Paula Bach
Una buena para la economía europea: las recientes pruebas de
resistencia de los bancos arrojaron mejores resultados que en 2014. La mala es
que nadie cree en la validez de las pruebas. El resultado: aunque la mayoría de
las 51 entidades sometidas al simulacro lo superó con éxito, en los días
inmediatos posteriores, las pérdidas de las acciones bancarias superaron los
45.000 millones de euros. Una semana después la tendencia continuaba y la banca
europea había perdido cerca del 4% de su valor bursátil.
De todos modos, tampoco la totalidad de los bancos pasó el
test satisfactoriamente. La nota la dio el italiano Monte dei Paschi, el tercer
mayor banco de Italia, que hubiera quebrado de hacerse realidad uno de los
peores escenarios del simulacro. Horas antes de conocerse los resultados del
“juego” se supo que en el “mundo real” el banco había sido sometido a un
rescate que involucra una titularización de activos incobrables de magnitud sin
precedentes en Italia. También dos bancos irlandeses, un banco austríaco y los
alemanes Deustche Bank y Commerzbank, mostraron situaciones de diversa
vulnerabilidad.