“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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1/2/15

Historiografía y movimientos sociales en El Salvador [1811-1932] – Un balance preliminar

José Feliciano Ama,
líder de la insurrección de 1932
Carlos Gregorio López Bernal
Este trabajo pretende hacer un balance historiográfico preliminar sobre el estado de los estudios sobre movimientos sociales en El Salvador, de 1811 a 1932. Para seleccionar los casos de estudio se procedió a partir de dos criterios básicos: primero, la importancia que tuvo la movilización, tanto en el momento de su acaecimiento como en la historiografía salvadoreña; segundo, la cantidad y calidad de los estudios al respecto, considerando tendencias historiográficas, abordajes, fuentes e interpretaciones. Se discuten los factores que a lo largo del tiempo han condicionado las diferentes interpretaciones sobre los mismos hechos.

Los movimientos sociales en América Latina se asocian con los momentos de mayor intensidad de la conflictividad social, independientemente de cómo esta se manifieste. Esta es la tesis que subyace, por ejemplo, en la sugerente compilación de estudios que hizo Fernando Calderón a mediados de la década de 1980. La emergencia de movilizaciones sociales se relaciona con crisis que provocan o agravan los problemas sociales y que impulsan a la organización de distintos actores.

Fernando Calderón define los movimientos sociales como: “acciones colectivas con alta participación de base, que utilizan canales no institucionalizados y que, al mismo tiempo que van elaborando sus demandas, van encontrando formas de acción para expresarlas y se van constituyendo en sujetos colectivos”.1 La definición de Calderón es lo suficientemente amplia como para dar cabida a los casos que aquí se estudiarán, en tanto ve el problema como proceso, abre la posibilidad de un estudio en perspectiva histórica.

30/1/15

Con José Martí: para que la victoria siga siendo victoria

Luis Toledo Sande
José Martí
✆Pedro Ramón
En el entorno contemporáneo esbozado en “Con José Martí, raíces y luz” parece que empieza a abrirse paso en los Estados Unidos la línea que, aunque procuró mantenerla en secreto, no pocos consideran —y no se ha probado lo contrario— que le costó la vida al mismo presidente que luego de autorizar la invasión de Playa Girón y ver su fracaso y sus consecuencias, se percató de un hecho, o al menos lo intuyó: la hostilidad agresiva y desembozada no le daría a la potencia los resultados que esta apetecía. Salvando distancias y diferencias, tal vez pudiera decirse que John F. Kennedy fue en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos de su tiempo lo que, en el conflicto entre aquella y España en el siglo XIX, fue el militar y político español Juan Prim Prats (o Joan Prim i Prats, atendiendo a su origen catalán), muerto por un atentado en el Madrid de 1870, cuando era jefe de gobierno y había expresado la posibilidad de que se reconociera la independencia de Cuba, y rechazado la idea de venderla a los Estados Unidos. (Esto último, añádase, fue lo que de hecho consumó una humillada Corona española en el Tratado de París, en 1898, opción a la cual Martí se refirió previsoramente en su carta póstuma a Manuel Mercado.)

7/1/15

La génesis del derecho en la obra madura de György Lukács. La violencia y la determinación histórico-social del derecho

Foto: György Lukács
Ronaldo Vielmi Fortes
Al analizar una serie de complejos parciales del ser social, Lukács presenta, en cierto momento de su análisis acerca de la reproducción, consideraciones de gran importancia sobre la génesis del derecho. Frente a la tradición filosófica de discusión sobre la esfera jurídica, la manera en la que el autor lidia con el problema aparece como un tratamiento bien peculiar e inusitado: Lukács describe el derecho como una de las formas ideológicas específicas. Dado que, tradicionalmente, varios autores presentan una definición similar, esta comprensión no constituye propiamente el elemento inusitado de sus reflexiones; la novedad consiste, sin embargo, en el modo en que el autor comprende la ideología y analiza la génesis del complejo social del derecho.

El desarrollo del tema de la ideología en Lukács no está dirigido hacia la elaboración de una teoría de lo falso –perfil ampliamente asumido en los debates filosóficos en torno a esta cuestión–; por el contrario, al combatir justamente esa perspectiva gnoseológica, su análisis parte de la caracterización de la ideología como vehículo de concientización y previa-ideación de la práctica social de los hombres. Para el autor, “la ideología es ante todo la forma de elaboración ideal de la realidad que sirve para tornar la praxis social humana consciente y capaz de actuar” (Lukács, 2013: 465). 

