“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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6/2/16

Los orígenes del nazismo antes, ahora y después

Vicenç Navarro    |    Una de las razones expuestas con mayor frecuencia para explicar el gran compromiso que el gobierno alemán tiene con las políticas de austeridad y con la rectitud fiscal (exigiendo la eliminación del déficit público en las cuentas del Estado) es el gran temor que el Estado alemán ha tenido históricamente a la inflación, pues se asume que el hecho de que el Partido Nazi ganara las elecciones se debió precisamente al enorme crecimiento de esta, que provocó como respuesta un movimiento de protesta popular, con el crecimiento del nazismo, poniendo a Adolph Hitler en el poder. En esta explicación se asumen varios hechos. Uno, que la supuesta expansión del gasto público y el déficit público había sido la causa del enorme crecimiento de la inflación o hiperinflación. Y dos, que esta última había sido la causa del enfado popular responsable de la victoria electoral del nazismo en Alemania.

Tal explicación está ampliamente generalizada y se utiliza constantemente, no solo por el establishment político-mediático alemán, sino por un gran número de economistas neoliberales que intentan justificar el énfasis del gobierno alemán en la aplicación de tales políticas de austeridad en todos los países de la Eurozona utilizando dicho argumento.

29/1/16

Los orígenes del gran dilema turco

Mapa de la actual Turquía [Ampliar]
Fran Vega   /   Constantinopla, primavera de 1453. La capital del imperio bizantino cae en manos de las tropas otomanas del sultán Mehmed II el-Fatih, el Conquistador, y sucumben los últimos restos del imperio romano de Oriente en la ciudad que Constantino el Grande quiso elevar en el siglo IV a la misma categoría que Roma. Ubicada entre el Cuerno de Oro y el mar de Mármara, Constantinopla es entonces el puente por el que Europa y Asia quedan unidas, el nexo que pone en comunicación la civilización cristiana occidental con la casa de Osmán, es decir, el territorio de la dinastía osmanlí que doscientos años antes había fundado el imperio otomano. La antigua Bizancio sería llamada también, y con razón, la Reina de las Ciudades y la Encrucijada del Mundo, pues tanto el comercio como la cultura de los continentes conocidos hasta entonces atravesaban sus plazas y sus calles.

El sultán Mehmed II consiguió dos grandes objetivos con la conquista de la Nueva Roma. Por un lado, consolidar su poder en el imperio otomano con una victoria sin precedentes que abría el complicado camino hacia Europa. Por otro, conseguir que los principales monarcas de la época, como el papa Nicolás V, el emperador Federico III y los reyes Enrique VI de Inglaterra, Juan II de Castilla o Alfonso V de Aragón, giren la vista hacia Oriente en busca de un enemigo que también puede convertirse en aliado.

Más de cinco siglos después, el estado que en 1923 reemplazó al imperio otomano tras la Primera Guerra Mundial, Turquía, tiene la gran ocasión de integrarse en la Unión Europea gracias a una serie de circunstancias no del todo ajenas a ella: la guerra civil siria y las incontenibles mareas de refugiados que desde hace meses llegan al continente. Todo un guiño cómplice de la historia que merece la pena revisar.

14/1/16

Los tres modelos de comprensión de la Historia en Walter Benjamín — Otro mundo es posible

Walter Benjamin ✆ David Levine
Evelyn Patricia Martínez   /   Comprender la Historia es importante para Walter Benjamín para entender el presente, lo cual implica conocer el pasado, la historia de los vencidos. Ello supone hacer posibles las iluminaciones históricas de revolución de los oprimidos, que redima el pasado, el presente y el futuro. Para desarrollar su Filosofía de la historia, Benjamín parte de una profunda critica el historicismo de la época, pues se basaban en los métodos de las ciencias naturales. Según esta corriente, se consideraba un hecho histórico únicamente a un hecho científico, que respondiera a leyes generales. La visión del tiempo histórico era una visión del tiempo físico (la mecánica newtoniana), es decir, un tiempo continuo y lineal, en el que se encadenan causas y efectos. Las leyes históricas suponían hacer previsiones del futuro. Es decir, hacerla objetiva, Mosès menciona “comprender una época es, para el historicismo, reconstruirla realmente ‘tal y como era realmente’, es decir, tal y como se comprendía a sí misma”1. Benjamín criticara fuertemente esta concepción de la historia.

