Luis Britto García
Especial para La Página |
Ningún sentido tiene recapitular hechos si no se aprende de ellos. En toda
Venezuela se afanan cada año las comisiones protocolares para celebrar el 19 de
abril de 1810 y el 5 de julio de 1811. Sabemos que en la primera fecha se
destituye al capitán general del gobierno de España –quien había sido nombrado
por el invasor francés José Bonaparte- con la excusa socarrona de conservar los
derechos del rey Fernando VII. No hay que descalificar la estratagema: por lo
general toda Revolución comienza como un intento de reforma moderada que es
brutalmente atropellado por el poder. Pero la indefinición no es eterna.
Nacemos dos veces: al venir al mundo y al decidir nuestro papel en él. Pasan
quince meses y llega la hora de la verdad.