Especial para La Página |
Hay unanimidad en el mundo político, económico y mediático
para subrayar que el costo del trabajo es demasiado elevado en Francia y que
perjudica la competitividad de las empresas nacionales. En cambio hay mucha
discreción a la hora de hablar del costo del capital, verdadero obstáculo para
el desarrollo económico del país.
Para la mayoría de los observadores de la vida económica de
Francia, el principal obstáculo para el desarrollo de la nación sería el costo
del trabajo, es decir salarios y cotizaciones sociales demasiado elevadas. Esta
realidad impediría que las empresas nacionales fueran competitivas en un
mercado globalizado donde la competencia es cada vez más feroz, y sería una de
las causas del ocaso del país.[1]