Especial para La Página |
La gran recesión de 2008, que trajo aparejada la crisis
económica mundial en la que estamos sumergidos, arrasó con los ahorros de toda
la vida de muchas personas y para millones de individuos significa una amenaza
inminente de desempleo crónico. Esto sucede mientras las arcas de los grandes
bancos estadounidenses y también de las grandes empresas que no pertenecen al
sector financiero gozan del nivel de efectivo disponible más alto de toda la
historia. Si bien la tasa de desempleo continúa siendo elevada, y a pesar de la
preocupación que genera luchar para llegar a fin de mes, muchos trabajadores en
Estados Unidos están tomando las riendas del problema y exigen mejores
condiciones laborales y aumentos salariales. Se trata de los trabajadores que
no son mencionados en los debates presidenciales, que no son invitados a los
lujosos estudios de las grandes cadenas de televisión. Son los trabajadores de
Wal-Mart, la mayor empresa privada de Estados Unidos; son los recolectores de
tomate de Florida. A pesar de contar con escasos recursos, armados de valor y
con la convicción de que merecen mejores condiciones laborales, los
trabajadores se están organizando y están logrando resultados.