El Índice Planeta Vivo 2014 (IPV) es de
infarto. Este indicador que mide la
vitalidad del planeta Tierra cada dos años, muestra un descenso del 52% desde
1970; eso quiere decir que las poblaciones de vertebrados han disminuido más de
la mitad en 44 años. El significado histórico
de ese dato es enorme: la humanidad está creando la sexta gran extinción de
especies vivas en el planeta, contando desde que existe la vida hace 4 mil
millones de años. La destrucción de la
biosfera está alcanzando proporciones gigantescas e irreparables ante el dominio
de la especie humana. Evidentemente, ese
proceso pone en riesgo la propia sobrevivencia del homo sapiens en la Tierra, y
eso ha de convertirse con toda probabilidad en una de las mayores preocupaciones
de la humanidad del siglo XXI.
La fecha de 1970 como referencia, para hacer el cálculo de la salud ambiental, no es arbitraria. Es la fecha alrededor de la cual comenzó a emerger una conciencia mundial del problema ecológico y se comenzaron a hacer las primeras investigaciones. Es el año en que Georgescu-Roetgen dio a luz pública su obra sobre La ley de la entropía y el proceso económico; casi al mismo tiempo, en 1971 se publicó el Informe del Club de Roma, que alertaba del enorme peligro del desarrollo económico presente. En la década que comenzó entonces se desarrolló una ciencia y unos valores ecologistas bien fundados y desde entonces esa conciencia ambiental no ha dejado de confirmarse y crecer. Sin embargo, los esfuerzos por mejorar nuestras actitudes frente al medio ambiente han sido infructuosos y vanos. ¿Qué está fallando?
La fecha de 1970 como referencia, para hacer el cálculo de la salud ambiental, no es arbitraria. Es la fecha alrededor de la cual comenzó a emerger una conciencia mundial del problema ecológico y se comenzaron a hacer las primeras investigaciones. Es el año en que Georgescu-Roetgen dio a luz pública su obra sobre La ley de la entropía y el proceso económico; casi al mismo tiempo, en 1971 se publicó el Informe del Club de Roma, que alertaba del enorme peligro del desarrollo económico presente. En la década que comenzó entonces se desarrolló una ciencia y unos valores ecologistas bien fundados y desde entonces esa conciencia ambiental no ha dejado de confirmarse y crecer. Sin embargo, los esfuerzos por mejorar nuestras actitudes frente al medio ambiente han sido infructuosos y vanos. ¿Qué está fallando?