Especial para La Página |
Esta semana, el terror sacudió el cielo de Texas, solo que
esta vez no fue provocado por un terrorista sino por un piloto: nada más y nada
menos que un piloto certificado por la Administración Federal de Aviación. El
capitán de JetBlue Airways Caly Obson piloteaba el vuelo 191 que se dirigía del
Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, en Nueva York, hacia Las Vegas.
Cuando el avión ya se encontraba en el aire, Obson comenzó a correr de un lado
al otro del pasillo al tiempo que, según el testimonio de varios pasajeros y
las imágenes tomadas con teléfonos celulares, despotricaba acerca de Irak,
Israel, al-Qaeda y ataques con bombas, les pedía a los pasajeros que rezaran y
gritaba: “todos vamos a morir”. Un piloto que se encontraba entre el pasaje
ayudó al co-piloto a hacer un aterrizaje de emergencia mientras los pasajeros y
la tripulación reducían a Obson, que ha trabajado en JetBlue casi desde la
fundación de la aerolínea. Tras el aterrizaje, Obson fue trasladado al hospital
y suspendido de sus tareas con licencia remunerada. Más tarde se presentó una
acusación penal en su contra por interferir con la tripulación del vuelo.