30/12/14

Maldito socialismo, ¡cómo te echamos de menos!

Higinio Polo
Hace unas semanas, en Berlín, mientras los beneficiarios del cambio político en la Europa del Este celebraban la desaparición del muro (y, sobre todo, del “socialismo real”) hace veinte años, como prueba manifiesta de la superioridad social del capitalismo, la prensa internacional conservadora lanzó una de sus habituales campañas propagandísticas para vender de nuevo la mentira del supuesto éxito conseguido por el cambio político y económico en los antiguos países socialistas europeos.

La escenificación de una alegría impostada en ceremonias de auto alabanza (con evidentes concesiones al nacionalismo alemán) y la presencia, y, después, las imágenes difundidas por el mundo de Gorbachov, George Bush, Kohl, Merkel, Wałesa y otros (incluso Medveded) celebrando la “victoria sobre el comunismo”, escondían el sufrimiento social causado por el retroceso hacia el capitalismo en toda la Europa oriental, y se revelaban como la gran mentira de los festejos de Berlín.

28/12/14

La derrota de la Armada española en Cuba en la Guerra de los Cien Días

Voladura del USS Maine en La Habana
Esteban Mira Caballos
La guerra de los Cien Días –aunque duró exactamente 113 días- entre España y Estados Unidos fue provocada directamente por estos con la intención de apoderarse de la isla. El 15 de febrero de 1898, el crucero Maine, amarrado al puerto de La Habana, voló por los aires. Siempre se sospechó que lo hundieron los propios norteamericanos para provocar la guerra y, aunque ellos siempre lo negaron, recientemente gracias a la desclasificación de papeles de la guerra se ha confirmado tal sospecha. Y ello, porque hacía años que negociaban infructuosamente la venta de Cuba por España. El objetivo estaba claro, se trataba de expulsar a la vieja potencia de Cuba, Puerto Rico y Filipinas para así expandir su dominio político y económico al Caribe y al Pacífico. El 24 de abril de 1898 España se ve forzada a declarar la guerra, al tiempo que el presidente estadounidense Willian McKinley ordenaba a la flota de W. Sampson el bloqueo La Habana.

El almirante Pascual Cervera y Topete ha pasado a la historia como el héroe que se enfrentó a la armada estadounidense a sabiendas de que se dirigía a una muerte segura. Su lealtad a la bandera y a la patria, su espíritu de sacrificio le empujo a luchar en condiciones desiguales antes que rendir sus barcos amarrados al puerto de Santiago de Cuba.

14/12/14

Reflexiones sobre la historia | Ser la contracara de mi enemigo me hace su esclavo

José Pablo Feinmann
Aunque por imperativos epocales tuve que leerlos a todos, nunca me interesaron los historiadores que expresaban al llamado revisionismo histórico. De entre ellos, me deslumbraron más los nacionalistas de derecha. Grandes plumas, elegancia de la prosa, formación sólida, los hermanos Irazusta y, sobre todo, el egregio Carlos Ibarguren se apoderaron de mis largas jornadas de lectura. ¿Qué sucedía con los demás? Muy simple: toda posición epistemológica que meramente se reduce a ser la negación de su enemigo se somete a éste. Los revisionistas del ’30 se dedicaron a una explicitación más o menos rigurosa (convincente, sin duda) de la historia oficial (la de la oligarquía que había ganado las guerras civiles en el siglo XIX) para desmentir cada una de sus afirmaciones.

12/12/14

Jan Van Heijenoort | El secretario tenaz [traductor y guardaespaldas] de Leon Trotsky

Foto: Leon Trotsky
&
Jan Van Heijenoort
Juan Forn
Jan Van Heijenoort tenía un don para la matemática: podía resolver de un golpe de vista ecuaciones con tres incógnitas. Por esa razón recibió beca completa para el Lycée St-Louis de París, pero no fue por eso que se convirtió en secretario, traductor y guardaespaldas de León Trotsky cuando acababa de cumplir veinte años, aunque la situación que enfrentaba Trotsky en su exilio era una suma de incógnitas casi imposible de resolver para una cabeza normal. Como bien se sabe, Stalin expulsó de la URSS a su archienemigo y casi enseguida decidió enmendar el error a su manera habitual: haciéndolo matar. La tarea le demandó casi diez años y buena parte de esa demora se debió a la silenciosa y fiel presencia de Van Heijenoort junto a Trotsky.

