Foto: Alain Badiou |
Hoy, quizás más que nunca, urge pensar el Estado. Sin dudas se trata de una necesidad de época a la que se ha arribado luego de una serie de contingencias históricas. La urgencia y su consecuente necesidad, no obstante, no se hayan tanto en el interior del Estado como en su exterior constitutivo, que lo atraviesa y excede: el sujeto político. Asimismo resulta necesario, a fin de dar lugar a la novedad que ello implica, proveerse lo más libremente posible de los materiales adecuados para dicho pensamiento. De allí que no ha de buscárselos –a dichos materiales– en los lugares históricos, metodológicos y referenciales más obvios o más frecuentados. La filosofía de Alain Badiou constituye en ese sentido –tal es mi parecer– un lugar único y para nada obvio, dados sus conocidos distanciamientos respecto a la cuestión estatal, para comenzar la indagación conceptual.