Pier Paolo Pasolini ✆ Autorretrato con flor |
El año que viene se cumplirán cuarenta años sin Pier Paolo
Pasolini. En el comienzo del Año Pasolini
es el momento oportuno para plantearse qué nos dejó en legado a quienes
pretendemos aprender de él.
I. Lo primero que
nos dejó es una mirada. Pasolini tenía la particularidad de mirar hacia
donde no debía. Esto era muy evidente en Roma en 1950. En esa fecha las
barracas estaban creciendo más allá del centro de histórico, mezclándose con
las muy degradas barriadas obreras. Era una realidad evidente, pero no entraba
en la política de la derecha. Pero Pasolini vivía al lado de las barracas y
decidió mirarlas, mirar a los que vivían ahí y mirar en qué condiciones lo
hacían. Y decidió escribir Ragazzi di vita y Una vita violenta,
y convertirse en un defensor de los más desfavorecidos. Su proximidad vital
—fundada en su pulsión por estos muchachos— le hizo ver los cambios que se
producían en la población de las barracas y la homologación que lentamente
estaba logrando la civilización del consumo entre los más desposeídos.