“Su apellido es impronunciable, joven. Lo llamaremos Van”, dijo la mujer de Trotsky cuando el robusto muchacho llegó a la isla de Prinkipo, frente a Estambul, en 1932, sin otro equipaje que una máquina de escribir con caracteres cirílicos. Sus únicos pergaminos eran su conocimiento del ruso (aprendido a solas, con un diccionario y un libro de gramática que robó de una biblioteca) y su fidelidad a toda prueba: hijo de un obrero y una criada, Van había abandonado su beca y sus estudios para entregar su vida a la causa. La situación de los Trotsky en Prinkipo era precaria: ningún país quería recibirlos, el gobierno turco les había dado cobijo pero de incógnito. Los Trotsky estaban sin papeles, confinados en esa isla con custodia policial.

4/12/14

La muerte de Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno
Vázquez Días
Mircea Eliade
El viejo rector de la Universidad de Salamanca ha muerto a los 72 años de edad. Miguel de Unamuno ha sido el escritor más representativo de España. Poeta, ensayista, periodista, novelista y filósofo, ha debatido todos los problemas que afectan a la conciencia del mundo moderno imponiendo siempre la impronta española. Al propio tiempo, Unamuno ha representado la conciencia y el temperamento españoles. Antes de convertirse en escritor universal, Miguel de Unamuno fue el autor más respetado de la península ibérica. Allí desempeñó el mismo papel que Carlyle en Inglaterra y Fichte en Alemania el siglo pasado [se refiere al siglo XIX]. Fue, por tanto, un moralista destacado y un escritor cuya autoridad se proyectó sobre todas las generaciones. Su carrera es tanto más admirable en cuanto que Unamuno nunca se adhirió a ninguna bandería política ni se alzó en defensor de ninguna forma de gobierno.

Miguel de Unamuno nació el 29 de septiembre de 1864 en Bilbao, en esa provincia vasca cuyo paisaje le acompañará durante toda su vida.

23/11/14

Los orígenes de la Inquisición en Hispanoamérica

Esteban Mira Caballos
Desde los primeros años de la Colonización la Corona se preocupó por el control de la emigración a las Indias con vistas, por un lado, a reservarse para sí el monopolio de las riquezas del Nuevo Mundo, y, por el otro, a impedir la entrada de judeoconversos y personas de dudosa moral que diesen mal ejemplo a los indígenas. El cumplimiento y ejecución de tales leyes se controló desde un principio por la Casa de la Contratación de Sevilla, institución que desde 1509 recibió la orden de registrar a todos los pasajeros que se embarcaban para las Indias, limitando el tráfico a una serie de grupos de excluidos como los extranjeros, los herejes y los no católicos. Sin embargo, esta legislación prohibitiva no fue suficiente para evitar que los jurídicamente apartados pasasen a las Indias sin excesivas dificultades, como lo demuestran las altas cotas de emigración ilícita.

En relación a los judeoconversos las prohibiciones se repitieron en numerosas ocasiones: 1501, 1509, 1514, 1518, 1526, 1534, 1539, etc. Tan sólo hubo una excepción que duró legalmente entre 1511 y 1513 en la que se les autorizó a permanecer en América un máximo de dos años. Sin embargo, pese a la legislación prohibitiva pasaron muchos judeoconversos a las Antillas en las primeras décadas de la colonización. Así, en 1517 los Jerónimos en una carta dirigida al Cardenal Cisneros le informaron de lo numerosos que eran los herejes y conversos que allí habían llegado "huyendo de la inquisición". Incluso en 1526, en un juicio sobre unos conversos que habían ejercido oficios públicos, se declaró que había otros muchos en la Española que usaban los oficios públicos y reales.

13/11/14

Orson Welles, el inagotable niño prodigio

Orson Welles ✆ Gene Haas
Pedro García Cueto 
Orson Welles fue un niño prodigio. Hijo de Richard Head Welles, tesorero y secretario general de la firma familiar Badger Brass, inventor y hombre aventurero, y de Beatrice Ives Welles, hija de unos acomodados comerciantes de carbón. Fue la primera mujer en alcanzar en 1914, primero una plaza y después la presidencia de la comisión de educación del ayuntamiento de Kenosha, además de ser una notable pianista. Welles sufrió la pérdida de sus padres a temprana edad: su madre, cuando él contaba ocho años y su padre, cuando el joven Orson contaba quince.

