos a quienes hacemos sociología de la filosofía.

28/7/12

Sociología, la madre de la economía / En los tiempos antiguos se producían milagros y ahora se producen catástrofes económicas

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Estamos cometiendo un grave error al imitar la conducta de los demás países. Un principio científico dice que lo más importante en ciencia consiste en saber observar las peculiaridades de un fenómeno. Sin embargo, hacemos todo lo contrario y nos aferramos a nuestras viejas categorías intelectuales. Una categoría intelectual es como una ranura o como una ventana. A través de estos espacios o ranuras alcanzamos a ver sólo lo que dichos espacios nos permiten ver.

Hoy es lunes, y como todos los lunes hablaremos sobre un tema especializado. Meditaremos sobre la relación que hay entre la economía y la sociología. Para iniciar citemos un pasaje del Diccionario Filosófico de Voltaire: "Os desafiamos a que encontréis un solo pueblo en el que no se hayan realizado prodigios increíbles, sobre todo en los tiempos en que casi nadie sabía leer y escribir".

Esta hermosa cita nos deja pensando en nuestros paradigmas. Una herramienta utilísima para romper los paradigmas es la Navaja de Ockham. Este instrumento epistemológico nos aconseja no multiplicar los entes si no es necesario. Además esta Navaja siempre iba en los bolsillos del gran C. Hitchens, crítico social por excelencia.

En los tiempos antiguos se producían milagros y en los tiempos modernos se producen catástrofes económicas. Los antiguos creían que los milagros o que las catástrofes eran designios divinos, y hoy pensamos casi lo mismo sobre las burbujas financieras o sobre las devaluaciones.

29/5/12

Las Boy Bands / Fenómeno social mexicano

Eduardo Zeind Palafox

"Sólo se puede hablar de un intento genuino de solución en la medida en que se ve claramente la estructura del nudo": Ludwig Wittgenstein

Especial para La Página
Al sociólogo le tienen que interesar, ante todo, los fenómenos sociales, por más nimios que parezcan. Aunque lo anterior suene tautológico, no lo es. En México tenemos un vicio: el de la seriedad. Si no es sobre la pobreza, el hambre, el narcotráfico o la corrupción, el sociólogo mexicano no quiere hablar. Muchos de estos problemas sociales tienen su origen o su raíz justo en donde menos ponemos la mirada.

Una virtud de los científicos franceses es justo la de hablar de lo que nadie habla. Los franceses, como Baudrillard o como Barthes, se han atrevido a escribir libros sobre juguetes, lucha libre o plásticos. Los alemanes, como Simmel, han redactado ensayos sobre las asas de las tazas. Los norteamericanos han hablado arduamente sobre la vida en el bosque y sobre el comercio. Es hora de que nosotros, los sociólogos mexicanos, hablemos de un fenómeno social llamado Boy Bands.