Para Benjamín el historiador tiene un papel clave en la constitución de la historia, pues él se vuelve un producto mismo de la historia, algo que dejaba de lado el historicismo. Se pregunta Benjamín entonces ¿qué tipo de historia queremos definir y bajo qué modelo? Para dar respuesta a ello desarrolla, a lo largo de su vida, tres modelos de comprensión de la Historia: teológico, estético y político.

17/12/15

De Damasco a París — Los acuerdos de Sykes, Picot y Balfour que dibujaron Oriente Próximo y siguen sangrando

Los firmantes del Tratado de Versalles
Fran Vega   /   Los atentados de París del pasado 13 de noviembre han dejado, además de una lamentable lista de fallecidos y heridos y de afirmaciones que se aproximan a la xenofobia que tanto decimos denostar, no pocos interrogantes sobre el origen y las causas de una guerra que se ha metido en nuestras casas y ciudades sin que sepamos los motivos de semejante atrocidad. No hay una sola bala ni un solo instante de lo ocurrido en París que tenga justificación, pero hace mucho que la historia nos enseñó que nada en ella ocurre por casualidad ni mala suerte. Y es hora de revisar el pasado para saber qué ocurre en el presente y qué es probable que suceda en el futuro.
  
Hace exactamente un siglo, en noviembre de 1915, dos individuos se reunieron en secreto con el fin de negociar el reparto del apetecible territorio de Oriente Próximo tras el final de la Gran Guerra, que aún estaba lejano y que depararía todavía innumerables matanzas en las trincheras europeas. Estos dos hombres eran el británico Mark Sykes, teniente coronel y miembro del partido conservador –quien afirmaba que los árabes “detestan a los europeos con bigotudo, estúpido e insensato desprecio”–, y el abogado y diplomático francés François Georges-Picot. Los dos habían recibido de sus respectivos gobiernos la misión de llegar a un acuerdo para cuando se produjera la derrota del imperio otomano, aliado en la contienda con Alemania y Austria-Hungría.

17/11/15

La inconclusa guerra franco-argelina arroja una luz sobre las causas de la masacre de París

Robert Fisk   |   No sólo uno de los atacantes se esfumó después de la matanza en París. Tres naciones cuya historia, acción –e inacción– ayudan a entender la carnicería cometida por el Isis han escapado en gran medida a la atención entre la casi histérica respuesta a los crímenes de lesa humanidad en la capital francesa: Argelia, Arabia Saudita y Siria.

La identidad franco-argelina de uno de los atacantes demuestra de qué modo la salvaje guerra francesa de 1956-62 en Argelia continúa infectando las atrocidades de hoy. La absoluta negativa a contemplar el papel de Arabia Saudita como proveedora de la forma más extrema del islam, la wahabita sunita, en la que cree el Isis, muestra de qué manera nuestros líderes aún rehúsan reconocer los vínculos entre el reino y la organización que atacó a París. Y nuestra falta total de voluntad de aceptar que la única fuerza militar regular en combate constante con el Isis es el ejército sirio –que lucha por el régimen que Francia desea destruir– nos impide aliarnos con los inmisericordes soldados que están en acción contra el Isis con mayor ferocidad aún que los kurdos.

13/11/15

Veinticinco años de la anexión de la República Democrática Alemana (RDA)

— Cómo aquel fascinante suceso determinó nuestras vidas y no para mejor 
Foto: Puerta de Branderburgo

Francisco Sánchez Del Pino & Manuel Montejo López   |   El pasado 3 de octubre, coincidiendo con el 25 aniversario de la llamada “reunificación alemana”, el diario El País presentaba una serie de artículos orientada a la alabanza mitificadora que ha caracterizado el relato de dicho fenómeno histórico por parte de los vencedores, incluyendo en el despliegue propagandístico un artículo de opinión que directamente justificaba el actual papel hegemónico que Alemania juega en la Unión Europea, en las raíces de cuya configuración se sitúa la bendita “reunificación”.

