Es triste tener que decir esto, pero la verdad
amarga pugna por salirme de la boca: las muchas mentiras y deformaciones
configuran la falsa conciencia de los españoles, cuidadosamente cultivada por
la Iglesia integrista y el Estado autoritario. Entre tantas falsificaciones y
yerros que habitan la mente humana, la historia de España, disfrazada de hechos
heroicos y gestas gloriosas, es la mayor que conozco.
Pertenezco a una generación que fue educada
por el Estado franquista y que tuvo que descubrir la verdad fuera de las aulas
y del saber oficial: una larga historia de crímenes y genocidios para
constituir la unidad del Estado español. A lo largo de esa historia, la
intolerancia es el rasgo más definido de la cultura española;el Estado nacido
del matrimonio de los Reyes Católicos se fundó sobre la unidad religiosa bajo
el predominio del cristianismo más reaccionario e integrista. La expulsión de
todas las demás confesiones religiosas, judíos y musulmanes que poblaron la
península en la Edad Media, fue el hecho inaugural de la historia de España, la
destrucción de al-Ándalus. Poco ha cambiado desde entonces.