“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

30/5/16

Hace 100 años Lenin publicó “El imperialismo. Fase superior del capitalismo”

Eduardo Lucita

Hace cien años un simple folleto daba cuenta de las profundas modificaciones que estaban ocurriendo en el sistema capitalista mundial y que se manifestarían a lo largo de todo el siglo pasado. Hoy las evidencias indican que se estaría en una nueva fase dentro de lo que desde entonces se conocería como fase superior.

En 1916 editado como un folleto –1ra. Edición como libro en 1917- apareció “El imperialismo. Fase superior del capitalismo” del líder de la revolución bolchevique V. I. Lenin. En cierta forma el texto siguió el mismo derrotero que El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, editados para la coyuntura terminaron siendo libros de lectura imprescindible para comprender la evolución del capitalismo contemporáneo y para la formación de generaciones y generaciones de jóvenes que soñaron –muchos lo hacen aún- con cambiar el mundo de raíz.

25/5/16

Lenin y el Bolchevismo

Lenin ✆ Andreev
Lars T. Lih
En un reciente debate en la red, ha salido con frecuencia la cuestión de las ideas de Lenin sobre la relación entre el bolchevismo y el partido en su conjunto. Me gustaría arrojar algo de luz a este problema examinando sus puntos de vista en tres momentos: 1912, 1917 y 1920. En este primer artículo, examinaré el material de 1912.

Las ideas de Lenin sobre este asunto en los años previos a la I Guerra Mundial pueden ser resumidas sucintamente: el bolchevismo es una fracción (fraktsiia), una parte de un todo mayor, es decir, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). El bolchevismo era un partido dentro de un partido: igual que el POSDR representaba una plataforma dentro de la sociedad en general, el bolchevismo defendía un conjunto específico de ideas tácticas dentro del más amplio Partido Social Demócrata. Como un partido político frente a la sociedad, la fracción bolchevique tenía ideas particulares sobre el funcionamiento del partido: propagaba esas ideas y trató de hacer que las instituciones centrales del partido se inspiraran en ellas. Pero incluso cuando el bolchevismo tuvo el control del Comité Central, no se convirtió en el partido. Uno podía aún ser miembro del partido y no ser bolchevique; de hecho esto era visto como la situación normal. «Fraktsiia ne est’ partiia»: Una fracción no es un partido.

13/5/16

Origen y auge de las lumpenburguesías latinoamericanas — Élites económicas y decadencia sistémica

Factor X © Silvia Lavric
Jorge Beinstein
A raíz de la llegada Mauricio Macri a la presidencia se desato en algunos círculos académicos argentinos la reflexión en torno del modelo económico que la derecha estaba intentando imponer. Se trato no solo de hurgar en los Curriculum vitæ de ministros, secretarios de estado y otros altos funcionarios sino sobre todo en la avalancha de decretos que desde el primer día de gobierno se precipitaron sobre el país. Buscarle coherencia estratégica a ese conjunto fue una tarea ardua que a cada paso chocaba con contradicciones que obligaban a desechar hipótesis sin que se pudiera llegar a un esquema mínimamente riguroso. La mayor de ellas fue probablemente la flagrante contradicción entre medidas que destruyen el mercado interno para favorecer a una supuesta ola exportadora evidentemente inviable ante el repliegue de la economía global, otra es la suba de las tasas de interés que comprime al consumo y a las inversiones a la espera de una ilusoria llegada de fondos provenientes de un sistema financiero internacional en crisis que lo único que puede brindar es el armado de bicicletas especulativas.

Algunos optaron por resolver el tema adoptando definiciones abstractas tan generales como poco operativas (“modelo favorable al gran capital”, “restauración neoliberal”, etc.), otros decidieron seguir el estudio pero cada vez que llegaban a una conclusión satisfactoria aparecía un nuevo hecho que les tiraba abajo el edificio intelectual construido y finalmente unos pocos, entre los que me encuentro, llegamos a la conclusión de que buscar una coherencia estratégica general en esas decisiones no era una tarea fácil pero tampoco difícil sino sencillamente imposible.

11/5/16

Pensando la crisis económica mundial

Tras esta breve introducción sintetizando los nudos de la crisis económica mundial, reunimos aquí los últimos artículos referidos a análisis y caracterización publicados por la autora

Paula Bach  

A través del conjunto de elementos que construyen la compleja trama de la economía mundial en la crisis vigente, hemos analizado y distinguido en los artículos que presentamos a continuación, los que nos han parecido los nudos conceptuales fundamentales. Nudos que a nuestro entender permiten dar un orden al modo caótico en el que los hechos empíricos se presentan y derivar posibles escenarios.

El estado actual de la relación China-Estados Unidos resulta a nuestro entender uno de esos nudos. El lento crecimiento de la economía mundial de los últimos siete años terminó estableciendo un límite al vigoroso crecimiento chino. La menor pujanza del gigante asiático y su necesidad de trocar el “modelo exportador” por uno mercadointernista, comienzan a transformarlo del receptor de capitales que fue durante los últimos años en nuevo competidor por los espacios mundiales de acumulación. Se trata de uno de los grandes cambios de escenario que a diferencia de los años pos Lehman -sean cuales fueran las formas que adopte- marcará las relaciones económicas y políticas del período próximo.

30/4/16

Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado

Vladimir Lenin 

1. El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha hecho que la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras forcejeen convulsivamente con el fin de hallar argumentos ideológico-políticos para defender la dominación de los explotadores. Entre esos argu­mentos se esgrime particularmente la condenación de la dictadura y la defensa de la democracia. La falsedad y la hipocresía de este argumento, repetido en mil variantes por la prensa capitalista y en la Conferencia de la Internacional amarilla de Berna, celebrada en febrero de 1919, son evidentes para todos los que no quieren hacer traición a los principios elementales del socialismo.

2. Ante todo, ese argumento se basa en los conceptos «democracia en general» y «dictadura en general», sin plantear la cuestión de qué clase se tiene presente. Ese planteamiento de la cuestión al margen de las clases o por encima de ellas, ese planteamiento de la cuestión desde el punto de vista –como dicen falsamente– de todo el pueblo, es una descarada mofa de la teoría principal del socia­lismo, a saber, de la teoría de la lucha de clases, que los socialistas que se han pasado al lado de la burguesía reconocen de palabra y olvidan en la práctica. Porque en ningún país capitalista civilizado existe la «democracia en general», pues lo que existe en ellos es únicamente la democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la «democracia en general», sino de la dictadura de la clase, es decir, del proletariado, sobre los opresores y los explotadores, es decir, sobre la burguesía, con el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación.