“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

18/9/17

Discusiones sobre el fin del capitalismo y lo que vendrá

Claudia Cinatti

El capitalismo como modo de producción histórico es un sistema que va a terminar y su fin no está demasiado lejos, incluso quizás ya estamos viviendo el comienzo de este final anunciado. Su muerte no será un acontecimiento violento precipitado por una revuelta de los explotados sino un proceso prolongado y la causa de defunción, una sobredosis de sí mismo. Lo que hay por delante son décadas de decadencia económica, política, social y moral. Palabras más o menos, esta es la principal tesis del sociólogo alemán Wolfgang Streeck sobre la situación actual y su dinámica más probable.
La radicalidad de su análisis y lo sombrío de su pronóstico son una muestra más de la profundidad de la crisis económica, política, social, estatal –orgánica– que ha abierto la Gran Recesión de 2008. Sobre todo viniendo de un intelectual que antes de formular esta versión sui generis de la teoría del derrumbe capitalista, militaba en las las del mainstream socialdemócrata.
Los ensayos de Streeck, centrados fundamentalmente en la crisis de la Unión Europea y el capitalismo occidental, abrieron un intenso debate y provocaron la repuesta tanto de defensores del neoliberalismo, como Martin Wolf, como también de representantes de la intelectualidad socialdemócrata bien pensante, entre ellos Jünger Habermas, con quien ha sostenido una dura polémica sobre el futuro de la Unión Europea. Su lectura adquirió un renovado interés a la luz de los nuevos fenómenos políticos, en particular, con el ascenso de populismos de signos políticos opuestos, y otros eventos relativamente sorpresivos como el Brexit y la presidencia de Trump.

12/9/17

Aciertos y problemas de la superexplotación

Claudio Katz

La superexplotación fue una tesis central de la teoría de la dependencia postulada por Marini. Subrayó que las clases dominantes de la periferia compensan su lugar subordinado en el mercado mundial, remunerando a la fuerza de trabajo por debajo de su valor. A través de esa succión adicional de plusvalía, los capitalistas preservan sus ganancias e imponen salarios inferiores por jornadas de labor más prolongadas e intensas. Con esos mecanismos contrarrestan el deterioro de los términos de intercambio generado por la provisión de materias primas y la adquisición de bienes elaborados.
Como los grupos dominantes priorizan los negocios de exportación, desatienden el bajo nivel de los ingresos populares y la consiguiente contracción del mercado interno.
Marini atribuyó la consolidación de este modelo a la sobrepoblación histórica de América Latina. Señaló que el gran volumen de la mano de obra indígena -reforzado con los flujos inmigratorios- aportó los excedentes demográficos requeridos para apuntalar la superexplotación (Marini, 1973; 38-49).
El teórico brasileño planteó esta interpretación del subdesarrollo en contraposición a los liberales, que explicaban el retraso regional por el desaprovechamiento de las ventajas comparativas y el desaliento de las inversiones extranjeras. Contrastó también su enfoque con los keynesianos, que resaltaban la reducida promoción estatal de la industrialización (Marini, 2005:139-150). La superexplotación fue concebida, por lo tanto, como un rasgo determinante de la configuración socio-económica de la región.

8/9/17

Dos periodistas contra el poder — El caso Watergate, más actual que nunca

Carlos García Santa Cecilia

La reciente reedición de Todos los hombres del presidente, de Bob Woodward y Carl Bernstein (los libros del lince, 2017), un clásico del periodismo, con un epílogo escrito por los autores en 2012, cobra, como reza un paratexto editorial, “una imprevista actualidad cuando la Casa Blanca está ocupada por otro (y no menos peligroso) aprendiz de brujo”. La investigación llevada a cabo por los dos periodistas de The Washington Post, que logró desvelar los manejos de un poder que se creía impune, comenzó con una llamada intempestiva.

“Día 17 de junio de 1972, sábado por la mañana. Hora: las nueve. Demasiado temprano para telefonear. Woodward tentó la mesilla hasta alcanzar el auricular y terminó de despertarse. El redactor jefe de la sección Local de The Washington Post [Barry Sussman] estaba al otro lado de la línea. Cinco hombres habían sido detenidos esa madrugada en el cuartel general del Partido Demócrata llevando consigo un equipo fotográfico y una serie de instrumentos electrónicos. ¿Podía ir a la redacción para hacerse cargo del asunto?”.