¿Por qué fue un niño prodigio? Sin duda, porque Welles se educó junto a una madre que le llevó por la senda de la cultura, por el camino de la música y del arte. Se cuenta que a los cinco años, tras un concierto de Stravinski en Nueva York, hasta donde le llevó su tutor, el doctor Maurice Bernstein, el niño Welles disertó con inteligencia delante de un grupo de gente sobre la música escuchada. Entre el citado grupo, estaba Agnes Moorhead, la que sería luego una de las actrices de Ciudadano Kane y de El cuarto mandamiento, mucho tiempo después.

Dice Javier Marías en el número especial que dedicó al gran director la revista Nickelodeon en otoño de 1999 lo siguiente: “Welles mereció haber nacido en el siglo XVIII, cuando todavía se trataba a los niños como adultos, y sus diversas cortas edades se veían tan sólo como fases transitorias que convenía abreviar al máximo y aprovechar para el adiestramiento; como un largo periodo de limitaciones fastidiosas por el que no quedaba más remedio que pasar”.

11/11/14

Haití: la revolución negra

Alexandre Petion
Charles Williams
[…] los haitianos solo serán conocidos en adelante bajo la denominación genérica de negros. | Art. 14 Constitución de 1805  (20 de mayo del año II)  

Ricardo Sánchez Ángel 
El panorama de la época

Como en ninguna otra sociedad nacional, Haití enfrenta enfoques no solo distintos, sino antagónicos en la interpretación de su historia y su existencia contemporánea. Los hechos actuales son apropiados para señalar perspectivas diferentes, dándole a todo esto la impronta secular de los colonialismos, pero también la presencia subterránea, y a veces volcánica, de los nativos y afrodescendientes.

Haití irradió su ejemplo en el continente, alimentando las esperanzas por la independencia de los colonialismos, tal como lo reiteró Simón Bolívar, quien era un hombre agradecido, en tanto la revolución haitiana está contenida en su propia obra de emancipador. Se puede señalar una crítica historiográfica a Hebe Clementi, cuando en su obra panorámica sobre la abolición de la esclavitud en América Latina no contempló la revolución haitiana como capítulo, lo que sí sucede con otros países[1].

10/11/14

Leon Trotsky: más olvido que memoria

Leonardo Padura
Leon Trotsky ✆ Biday
En el mes de octubre de 1989 visité por primera vez la  ciudad de México y uno de mis anhelos a cumplir durante aquella estancia era visitar la casa donde había vivido los últimos años de su vida, y donde había sido asesinado –cumpliendo una orden que solo podía dar Joseph Stalin– el “renegado” León Trotsky.   

Desde que me asomé a la avenida Viena, en Coyoacán, y vi la estructura de fortaleza que había tomado la casa, tuve la certeza de que aquel sitio exhalaba un dramatismo especial y, sobre todo, exhibía un doloroso simbolismo de lo que llegaría a ser un gran derrota histórica. Luego, ya en el interior de la morada –cuyo acceso en 1940 solo era admitido luego de rigurosas comprobaciones por parte de los guardaespaldas que debían cuidar de la vida del refugiado– recorrí el patio donde ondeaba una descolorida bandera soviética sobre el túmulo, marcado con la hoz y el martillo, en que había sido enterrado el cadáver de su principal morador, uno de los grandes líderes de octubre de 1917, el negociador de la paz que permitiría el nacimiento del proyecto soviético y el fundador del ejército que salvaría su existencia.

4/11/14

Los lápices de Máximo Gorki | Los guardaba porque le recordaban los lejanos días en que aprendió a leer

Máximo Gorki
Mikhail Nesterov

Higinio Polo
Malaya Nikitskaya es una calle tranquila, con fincas arboladas, hasta donde, en ocasiones, se acercaba Stalin en los primeros años treinta. La casa del número 6, justo en la esquina con Spiridónovka, se halla frente a una iglesia que muestra en su fachada un pórtico neoclásico, de columnas corintias y paredes amarillas. La finca tiene un arco de entrada y un muro bajo culminado por una reja modernista, que, como el resto de la casa, fue ideada por el maestro del modernismo ruso, Fiódor Shéjtel. Fue la mansión de un banquero, Stepan Riabushinski, y, tras la revolución bolchevique, instalaron aquí la editorial del Estado, Gosizdat, y se fundó la Unión de Escritores de la URSS.
 
