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Crianza natural o con apego |
Patricia Terino / Desde la constitución de las nuevas
Cortes hemos asistido a un sinfín de comentarios sobre el que parece ser uno de
los hechos más sorprendentes e impactantes de este acontecimiento. Y es que es
tanta la complejidad de las sociedades modernas y todas sus implicaciones, que
nos hemos olvidado de lo que somos, y por eso el hecho de que un bebé acompañe
a su madre a su lugar de trabajo se convierte en noticia destacada, o lo que
resulta aún más insultante, en un hecho meramente anecdótico, según el enfoque
general que ha recibido, trivializando así una realidad que afecta a tantas
madres y familias en la actualidad.
La gran mayoría de medios, tertulianos, periodistas y
actores políticos han mostrado su desaprobación ante este hecho, hablando de
estrategia, de propaganda, de instrumentalización, de espectáculo incluso, con
todas sus connotaciones peyorativas incluidas, pero en ningún momento se ha
mencionado, ni atisbado siquiera, los beneficios que reporta para un bebé
permanecer constantemente junto a su madre, perpetuando el vínculo que se creó
entre ambos antes de su nacimiento y reforzándolo a través del contacto
permanente, la lactancia a demanda o el colecho, entre otras prácticas
habituales en lo que hoy se conoce como crianza
natural o crianza con apego.