
Hugo Rafael Chávez Frías, el enemigo público número uno de
la oligarquía internacional, ha dejado este mundo. Con él no pudieron las
insistentes campañas mediáticas, el golpe de Estado, el referéndum revocatorio,
las votaciones electorales…, sólo pudo la enfermedad. El tiempo dirá si es
casualidad o no que, precisamente, el líder más odiado por la burguesía
internacional, empezando por la norteamericana, cayera enfermo justo cuando
estaba en su apogeo. Yo vivo en un país, España, donde la figura de Hugo Chávez
ha sido sistemáticamente demonizada, como mínimo muy polémica. Sacar la palabra
“Chávez” en cualquier tertulia con los amigos, los familiares, los compañeros
de trabajo,..., supone casi siempre encontrarse uno solo frente a una jauría
enfervorizada que repite obsesionadamente que ese hombre era un dictador, un
populista. A quienes dicen eso, sin embargo, les cuesta mucho justificar sus
palabras.