Fernando Bogado
Uno de los mitos más intrigantes de la historia del siglo XX
es, precisamente, el nacimiento de una doctrina que pone en duda cualquier
mito. Bien digo doctrina: metodología, en síntesis, forma de ver las cosas,
cosmovisión, forma de hacerlas… El psicoanálisis
emergió en el mismo momento en que las condiciones de producción de
conocimiento viraban cada vez más hacia un aspecto del saber concentrado en el
detalle, en lo mínimo que condicionaba y alteraba al todo del cual esa parte es
apenas un componente. Y si revisamos la situación, las cosas eran bastante
claras en ese momento: psiquiatría, frenología, la propia psicología como
práctica que se desprende tarde de la filosofía, todos estos saberes de las
ciencias blandas, humanas, comienzan a obsesionarse por el detalle (¿o acaso la
locura no emerge, precisamente, del elemento mínimo que determina el todo? Por
algo está el viejo mito/práctica de la extracción de la “piedra de la locura”).