Rolando
“El Negro” Gómez
“Era
casi de media noche. Mi casa, de
ordinario silenciosa y triste, estalló en una llamarada de alborozo. Mi casa, donde se vivía con los postigos
cerrados y se hablaba susurrando como en los duelos…” [1]
Especial para La Página |
Esa fue una noche de mayo de 1981, en la que
Graciela y sus hijos -“francoargentinos”- cantaron desaforadamente una
marsellesa que le “puso los pelos de
punta al vecindario”.
El vecindario era tucumano, y la fecha los ubica
en el centro del terror, sótano del infierno: Tucumán bajo la dictadura militar
-“contre nous de la tyrannie l'étendard sanglan
test levé”.
En ese mes de mayo, en ese año de 1981, un talFrançois
ganó las elecciones en Francia, y la noticia llegó a la familia González-Jeger
como un bálsamo de frescura, ánimo y esperanza en medio de la infamia que la
rodeaba. Cantar “Aux armes, citoyens; formez vos bataillons; marchons! marchons!”
en esas circunstancias era quizás apropiado;era una expresión de combate sin
cortapisas;era un canto de lucha que atravesó las persianas y postigos
cerrados, aunque la imperialista Francia estuviera tan lejos,aunque ese François
terminara luego haciendo añicos toda esperanza, y le socialisme que él
representaba no era exactamente lo que Graciela y sus hijos tuvieran en mente
en esos momentos.