En la obra del muralista mexicano Diego Rivera podemos ver una carga semántica del resultado de una hibridación cultural, producto de la necesidad de un cambio social para la época, cambio social que se ha expandido, pero sigue siendo la necesidad fundamental de los pueblos del mundo.
La combinación de dos visiones del mundo en donde los dominantes y los dominados son los protagonistas, y la mezcla de la fuerza de resistencia y necesidades de cambio social de las distintas poblaciones crean una síntesis en la identidad cultural de la región latinoamericana, como producto resultante de la múltiple influencia de otras regiones de las que hemos sido objeto,