Es el lugar donde Máximo Gorki vivió sus últimos cinco años de vida: se encuentra en el barrio de Tverskaya de Moscú. Aquí lo visitaban dirigentes revolucionarios, poetas, ráfagas perdidas de su dura juventud, y vinieron a verle Romain Rolland y Bernard Shaw, y escribió La vida de Klim Samguin, cuando ya su vida era como un vapor renqueante avanzando por el Volga. Cuando se instaló en ella, en 1931, era ya un hombre mayor: tenía 63 años, pero eso no le impidió convertir su casa en uno de los centros culturales más relevantes del Moscú revolucionario. Allí se guardan ahora sus libros, sus papeles, las carpetas que acumuló al final de su vida. Aquí recibió Gorki a Stalin, Voroshílov y Kaganovich, en 1932, cuando todavía nadie esperaba los lutos y el escalofrío de una nueva guerra.

14/10/14

El joven Picasso, mirando las barracas de Pekín

Autorretrato, 1896 ✆ Pablo Picasso
Higinio Polo
En la larga vida de Picasso, Barcelona ocupa un pequeño espacio: apenas nueve años, entre 1895, cuando llega con su familia, y 1904, cuando se va a París para siempre, aunque él no lo supiese entonces. Sin embargo, aunque no son muchos, esos años de juventud forjan una mirada y son una educación sentimental que le acompañará a lo largo de toda su existencia. Esa época, ha sido recogida en una pequeña muestra en el Museo Picasso barcelonés con el título Paisatges de Barcelona, que ilustra el libro que publicó Claustre Rafart, con el título Els paisatges de la Barcelona de Picasso, aunque el pintor no fue, en modo alguno, un paisajista.

Cuando Picasso llega a Barcelona, descubre la ciudad moderna, en ebullición durante la regencia de María Cristina, poco antes del asesinato de Cánovas por el anarquista Angiolillo, y con Sagasta dirigiendo consejos de ministros en una España en decadencia pero a cuyos gobiernos no les tiembla la mano en la represión de los movimientos obreros y populares, que pasará por la pérdida de las colonias y el atentado contra Antonio Maura protagonizado por otro anarquista, Joaquín Miguel Artal, que le clavó un cuchillo en el pecho al presidente del gobierno ante la entrada principal de la basílica de la Mercè, justo al lado de la casa donde vivía el joven Picasso con su familia.

10/9/14

Analogías para una crisis histórica

Paula Bach
Nada o casi nada permaneció igual a sí mismo luego de cada una de las tres crisis mundiales que trastocaron la anatomía del capitalismo. La larga crisis abierta en 1873 y la recuperación que le siguió, fueron el preludio de la Primera Guerra Mundial, la de 1929 anticipó la Segunda Guerra y la de la década del ‘70 culminó en la ofensiva neoliberal. La crisis actual que comenzó en 2008 con la caída de Lehman Brothers y que ya lleva seis años, parece ser antesala de cambios de magnitud similar. Si bien la historia no se repite y por tanto resulta absurdo pretender identificar una crisis con otra, existen necesariamente elementos que se recrean. Irrumpen formas semejantes –algo hay aquí de la famosa repetición como farsa, si se admite la licencia- que consideradas atinadamente permiten, hasta cierto punto, reconstruir lo nuevo e intentar asir aspectos de su dinámica. 

25/8/14

Nomenclatura, protocapitalismo y cambio de régimen en la URSS

Ivan Felixovich León Zhukovskii 
El rol básico de la burocracia soviética como expresión y regulador del poder político se mantuvo constante durante toda la historia de la URSS. Sin embargo, en diferentes momentos este estrato social asumió rasgos e influyó de manera distinta. El análisis de la evolución de las contradicciones entre el mando político central y la dimensión sectorial-territorial de la burocracia, constituye condición para comprender las inflexiones históricas fundamentales en este país, específicamente, el desarrollo de relaciones sociales protocapitalistas y el cambio de régimen. Por mando político central soviético se entiende el conjunto de relaciones sociales de poder, materializadas mediante la acción esencialmente colegiada de los máximos órganos políticos y de fuerza en su función de trazar las directrices generales del país.

23/8/14

Leon Trotsky y su época | A 74 años de su asesinato

Leon Trotsky ✆ Etten Carvallo
Guillermo Almeyra
Trotsky nació, vivió, luchó y fue asesinado hace 74 años en un mundo preñado de revoluciones anticapitalistas y de liberación nacional pero marcado también por contrarrevoluciones originadas por el temor al desarrollo impetuoso del movimiento obrero revolucionario, que entonces era internacionalista. El fin de la Segunda Guerra Mundial, ya sin Trotsky, abrió una etapa completamente diferente, aunque aceleró los movimientos anticolonialistas e independentistas en todo el mundo cuyos ejemplos más potentes fueron la Revolución china, en Asia, la argelina, en Africa y la cubana, en América Latina. Ese fin de guerra presenció una ola revolucionaria mundial, pero sin revolucionarios socialistas que supieran encauzarla y con los partidos socialistas y comunistas empeñados en reconstruir los Estados capitalistas como en Italia, Francia o Bélgica.

