“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/3/13

El legado de Chávez

Niko Schvarz
  • “Murió?...Sólo sabemos / que se nos fue por una senda clara / diciéndonos: Hacedme / un duelo de labores y esperanzas”: Antonio Machado
  • “Quand la mort viendra, que reste-t-il?”: Paul Verlaine
Después vinieron los triunfos de la izquierda con Lula (dos veces, y luego Dilma) en Brasil, la experiencia de la Concertación Democrática en Chile, Tabaré Vázquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Martín Torrijos en Panamá, los Kirchner en Argentina, Daniel Ortega de nuevo en Nicaragua, Álvaro Colom en Guatemala, Mauricio Funes en El Salvador, Pepe Mujica en Uruguay.

El presidente Rafael Correa, reelecto el mes pasado en Ecuador, expresó acertadamente que la América Latina y caribeña vive ya no una época de cambios, sino un cambio de época.

Perdimos nuestro mejor amigo

Fidel Castro Ruz

El 5 de marzo, en horas de la tarde, falleció el mejor amigo que tuvo el pueblo cubano a lo largo de su historia. Una llamada por vía satelital comunicó la amarga noticia. El significado de la frase empleada era inconfundible. Aunque conocíamos el estado crítico de su salud, la noticia nos golpeó con fuerza. Recordaba las veces que bromeó conmigo diciendo que cuando ambos concluyéramos nuestra tarea revolucionaria, me invitaría a pasear por el río Arauca en territorio venezolano, que le hacía recordar el descanso que nunca tuvo. 

Nos cabe el honor de haber compartido con el líder bolivariano los mismos ideales de justicia social y de apoyo a los explotados. Los pobres son los pobres en cualquier parte del mundo.

10/3/13

Chávez / Una revolución democrática

William Ospina

La diferencia más visible que puede señalarse entre Hugo Chávez y su admirado Simón Bolívar es esta: que Chávez no tuvo que hacer la guerra para triunfar. Eso es también lo que diferencia a Chávez de Fidel Castro y del Che Guevara: detrás de esas leyendas hay una historia de guerras y de sangre, y Chávez pudo por suerte asumir el desafío de emprender la transformación de la sociedad, como lo reclamaban hasta los poderosos de todo el continente, recurriendo sólo a los instrumentos de la democracia.

Su única derrota, la del golpe militar que intentó en 1992 contra Carlos Andrés Pérez, se convirtió al final en otra victoria, porque lo salvó de haber llegado al poder, en su impaciencia, por la vía traumática de una ruptura violenta de la institucionalidad.

El cuarto rescate de Hugo Chávez Frías

Hugo Chávez
✆ Allan Macdonald
Luis Britto García

Especial para La Página
1
La muerte es nuestra herencia. Lo único que nos hermana es la despedida. Al irnos dejamos cenizas y quizá algunas obras.
2
Desde la eternidad no hay actos. La obra sobrevive por el consenso que suscita. Nuestra carne se extingue, el pensamiento sobrevive.
3
En vano intentaron sofocar el ideario de la izquierda insurrecta del pasado siglo por vías de exterminio o claudicación. Hugo Rafael Chávez Frías lo resucita en la centuria que amanece; a él lo salva el pueblo de acechanzas cada vez más feroces.
4
El primer rescate arranca el 4 de febrero de 1992. Un grupo de jóvenes oficiales indignados por la

9/3/13

Multitudinario adiós al comandante Hugo Chávez en Jordania

Carlos de Urabá

En toda América Latina y el mundo entero se alzan las voces de duelo y consternación por la muerte prematura de Hugo Chávez, un gladiador por la justicia y la libertad de los más desfavorecidos. Todo comenzó el mismo noche de su fallecimiento con la convocatoria de una vigilia nocturna que reunió a cientos de personas en el exterior de la embajada venezolana en Amman-Jordania en la que se pronunciaron responsos y encendieron veladoras. Fue un acto espontáneo y estremecedor que jamás podrá borrarse de nuestra memoria.

«Hay que mantener la serenidad, este no es el final pues hoy comienza el nuevo gobierno de Hugo Chávez»- declaran los portavoces diplomáticos, «Se inicia un nuevo período en el que la revolución bolivariana afianzará aún más el espíritu de solidaridad con los pueblos oprimidos de la Tierra»; «La América Latina mestiza, negra, criolla que representa Hugo Chávez debe sentirse orgullosa de tan digno heredero de Bolívar y el Che Guevara».

Damos gracias por tu luz, Hugo Chávez

Miguel Manzanera

Especial para La Página
La revolución bolivariana es imparable.  Ha puesto en marcha una dinámica de avance histórico y desarrollo social, en Venezuela y en todo el continente americano, que no podrá ser detenida porque representa la realización de las auténticas aspiraciones humanas.  Los impresionantes logros de esta revolución en materia de educación y sanidad, la mejora en las condiciones de vida del pueblo, así como en la protección de los derechos humanos, desarrollando al mismo tiempo la conciencia de la clase obrera y la dignidad ciudadana, son el germen y la promesa de un futuro más pleno para todos los americanos y toda la humanidad.

