Menipo ✆ Diego Velásquez |
José Hernández, que prorrumpió la estabilidad argentina
atropellando las injusticias del gobierno con el overo de su hijo, Martín
Fierro, resolvió servirse del lenguaje popular para escribir su obra maestra,
iniciada como inicua crítica y terminada como inocua obra de arte. Toda crítica,
para de mal gusto no ser, debe evitar lo grotesco, lo trágico, y ser satírica.
La "sátira menipea", crecida por el tizón de Menipo de Gadara,
pensador del siglo III a. C., consiste en escrutar airadamente, esto es, desde
la altura celestial y desde la bajura infernal, los vicios humanos. Para
derogar normas establecidas en establecimientos de filósofos con cosmovisión de
tenderos, es necesario, afirma el lingüista M. Bajtin, esgrimir la risa, el
humor carnavalesco, las pericias carnestolendas, siempre antípodas de todo
formalismo carpetovetónico,