El golpe de Estado en Paraguay puso en evidencia los cambios
en la relación de fuerzas en la región sudamericana. La respuesta de Brasil de
acelerar el ingreso pleno de Venezuela al Mercosur es un mensaje a Estados
Unidos. Cuando el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva le dijo a Hugo Chávez tu
victoria será nuestra victoria, estaba siendo fiel al libreto de la mayor y más
sólida alianza sudamericana, la alianza estratégica entre Brasil y Venezuela.
Cuando Lula llegó al gobierno en 2003 se produjo un salto
cualitativo en las relaciones bilaterales. En 2005 se definió la Alianza
Estratégica Brasil-Venezuela y en 2007 comenzaron los encuentros presidenciales
trimestrales, que se prolongaron hasta 2010, para profundizar la alianza que
incluye la integración de infraestructura y la complementación productiva que
va más allá de las alianzas clásicas, incluyendo la otra alianza estratégica
que tiene Brasil en la región, con Argentina.
Uno de los principales resultados es un fuerte aumento del
comercio. De los 800 millones de dólares que intercambiaban en 2003 se pasó a 5
mil millones en 2011. Además estrecharon vínculos institucionales con asesorías
en políticas públicas, cursos de formación que incluyeron la instalación del
prestigioso centro de pensamiento e investigación IPEA (Instituto de
Investigaciones Económicas Aplicadas) y Embrapa (empresa estatal de
investigación agropecuaria) en Caracas.