Hugo Chávez o el testimonio de una batalla inconclusa

Miguel Mazzeo

Hugo Chávez está bienaventuradamente muerto para el imperialismo y sus animales dóciles desparramados por todo el orbe, esos mismos que ya habían escrito su muerte en 2002, esos que nunca se cansaron de prodigarle insultos y odio de clase en sus versiones más descarnadas. El comandante Hugo Chávez está desoladoramente muerto para el pueblo pobre, para los oprimidos, los luchadores, los soñadores, de Venezuela y Nuestra América. El desamparo se puede leer en sus rostros, en sus ojos empozados de tristeza.   

Sus ampulosidades verbales, sus contradicciones, sus transacciones (algunas inevitables para quien ejercía el gobierno de un Estado periférico en este contexto histórico), las coexistencias pactadas que toleró, los funcionarios y figuras indefendibles que buscaron anular toda praxis antisistémica de los y las de abajo

Un héroe bajo la lluvia / El legado revolucionario bolivariano sobrevivirá a Chávez

Andrés Martínez Lorca
  • Gracias a mi amigo, el eminente catedrático español, profesor Martínez Lorca, por estas bellas palabras dedicadas a nuestro presidente Chávez
Como los viejos héroes griegos, Hugo Chávez luchó en pie hasta el final, sin rendirse nunca. Renacían sus energías tras los repetidos embates de la enfermedad, contagiaba su entusiasmo a sus colaboradores mientras los médicos afinaban la terapia, exprimía su organismo en la campaña presidencial con las escasas fuerzas que le quedaban. En el último mitin, rodeado de su pueblo, este soldado de la estirpe de Bolívar quedó solo bajo la lluvia, en pie, las manos cruzadas sobre el pecho y el rostro sereno como quien hace frente al destino. Así se ha ido en silencio el presidente que hizo nacer una nueva Venezuela y que inspiró esa Patria Grande de América Latina que ahora crece entre la admiración de un mundo cada día más expoliado por la rapacidad del capitalismo.

Se agiganta más la dimensión humana de Chávez


  • Lo dijo el compañero presidente encargado Nicolás Maduro, en ocasión del homenaje de sus exequias, “Comandante Chávez, no pudieron contigo”, esa es una verdad del tamaño de su grandeza, su muerte ha contribuido además a una concientización mundial muy importante
José Justiniano Lijerón

Pareciera un contra sentido, pero es una realidad viviente que después de la muerte física del compañero presidente Chávez, su pensamiento, su accionar, el humanismo, su capacidad y coraje junto a su patente  solidaridad sin condiciones, puesto todo al servicio de los más humildes de su país, así como de otros pueblos del mundo incluido a dos millones de pobres en los Estados Unidos  y sus desvelos por la unidad sudamericana, así como la necesidad de la multipolaridad del mundo, donde nadie tenga el poder absoluto de decidir por los demás.

8/3/13

Hugo Chávez: Una vida consagrada a la causa de los pobres

Oración fúnebre por Hugo Chávez / El comandante de los pobres

María Toledano

La muerte del presidente Hugo Chávez, Comandante de los pobres de Latinoamérica, nos encuentra de noche, hastiados tras un día más de miseria cotidiana y pútrido Occidente. Su fallecimiento nos encuentra a oscuras, lloviendo, indígena Caronte mágico, embajador de lo diverso, y de golpe certero, implacable enfermedad, acaba, al menos por unas horas, con la esperanza de los condenados de la tierra. Lágrimas de papel, tristeza y humedad tropical, corren por los barrios de Caracas, lamentos -como infinitas elegías- caen por las laderas, por los cerros, hasta inundar de sincero dolor las avenidas del centro, de Altamira. Bajaron una vez, mujeres y hombres, niños, armados de valor y palos, utensilios de cocina, para salvarte de las garras de la tiranía blanca, del golpe de estado petrolero, Comandante, y bajarán de nuevo, con las plurales tonalidades de lo negro en sus rostros, bajan ya de los cerros, del 23, de todos, a rendirte un homenaje consciente, fraternal. El luto se extiende por América, un luto intenso, del color del petróleo.

Hugo Chávez, el niño pobre de Sabaneta

Luis Hernández Navarro

Hugo Chávez fue un personaje de carne y hueso sacado de la más fantasiosa novela de Gabriel García Márquez. Niño pobre de Sabaneta ([población cercana a la] capital del estado Barinas) que juró no traicionar su infancia de escasez y precariedad, aprendió desde muy pronto a sembrar y vender golosinas. Hijo de maestros de primaria que creció con su abuela Rosa Inés y otros dos de sus hermanos, vivió en una casa de palma, con pared y piso de tierra, que se inundaba con la lluvia. Menor que soñaba con ser pintor y que traía en el alma la fantasía de jugar beisbol en las Grandes Ligas, se nutrió toda su vida de sus orígenes humildes. De la mano de su abuela, a la que llamaba Mamá Rosa, aprendió a leer y escribir antes de entrar a primer grado.