Especial para La Página |
Chávez rompió el molde de los políticos tradicionales que se
cobijan con la demagogia, se corrompen y envanecen con el poder o
sucumben a la adulancia cortesana. Nunca perdió su esencia de hombre del pueblo
y revolucionario comprometido. Fue portador de una nueva ética política fundada
en la autenticidad y la transparencia.
Siempre expresaba lo que sentía y pensaba. Actuaba siguiendo su
conciencia y sus convicciones, casi siempre nadando contra la corriente, pero
en sintonía con Jesús: “por sus frutos
los conoceréis”. En ello quizás está el
secreto de su liderazgo y su conexión con los pobres, con los explotados de
siempre, ahora convertidos por él en
actores políticos fundamentales.