Leon Trotsky ✆ Biday |
Desde que me asomé a la avenida Viena, en Coyoacán, y vi la
estructura de fortaleza que había tomado la casa, tuve la certeza de que aquel
sitio exhalaba un dramatismo especial y, sobre todo, exhibía un doloroso simbolismo
de lo que llegaría a ser un gran derrota histórica. Luego, ya en el interior de
la morada –cuyo acceso en 1940 solo era admitido luego de rigurosas
comprobaciones por parte de los guardaespaldas que debían cuidar de la vida del
refugiado– recorrí el patio donde ondeaba una descolorida bandera soviética
sobre el túmulo, marcado con la hoz y el martillo, en que había sido enterrado
el cadáver de su principal morador, uno de los grandes líderes de octubre de
1917, el negociador de la paz que permitiría el nacimiento del proyecto
soviético y el fundador del ejército que salvaría su existencia.