I
A mediados de la Primera Guerra Mundial, en febrero de 1916,
el alto mando del ejército alemán a cargo de Erich von Falkenhayn emprendió una
ofensiva en el noroeste de Francia, en la Champaña, con la esperanza de romper
el frente de trincheras y forzar así una retirada de las tropas anglo-francesas
hacia la región del Marne, tal como sucedió al inicio de la guerra en agosto de
1914. El principal objetivo era tomar la ciudad fortificada de Verdún, llave
estratégica de toda esa zona. Aunque la ofensiva alemana, desarrollada en pleno
invierno, fue una sorpresa para el mando aliado, las huestes de Falkenhayn no
pudieron doblegar la resistencia enemiga. Ambos ejércitos no lograron hacer
retroceder al otro y la larga y extenuante batalla de Verdún se convirtió en punto
neutro sin ningún resultado efectivo. De aquel modo hasta la primavera de 1916
las bajas eran cuantiosas: unos 450 mil muertos y heridos franceses e ingleses
y unos 300 mil alemanes.