¿Qué relación puede haber? ¿Resulta descabellado establecer una relación entre aquel suceso y la actual situación europea? En absoluto. Sin la “anexión” de 1990 no hay posibilidad de comprender la UE actual. Conociendo aquella se alumbran muchos de los elementos que caracterizan la actual etapa (desde la integración europea hasta el saqueo definitivo de Grecia comprometido en el último memorándum). La lógica que conecta una cosa y la otra es completamente válida. Sólo hay que darle la vuelta a unas premisas cargadas de ideología de la peor especie para llegar a una conclusión radicalmente opuesta a la leyenda que el mencionado diario contribuyó a reproducir hace pocos días.

5/11/15

Perros y aperreamientos en la conquista de América


Grabado para la “Brevísima”: Aperreamiento de indios
Theodore de Bry, s. XVI
Esteban Mira Caballos   |   Los conquistadores llevaban consigo jaurías de perros, amaestrados para ensañarse con los pobres nativos. Según Alberto Mario Salas la mayoría eran mastines o alanos, es decir, un cruce entre dogos y mastines. Casi todos los cronistas se hicieron eco del uso de estos perros, de gran utilidad lo mismo en combate que para castigar ejemplarmente a algún nativo con la intención de aterrorizar al resto. Fernández de Oviedo escribió que fue común aperrearlos lo que no era otra cosa que hacer que perros le comiesen o matasen, despedazando al indio. No menos claro se mostró el padre Las Casas al decir que estos canes amaestrados, cuando alcanzaban a uno, lo hacían pedazos en un credo. Además, cuando los indios recibían a los españoles pacíficamente eran muy útiles. Dejaban que uno de ellos se abalanzase sobre algún nativo y lo despedazase para provocar el inicio de las hostilidades. Obviamente, esto era precisamente lo que querían, pues, de esta forma podían robar, expoliar y esclavizar a los aborígenes en buena guerra. Pero, además, una vez sometidos, constituían la mejor medida disuasoria contra posibles alzamientos, dado el miedo que estos les tenían.

18/10/15

La construcción del enemigo | Armar hasta los dientes a un enemigo de su gran enemigo, y luego su aliado…

José Pablo Feinmann   |   Nadie, ningún politólogo serio, negaría hoy que las dos bombas atómicas arrojadas por los norteamericanos en Japón fueron, no sólo para terminar la guerra, sino para evitar que los soviéticos se adueñaran del imperio de Hirohito. Y para exhibirles, como modo de amedrentamiento, el devastador poderío nuclear de los Estados Unidos. El miedo a la “ola roja”, a su expansión, a sus conquistas, funcionó una vez más. Había que tirar esas bombas: para liquidar a los japs, desde luego, pero –proyectando las cosas hacia el futuro– porque todos sabían que la nueva guerra ya había estallado. La nueva, la verdadera, la que enfrentaba a los auténticos adversarios: occidente y el oriente soviético.

Entonces, ¿qué clase de guerra había sido la llamada “segunda”? Muchos, todavía hoy, no saben responder esa pregunta. La nebulosa del enfrentamiento entre las democracias de Occidente y el totalitarismo nacional-socialista lo cubre todo, cree y dice ofrecer las respuestas, pero no, miente. Hitler fue, desde un principio, un aliado del occidente capitalista. Pese a su elocuencia, a su oratoria frenética contra la mediocridad burguesa, el Führer, y quienes lo rodeaban, eran enemigos de los bolcheviques.

