Especial para La Página |
Desde 1996, la Unión Europea impone una Posición
Común a Cuba, oficialmente a causa de la situación de los derechos humanos. El
último informe de Amnistía Internacional ilustra el carácter discriminatorio e
ilegítimo de dicha política.
Desde 1996, la Unión Europea impone una Posición
Común – la única en el continente americano– desde 1996 al Gobierno cubano.
Ésta limita los intercambios políticos, diplomáticos y culturales por la
situación de “los derechos humanos y de las libertades fundamentales”.[1]
La Posición Común constituye el pilar de la política exterior de Bruselas
respecto a La Habana y representa el principal obstáculo para la normalización
de las relaciones bilaterales.