Gustavo Márquez
Marín [Especial
para La Página] Si la eficiencia es la capacidad de los sistemas
para producir los resultados esperados mediante el uso óptimo de los recursos,
la corrupción es uno de los factores que más influye en las ineficiencias de la
gestión pública. De hecho es una privatización continuada del patrimonio
público por la rapiña coligada de “funcionarios públicos” y “empresarios”
amparados en la opacidad de la administración pública. Se traduce en una merma
considerable de los recursos destinados a la salud, educación, vivienda,
alimentación, seguridad social y también, en la calidad de las obras y
servicios públicos y en el rendimiento de las inversiones del Estado.
La corrupción es un fenómeno mundial que se ha difundido a
través de los intersticios del estamento social, llegando a enlazarse con el
narcotráfico y el crimen transnacional, a través del lavado de dinero y de la
manipulación de información privilegiada en el sistema financiero. En el caso
venezolano, la corrupción es la principal fuente de acumulación originaria