21/9/15

El hilo sutil de la rememoración. Felicidad y redención histórica en la obra de Walter Benjamin

Walter Benjamin ✆ Jim
Sandra Viviana Palermo   |   El texto presenta un análisis de la estructura del tiempo mesiánico que Benjamin intenta pensar desde el punto de vista de su indisoluble conexión con los conceptos de felicidad y redención. El recorrido conceptual va desde los escritos de juventud, en los que la constelación felicidad-redención adquiere una fisionomía definida —conjugándose con una crítica elegante y puntual de la modernidad—, a las tesis Sobre el concepto de historia, en las cuales tal constelación se entrelaza con la figura del Eingedenken, que determina un desplazamiento conceptual importante en el horizonte teórico del autor, representando además la especificidad y la riqueza de su reflexión sobre el tiempo y la historia.
I. Hendiduras del tiempo: felicidad y redención
El 16 de marzo de 1937, comentando su texto sobre Eduard Fuchs, Max Horkheimer le escribe a Benjamin: «La afirmación de la no definitividad de la historia es idealista, si en ella no queda incluida la de la definitividad. La injusticia pasada acaeció y está definitivamente concluida. Los muertos están verdaderamente muertos... Si se pretende tomar en serio la afirmación de la no-definitividad hay que creer en el juicio universal. Acaso respecto de la no-definitividad exista una diferencia entre lo positivo y lo negativo, es decir, la injusticia, los horrores, los dolores del pasado son irreparables. La justicia realizada, las alegrías, las obras entran en relación con el tiempo de manera distinta, pues su carácter positivo queda ampliamente negado por la caducidad»

14/9/15

Lenin & Trotsky en la Conferencia de Zimmerwald

Entre el 5 y el 8 de septiembre de 1915 se reunieron en Zimmerwald, una pequeña aldea cerca de la ciudad de Berna, 40 delegados provenientes de 11 países. ¿Quiénes eran los asistentes a esta atípica reunión en un paraje rural de la neutral Suiza mientras la guerra devastaba a Europa y parte del mundo?

 Guillermo Iturbide   |   Eran socialistas de todo el mundo, los pocos que no apoyaban a sus respectivos Estados imperialistas en su guerra contra otros Estados de la misma índole. Los asistentes bromeaban que, 50 años después de que Marx fundara la Primera Internacional, los internacionalistas de todo el mundo “cabían en apenas cuatro coches”. El chiste no ocultaba un sabor amargo. Y a pesar de todo, “combatiendo a la historia con los puños”, allí se estaba poniendo la primera piedra de una nueva Internacional que protagonizaría apenas dos años después las grandes revoluciones obreras que terminarían con la carnicería imperialista.

4/9/15

Antón Chéjov en la isla de Sajalín

Sajalín es una larga isla rusa de mil kilómetros situada al norte del Japón, mayor que Bélgica y Holanda juntas, con más de tres mil kilómetros de costas

Higinio Polo   |   Antón Pávlovich Chejov sólo vivió cuarenta y cuatro años, por una tuberculosis que lo llevó a la tumba, pero nos ha dejado delicadas estampas de la Rusia de su tiempo, desgarradores relatos sobre la ferocidad de su siglo, piezas teatrales conmovedoras y una comprensiva mirada sobre la gente que intentaba vivir bajo un imperio extenuado y unas décadas sin apelación, intentando capturar la vida que, según él, autores como Ibsen desconocían. Su abuelo fue un mujik que había comprado su propia libertad, y Chéjov nació y creció en Taganrog, en el mar de Azov, como Sedov, el explorador ruso del Ártico. A Antón Pávlovich le gustaba caminar por las praderas que habían recorrido los escitas, tierras llenas de hierbas olorosas, ruda, ajenjo y vendaval; descansar en los trigales, soñar el mundo subido a alguno de los carros de bueyes que utilizaban los campesinos, y navegar por las aguas perdidas del Azov. Era un hombre paciente, aunque poco inclinado a la veneración acrítica del pueblo ruso, a las austeras ideas tolstoianas; por eso, escribió: “algo me dice que hay más amor a la humanidad en la energía eléctrica y la máquina de vapor que en la castidad y la negativa a comer carne”. Hasta 1879 no se trasladó a Moscú. Era un joven de diecinueve años que empezaba a estudiar medicina, y que, después, comenzó a escribir relatos para ganar algunos rublos.  