Stalin, por otra parte, condujo la guerra en la entonces Unión Soviética como una Gran Guerra Patria, por la Madre Rusia, fomentó el nacionalismo gran ruso, recurrió a los héroes del imperio zarista, reintrodujo en el ejército antes Rojo los capellanes ortodoxos y el poder y las charreteras de los oficiales, restituyó bienes a la Iglesia ortodoxa. 

3/8/14

La cuestión ideológica | El fin de la historia, la ideología y las grandes preguntas

Alberto Garzón Espinosa
¿Podemos seguir pensando que se acabaron las ideologías? ¿es acaso cierto que sólo queda la resignación en el marco del sistema económico capitalista? ¿está en lo cierto Frederic Jameson (1934-) cuando asegura que «hoy es más fácil imaginar el final del mundo que imaginar el final del capitalismo»? ¿Queda espacio para la utopía, ese no-lugar en el horizonte que según Eduardo Galeano (1940-) nos sirve para caminar?

Sin duda, la primera duda que nos asalta es la siguiente: ¿de qué estamos hablando cuando decimos que algo es ideológico? ¿Se están refiriendo a la misma noción el dirigente comunista que grita «¡las ideas socialistas nos liberarán!» y el tertuliano de televisión que censura a su interlocutor expresando algo del tipo «eso lo dices porque tienes ideas socialistas»? Parece obvio que el primero entiende la ideología como algo positivo, en tanto que instrumentaría la emancipación social, mientras que el segundo la entiende como algo negativo, en tanto que ocultaría o distorsionaría la verdad. ¿Podemos entonces hallar alguna definición que nos satisfaga a todos y sobre la que podamos discutir?

30/7/14

Pacifismo burgués | Un estudio de la ética burguesa

El autor es un héroe inglés que murió en combate el 12 de febrero de 1937 a los 29 años de edad, durante la guerra civil española, dando su vida en la defensa de la democracia y el socialismo ante el avance del fascismo.

Christopher Caudwell ✆ A.d.
Christopher Caudwell
No resta mucho de importancia en la ética burguesa. La castidad, la sobriedad, la salvación y la limpieza de corazón ya no son cuestiones por las que se preocupen mucho los burgueses. De hecho sólo ha una cuestión en la que la conciencia burguesa muestra cierta actividad cotidiana. El pacifismo, siempre latente en el credo burgués, se ha cristalizado ahora como la única creencia con carga emocional que queda en el cristianismo Protestante o en su correlato, el idealismo “burgués”.

La denomino una doctrina distintivamente burguesa, porque por pacifismo entiendo, no el amor de la paz que se debe asegurar a través de acciones concretas, sino la creencia de que toda forma de constreñimiento social de otros o cualquier acción violenta es mala en si misma, y que la violencia, como la guerra, debe ser resistida pasivamente porque usar la violencia para poner fin a la violencia sería lógicamente contradictorio. Opongo al pacifismo entendido en este sentido la creencia comunista de que el único medio

29/7/14

La Primera Guerra Mundial | 28 de julio de 1914, una magnífica aproximación de Luciano Canfora

Salvador López Arnal  
Por supuesto. Nada nuevo soy capaz de señalar sobre el gran estallido, sobre las infernales tempestades de acero de las que nos habló Ernst Jünger, uno de los primeros en alistarse en la contienda con apenas 18 años, a una criminal guerra de la que nos hablaría con apasionamiento, años después, a sus 25 años, alabándola como “experiencia interior”. El carácter belicista-militarista y de derecha extrema antidemocrática del pensamiento de Jünger, “un viejecito encantador” en su día, objeto incomprensible de devoción en nuestro país de países hace unos años, es más que conocido.

Algunos puntos conocidos del estallido (sigo el libro del helenista italiano: 1914, Barcelona, El Viejo Topo, 2014, unos 20 capítulos breves, 10 páginas). El gobierno ruso había ordenado a finales de julio de 1914 una movilización parcial que, en principio, no comprometía la situación de forma inexorable aunque, ciertamente, daba a entender que el gobierno del zar se ponía en el peor escenario deseable: la guerra era probable.