7/9/17

Rivoluzione d’Ottobre e democrazia

 Domenico Losurdo

L’ideologia e la storiografia oggi dominanti sembrano voler compendiare il bilancio di un secolo drammatico in una storiella edificante, che può essere così sintetizzata: agli inizi del Novecento, una ragazza fascinosa e virtuosa (la signorina Democrazia) viene aggredita prima da un bruto (il signor Comunismo) e poi da un altro (il signor Nazi-fascismo); approfittando anche dei contrasti tra i due e attraverso complesse vicende, la ragazza riesce alfine a liberarsi dalla terribile minaccia;
divenuta nel frattempo più matura, ma senza nulla perdere del suo fascino, la signorina Democrazia può alfine coronare il suo sogno d’amore mediante il matrimonio col signor Capitalismo; circondata dal rispetto e dall’ammirazione generali, la coppia felice e inseparabile ama condurre la sua vita in primo luogo tra Washington e New York, tra la Casa Bianca e Wall Street. Stando così le cose, non è più lecito alcun dubbio: il comunismo è il nemico implacabile della democrazia, la quale ha potuto consolidarsi e svilupparsi solo dopo averlo sconfitto.

6/9/17

El joven Lenin, una protohistoria — I & II

Lenin ✆ Michele Rocchetti
Nicolás González Varela

“El materialista pone al desnudo las contradicciones de clase” (Lenin, 1895)

Todo inicio es una definición encubierta. Y algo se puede llegar a conocer si sabemos cómo ha llegado a ser lo que es. ¿El comienzo no dice acaso la verdad del ser? O si lo quisiéramos decir con las palabras de indudable pathos hegeliano de un socialista agrario ruso que tuvo mucha influencia en Lenin, “por su forma, la etapa superior de cualquier desarrollo es similar al inicio del que se ha partido”. ¿Podemos comprender mejor, aprehenderlo en su contexto y necesidad, la práctica y la idea de Lenin si entendemos su origen, si logramos descifrar sus raíces, si exponemos cómo llegó a ser lo que fue? Lenin continúa siendo un enigma incluso cuando eliminamos los escombros del culto a la personalidad. ¿Cuál es la peculiaridad del marxismo de Lenin? Krupskaia definía a Lenin como “un erudito marxista surgido del Volga”. ¿Podemos explicar de manera materialista-crítica este surgimiento concreto desde el Volga? La tarea ya había sido planteada por el malogrado Dutschke: intentar una “reconstrucción crítico-materialista” de la comprensión de la revolución en Lenin, que conlleva reconsiderar el fundamento asiático de la Rusia zarista. [1] O en palabras del viejo Negri: intentar una lectura marxista del marxismo de Lenin. [2] Una proto-historia de la teoría revolucionaria de Lenin solo puede evocar lo que se nos ha perdido. Evoquemos el bulto de este vacío. En el mito se debe introducir la natural discontinuidad dialéctica de todo pensamiento, incluso el de Lenin. Calibremos la “otredad” del marxismo de Lenin. O sea: se trata de explicar a Lenin no desde la perfecta geometría del éxito de Octubre de 1917 sino desde el caos original de su constitución como práctico socialista y teórico marxista. Y como veremos la primera juventud tiene su meta en sí misma, no es un “escalón”. Si el discurso de Lenin “traduce” en términos organizativos una composición de clases real, que se entiende como algo específicamente determinado, solo podemos demostrarlo explicando su formación, el inicio. “Repetir” al Lenin de 1917 es un falso paso, remachar un fantasma, una nueva “beatificación”, una parodia que se practica sobre un mito, una voluta de humo académica.

5/9/17

El huracán Harvey no salió de la nada

Naomi Klein 


Ahora es el momento de hablar sobre el cambio climático y todas las demás injusticias sistémicas –desde realizar detenciones e interrogatorios basados en el perfil racial hasta la austeridad económica– que transforman desastres como Harvey en catástrofes humanas. Busquen la cobertura mediática sobre el huracán Harvey y las inundaciones en Houston, y oirán acerca de cómo este tipo de lluvia no tiene precedente. Escucharán acerca de cómo nadie lo vio venir, así que nadie se podía preparar adecuadamente.

De lo que oirán muy poco es acerca de por qué estos eventos climáticos sin precedentes, históricos, ocurren con tanta regularidad, que decir histórico ya se volvió un cliché meteorológico. En otras palabras, no escucharás hablar mucho, si es que algo, sobre el cambio climático. Esto, nos dicen, es porque se busca no politizar una tragedia humana que todavía está en desarrollo, lo cual es comprensible, pero aquí está el detalle: cada vez que hacemos como que un suceso meteorológico nos llega de la nada, como alguna acción de Dios que nadie pudo predecir, los reporteros toman una decisión extremadamente política. Es la determinación de no herir sentimientos y evitar la controversia, a costa de la verdad, por más difícil que sea.