8/7/15

El nacimiento del neorrealismo italiano – 'Roma, Città Aperta'

Se cumplen siete décadas del estreno de “Roma, Città Aperta” (1945), la película de Roberto Rossellini que motivó el bautismo internacional del cine italiano de posguerra como neorrealismo, y que a nivel de lenguaje cinematográfico, en palabras de Jacques Rivette, “abrió una brecha por la que el cine entero debe pasar bajo pena de muerte”.

Manuel González Ayestarán   |   En plena ocupación nazi de Italia un director de cine católico (Rossellini) y un escritor comunista (Sergio Amidei) se reunieron para poner en común la voluntad de ser cronistas de su tiempo. Amidei comenzó a escribir el guión en junio de 1944 basándose en la historia real del sacerdote Luigi Morosini, el cual fue torturado y asesinado por colaborar con el Comité de Liberación Nacional. Rossellini por su parte comenzó a realizar tomas documentales de Roma cuando la ciudad aún se encontraba ocupada. Federico Fellini entraría algo más tarde a colaborar junto a Amidei en la elaboración del guión.

Juntos retrataron en el celuloide las ruinas que la historia dejaba en la capital italiana junto a aquellas personas que lo sufrieron, empleando un lenguaje cinematográfico espontáneo y liberado en el que primaban más los sentimientos y la vivencia de lo mostrado que las reglas de composición y el acabado de las escenas.

24/5/15

Cuestiones de método en Suramérica | Las subjetividades están colonizadas por el poder mediático

Somos libres, pero al modo que el Imperio siempre lo ha querido: no en tanto colonias, sino neocolonias
Hoy hemos buscado nuclear una fuerza contrahegemónica, una praxis libre, una conciencia crítica, pero estamos en inferioridad de condiciones
Gral. José de San Martín
José Pablo Feinmann   |  El concepto que late en el horizonte de la lucha contrahegemónica en Suramérica es el de unidad. Este concepto –cuyo origen se le atribuye a Bolívar, que quería conducirlo– tiene, a su vez, que ser aclarado. La unidad de Suramérica es una totalidad en permanente destotalización. O, si se prefiere, una unidad que se deconstruye una y otra vez para construirse de nuevo. Es la unidad de una diferencia, que se estableció en el siglo XIX bajo las oligarquías nativas y el imperio británico, a la que se llamó balcanización. Pero la balcanización de América latina deberá estar (hoy) al servicio de su unidad, deberá expresar la identidad de cada país, su diferencia con los otros y, superándola, la necesariedad de superar la diferencia en busca de una unidad contraimperial, contracolonialista. Somos Occidente, pero al modo de sus víctimas. Somos Occidente, pero al modo de la subalternidad. Somos Occidente, pero somos su periferia. Somos Occidente, pero (y he aquí nuestro breve homenaje al fallecido Galeano) somos sus venas abiertas, sangrantes, nutritivas y finalmente secas, o siempre secándose en beneficio del poder hegemónico.

12/5/15

La reinterpretación de la historia en la España franquista

Esteban Mira Caballos   |   Consumada la victoria, los vencedores pasaron a construir su nueva España. Para ello era fundamental contar con mujeres adoctrinadoras en el hogar y con una escuela vinculada al régimen. Lo primero que hicieron fue desmontar rápidamente la escuela republicana, realizando una dramática purga entre los enseñantes, comenzando por el cuerpo de maestros y profesores de secundaria y terminando con los de la Universidad. Todo aquel que hubiese mostrado alguna inclinación o simpatía hacia la república o simplemente hacia el ideario liberal era posible cabeza de turco de la represión. Unos fueron fusilados y otros consiguieron escapar al exilio. Pero la cosa no quedó ahí; el franquismo asumió desde un primer momento la idea falangista de la revolución social, para ello montó una verdadera contrarrevolución educativa. Su revolución social sólo se podía llevar a cabo a medio plazo, educando a los jóvenes en la ideología Nacional-Catolicista. A la caza de brujas que supuso la depuración de educadores, siguió el expurgo de las bibliotecas escolares, eliminando todas aquellas publicaciones que no fuesen acordes con el nuevo espíritu que ellos llamaban revolucionario pero que en todo caso era contrarrevolucionario. El círculo se cerró con una férrea censura, supervisada por la Iglesia, sobre las publicaciones, los periódicos, el cine, la televisión, el teatro, etcétera. La democratización y la universalización de la escuela, que con tanto ímpetu pretendiera implantar la II República, eran ya agua pasada. La nueva educación se basaría en una visión conservadora y patriótica de la historia nacional.

