La categoría dicotómica de izquierda y derecha, aunque
necesaria, es insuficiente y deficiente para entender la crisis terminal de la
globalización financierista, cuando los radicalismos del espectro político se
han coaligado en su contra para que sobrevivan las naciones. Los radicalismos
de derecha y/o izquierda han coincidido en su rechazo nacionalista a la
globalización financierista y, en el caso europeo, en su triple aversión al
euro, a la austeridad Merkel (fiscalismo castrante que beneficia a la parasitaria
bancocracia) y a las caducas recetas del disfuncional FMI.
Today’s Zaman (8/5/12) condensa que el triunfo de F.
Hollande imprime una nueva dirección que puede propinar un golpe mortal a la
austeridad que ha sido la piedra de toque de Europa en los años recientes y
comenta que la personalidad del líder pro Estados Unidos (¡súper sic!) Sarkozy
probó ser demasiado amarga de digerir para los votantes.