4/9/17

Nuestra revolución rusa, en su centenario


Charles Michaloux & François Sabado

 El centenario de la Comuna de París, en mayo de 1971 en París, estuvo marcado por una gran marcha en la que la muy reciente energía de Mayo del 68 flotaba en el ambiente de la primavera parisina delante del cementerio del Père-Lachaise y el Muro de los Federados. Era la celebración de un evento fundador pero que terminó en derrota. Si bien el recuerdo de la masacre de los Comuneros por los Versallescos y la burguesía parisina otorgaba a ese centenario toda su gravedad, estaba impregnado por la feliz esperanza de la juventud que salió a la calle aquel día. 
  
El centenario de la Revolución Rusa se presenta de manera muy diferente. Sin embargo, Octubre de 1917, a diferencia de la Comuna de Paris, concluyó con una victoria; una victoria prolongada, de forma brillante, por la que se ganó contra el cerco contrarrevolucionario de todas las grandes potencias de la época. Pero, tras los destrozos del estalinismo, la implosión de la Unión Soviética se dio sin que este brutal colapso reavivara la memoria de Octubre. No está previsto ninguna movilización [conmemorativa], y actualmente, tras una década de crisis en la que se siente cada vez más la violencia de un capitalismo sin fronteras, empieza a pesar el espíritu de los tiempos. Se aprovecha el centenario para hacer propaganda sobre lo nocivo o inútil de esa revolución que terminó en dictadura, o dando a entender que desde su nacimiento fue el instrumento de esta última gracias al golpe de Estado. 

3/9/17

Argentina: Más límites que hegemonía y más derecha que renovación

Claudio Katz

¿Cuál es la envergadura del triunfo de Cambiemos? Muchos analistas estiman que el gobierno logró una victoria arrolladora que consolida su hegemonía. Otros consideran que se perfila como una derecha renovada y democrática. En el bando opuesto se interpreta que dos de cada tres votantes repudiaron al oficialismo.
Radicalismo conservador
Los datos de la primaria indican cierto avance del gobierno en comparación al 2015. Se afianzó como primera minoría, obtuvo victorias en numerosas provincias y cayó sólo por un reducido margen en Buenos Aires. Ese moderado repunte fue potenciado por el inesperado triunfo en Neuquén, La Pampa y San Luis y por la reafirmación conseguida en los bastiones de la Capital Federal y Córdoba.

La imagen de una victoria fulminante no surge del cómputo de los sufragios, sino de la ausencia del voto castigo que anticipaban algunas encuestas. La euforia de los funcionarios obedece al desacierto de esas previsiones. Cambiemos superó su frágil estatus de coalición absorbiendo al radicalismo. La UCR [Unión Cívica Radical] perdió peso y singularidad con giros más oficialistas (Santa Fe) o encabezando el curso reaccionario del gobierno (Jujuy).

28/8/17

Imperiofobia y Leyenda Negra. Medias mentiras y medias verdades

Esteban Mira Caballos

La edición de esta obra de María Elvira Roca Barea (Madrid, Siruela, 2016) ha tenido un gran éxito editorial y un considerable impacto mediático. Y ello por las hipótesis novedosas que plantea con un amplio aparato bibliográfico y con un tono a veces poco cordial y hasta despectivo con una parte de la historiografía. Me ha resultado imposible comentar todos los aspectos del libro por lo que apenas aludiré a las leyendas negras romana, rusa o estadounidense, centrándome en la española. Una decisión que no es aleatoria ya que, aunque la autora se detenga ampliamente en otros imperios y en otras imperiofobias, el objetivo del libro está bien claro desde la primera página: desenmascarar la leyenda negra y limpiar el buen nombre de España y de los españoles. Quiero empezar reconociendo que sus ideas fundamentales están bien documentadas y magníficamente argumentadas. Básicamente defiende tres aspectos:

Uno, que la leyenda negra es por antonomasia española pues, de hecho, para referirse a otras hay que ponerle el adjetivo de rusa, francesa o estadounidense. Los que mandan siempre han gozado de mala prensa, especialmente los imperios. Eso sí, a su juicio hay imperios coloniales como el belga, cuya mala prensa, el holocausto generado en el Congo, no es leyenda sino historia, pero no es el caso del español. Empieza explicando la Imperiofobia aplicada a Roma, para después establecer comparaciones con otras leyendas negras aplicadas al imperio español, a Rusia y a los Estados Unidos. 