1/5/15

El camino que me llevó al leninismo

Ho Chi Minh ✆ David Levine
Ho Chi Minh   |   Después de la primera guerra mundial, me gané la vida en París como retocador de fotografías, unas veces, y otras como pintor de “antigüedades chinas” (¡hechas en Francia!). A veces distribuía volantes que denunciaban los crímenes franceses en Vietnam. En esa época apoyé la Revolución de octubre sólo por instinto, sin comprender todavía su importancia histórica. Amaba y admiraba a Lenin porque era un gran patriota que había liberado a sus compatriotas; hasta entonces todavía no había leído un solo libro de él.

La razón que tuve al ingresar al Partido Socialista francés fue que estos “señores y señoras” -como llamaba a mis camaradas en esta época- mostraron simpatía hacia mí, hacia la lucha de los pueblos oprimidos. Pero no entendía lo que era un partido o un sindicato, ni lo que era el socialismo o el comunismo. Había en aquel entonces acaloradas discusiones entre las diferentes secciones del Partido Socialista sobre la decisión de seguir en la Segunda Internacional, fundar la Segunda y media Internacional o adherirse a la Tercera Internacional de Lenin. Asistía con regularidad a las asambleas, dos o tres veces a la semana, y escuchaba atentamente las discusiones. Al principio no entendía bien. ¿Por qué las discusiones tan acaloradas? Si con la Segunda, la Segunda y media o la Tercera Internacional, se podía emprender la revolución, ¿para qué discutir?

30/4/15

Lenin y una revolución inconclusa

Vladimir Lenin ✆ Mario Tosto
Dari Mendiondo Bidart   |   Un 22 de abril de 1870, en la lejana Rusia, nació Vladimir Ilich Lenin que se ha insertado en la historia como el líder indiscutible de lo que fuera una revolución que supo derribar a un imperio milenario, cuyo despotismo concitaba el rechazo de los intelectuales y el mundo político avanzado de la época. En el país más atrasado de Europa, donde la servidumbre recién fue erradicada en 1865, donde precisamente en 1870 Jorge Plejanov introduce El Capital de Marx en los círculos estudiantiles y políticos progresistas de la Rusia de los zares.

En el calendario europeo se habían sucedido grandes revoluciones, como la del 14 de julio de 1789, donde surgió la bandera tricolor, los Derechos del Hombre y el Ciudadano y el trípode en el cual se asentó el ideario de la naciente república: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

A la República la sustituirá el Imperio Napoleónico, luego de su caída vendrá la restauración monárquica en Francia, y estallarán las revoluciones de 1830, 1848 y la Comuna de París en 1871, todas ellas con su heroísmo, sus enseñanzas, sus leyendas de martirologio, así como avances en la proliferación de ideas revolucionarias. Europa se sacudía envuelta en grandes transformaciones.

23/4/15

Ludwig Wittgenstein en su cabaña | El engaño y el estilo

Alberto Ruiz de Samaniego   |   En 1913, Wittgenstein descubre Skjolden, un pueblo noruego junto al fiordo de Sogne, al norte de Bergen. En ese tiempo, su necesidad de buscar la soledad es muy intensa. Quiere estar lejos de Cambridge o Viena, de las obligaciones sociales y los tributos que la vida académica y burguesa le impone. En Skjolden, por tanto, podría al fin alcanzar a estar a solas consigo mismo, sin sufrir la molestia de las visitas o el contacto con los demás; sin ocuparse de ellos, sin ofenderlos.

