Manuel Acuña Asenjo | En
uno de nuestros últimos documentos, y comentando lo que podría suceder en los
meses siguientes a las elecciones primarias de junio, aseverábamos que los
hechos de la escena política nacional prevalecerían por sobre todos los demás
sucesos y que la información de los medios de comunicación se volcaría, por
entero, a solazarse con ellos. Afirmábamos que veríamos desplazarse, por dicha
escena, a figuras, personalidades, actores políticos que no sólo ocuparían los
espacios disponibles en esos medios sino, además, se incorporarían a nuestro
diario vivir invadiendo la privacidad de nuestros hogares y gobernando el
contenido de nuestras conversaciones con sus afirmaciones, acciones y demás
decires. Los hechos han confirmado esta apreciación, pues no ha sucedido de
otra manera. Y no dejará de suceder hasta que el evento principal que motiva
tales comportamientos, que es la competencia por acceder a la Presidencia de la
nación o algún cargo en el Parlamento, quede resuelta. Sólo entonces bajará en
intensidad este ‘noise’, este ‘ruido’ comunicacional que impide ver al Chile
real, el Chile que se oculta y no se permite emerger, que es el de los
movimientos sociales, el de las clases dominadas. Este documento, por
consiguiente, necesariamente ha de referirse a esos hechos aunque, de soslayo,
intente desentrañar el intrincado mundo de la lucha de clases que subyace tras
esas acciones.