'Emoji' o la anulación del pensamiento

Risultati immagini per emojiPatricia Terino

El lenguaje es la casa del Ser“, decía Heidegger en su última etapa filosófica, después de haber explorado otras vías en la búsqueda permanente de aquello que nos constituye, y que él, como tantos otros anteriormente, denominaron el Ser. Pero el lenguaje al que ha quedado supeditada la sociedad actual, lejos de desvelar la esencia intrínseca a todo lo existente, la corrompe, eliminando cualquier atisbo de profundidad en él y revistiéndolo de la más absoluta superficialidad, permaneciendo así acorde a nuestro tiempo y a casi todo lo que a este caracteriza. No en vano, el argumento de Emoji: la película, resulta ser una apología sin paliativos de la eliminación del lenguaje escrito e incluso hablado, en favor de sus sustitutos digitales como expresiones de todo tipo de emociones, sentimientos o ideas, vacías de contenido y desprovistas de los caracteres propios con los que ha contado la comunicación humana desde sus orígenes.

23/8/17

Campo y ciudad en el pensamiento de Bolívar Echeverría y Rodolfo Kusch

Fotografía: Paulo Slachevsky
Rodrigo Muñoz

Durante el Renacimiento europeo se habría comenzado a desplegar un proceso de progresiva racionalización de la naturaleza, proceso que como consecuencia habría de reflejarse en una reconstrucción radical de las perspectivas del tiempo y del espacio en el mundo Occidental. La conquista y el ordenamiento racional del espacio se convirtieron en una parte integrante del proyecto de modernización, en donde dicha organización ya no se llevaba a cabo para reflejar la ‘gloria de Dios’, sino para celebrar y facilitar la liberación del hombre como individuo libre, dotado de conciencia y voluntad. Los viajes de descubrimiento cambiaron la forma de representar el mundo, mostrando que este era finito y potencialmente cognoscible. De esta forma, por ejemplo los mapas, ya despojados de todos los elementos de fantasía y de la creencia religiosa, se convirtieron en sistemas abstractos y estrictamente funcionales para el ordenamiento fáctico de los fenómenos del espacio[1]. Dicha visión totalizante del mapa daría lugar a la construcción de un fuerte sentido de las identidades nacionales, locales y personales por medio de las diferencias geográficas, siendo reflejo de este proceso el hecho de que durante la primera época de la economía-mundo europea se constituyera en torno a las ciudades-Estado, las cuales a su vez darán lugar a los Estados territoriales o Estados Nacionales[2].

18/8/17

A propósito de la invocación de la posición de Lenin sobre el derecho de autodeterminación

Lenin ✆ V. Annekov
José Luis Martín Ramos

Un argumento que una parte del independentismo revolucionario utiliza para defender su posición en el actual “proceso” nacional catalán y también para echar en cara la posición adoptada por Izquierda Unida o cualquier izquierda que no comparta la suya, es la defensa del derecho de autodeterminación por parte de Lenin, como si ésta fuera un derecho incondicional que no tuviera más traducción práctica admisible que el referéndum unilateral que, con una precaria base de apoyo político y social, está convocado para el 1 de octubre.

Recientemente, en un intercambio hecho público, Alberto Garzón respondió a Pau Llonch, que le echó en cara un texto de Lenin para recriminarle su rechazo a un referéndum unilateral y sin garantía, que él no estaba por las sagradas escrituras sino por el análisis concreto de la situación concreta. No es una respuesta inadecuada; invita a no caer en la patrística y menos cuando ésta se reduce al recordatorio descontextualizado de escritos supuestamente “canónicos”. Sin embargo, no hay porque no tomar en consideración el pensamiento y la acción de Lenin en su conjunto –no en la foto fija de un momento– como parte de la tradición de la izquierda, que no se ha de tomar como receta pero sí como experiencia acumulada. Lo malo del asunto es que a Lenin se le acostumbra, en esta cuestión, a recordar por una imagen fragmentada de la reflexión de un momento, entre 1913 y 1917, cuando en sus habituales polémicas políticas enfatizó de manera particular la consideración de que el derecho de autodeterminación significaba el reconocimiento de la igualdad de las naciones, en derechos, y por tanto también el de la constitución de una nación como estado independiente, separándose si era el caso de aquel al que hasta entonces había estado integrado. Y digo malo porque siendo cierta esa imagen, se desvirtúa cuando se la aísla del conjunto de la reflexión de Lenin sobre la cuestión nacional y el nacionalismo, y de toda la trayectoria de pensamiento, acción e intervención de Lenin al respecto, desde comienzos de siglo hasta su muerte. Esa doble descontextualización permite una manipulación absoluta de Lenin, voluntaria o involuntaria.