En ese retiro podría obtener la anhelada serenidad. Al llegar, por ejemplo, las fechas navideñas de ese año, Wittgenstein escribe en su diario: “Por desgracia, debo ir a Viena. (…) el pensamiento de ir a casa me aterra”. En realidad, él sólo piensa en poder volver cuanto antes a su retiro: “Estar solo aquí me hace un bien infinito, y no creo que pudiera soportar la vida entre las personas”. La semana antes de marcharse anotó: “Mis días aquí transcurren entre la lógica, silbar, pasear y estar deprimido”. La aparición de la lógica no es en absoluto casual: Wittgenstein está convencido, en ese momento, de que la solución de los problemas de lógica está irreductiblemente unida a su propia condición vital.

22/4/15

Günter Grass, el dolor que emana la Historia

Algunas notas y reflexiones sobre la vida y obra del autor, entre decenas de títulos, de la renombrada novela ‘El tambor de hojalata’
Günter Grass ✆ Terry Collet

Demian Paredes   |   Ante el deceso de Günter Grass (escultor, poeta, ensayista, dibujante, dramaturgo, narrador) el pasado 13 de abril, la “excusa” es buena –ya que la noticia mala– para (re)visitarlo o conocerlo. Sólido escritor, novelista de peso, ganador de los premios Nobel de literatura y Príncipe de Asturias de las Letras, autonominado “discípulo” de Alfred Döblin, con más de 30 títulos publicados, Grass es parte de la gran literatura europea del siglo XX que integran otros grandes como Hermann Hesse, Thomas Mann, Hermann Broch y Thomas Bernhard. Surgido de las cruentas experiencias del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, nacido en 1927 (en Danzig, actual Gdansk), Grass enfrentó nada menos que aquella famosa sentencia de Theodor Adorno, dura, pesimista, que hablaba de la imposibilidad de la poesía tras la inmensa muerte, producida a gran escala, industrialmente, perpetrada en Auschwitz y el sistema de campos. 

13/3/15

Hace 50 años Malcolm X moría asesinado

Malcolm X ✆ The Digartist
Olivier Besancenot  |   El 21 de febrero de 1965, un comando de 5 personas entraba en el local en el que Malcolm X daba una conferencia y abría fuego causándole la muerte. El presunto jefe del comando estaba ligado a la NOI (Nation of Islam), organización política y religiosa con la que Malcolm había roto varios meses antes. El papel exacto de la CIA en esta ejecución no ha sido, como ocurre a menudo, jamás elucidado…

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Hoy, de Malcolm X subsiste esencialmente un nombre que todo el mundo sabe que es incompatible con la opresión. Este revolucionario negro americano solo vivió cuarenta años, pero su vida contiene muchas vidas, todas ellas muy agitadas. Su constante evolución política se aceleró el último año de su existencia y fue segada, en pleno impulso, por sus asesinos. Privando a la protesta negra de uno de sus líderes más radicales y respetados, los asesinos arrancaron una dura espina del pie de las clases poseedoras y privaron a las clases explotadas, negras o blancas, de perspectivas de unidad.

9/3/15

La izquierda chilena y las elecciones: una perspectiva histórica [1882-2013] – I, II & III

Sergio Grez Toso   |   El debate en Chile acerca de la conveniencia y factibilidad del uso de las elecciones como medio para lograr concretar las aspiraciones populares es muy antiguo. Podría decirse que ha tenido lugar a lo menos desde fines del siglo XIX, junto con el surgimiento de una izquierda política que se distinguió́ claramente del liberalismo de las clases dirigentes. Incluso es posible encontrar algunos elementos de esta discusión en periodos aun más pretéritos, cuando los sectores populares, especialmente los artesanos urbanos, intentaron constituirse como sujetos sociales con identidades políticas propias, aunque –por aquella época– no antagónicas al liberalismo de la elite dirigente.

La pugna que ha opuesto a las “dos almas” de la izquierda y el movimiento popular, la institucionalista o gradualista versus la rupturista, alcanzó su máximo desarrollo en la izquierda social y política chilena durante el siglo XX, adquiriendo –en ciertas coyunturas históricas– mayor relieve el tema de la participación en las elecciones.

Es objeto de este trabajo exponer sucintamente las grandes líneas de los debates y de la praxis histórica de la izquierda chilena, respecto del uso del sufragio y la conquista de espacios en el sistema representativo como medio para la defensa de los intereses populares.