“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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28/12/12

Sartre y Spinoza explicados con Sor Juana, ¿o al revés?

Sor Juana Inés de la Cruz
✆ Joseph de la Torre
Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
El siguiente escrito es únicamente un humilde esbozo que me servirá para comprender mejor dos libros que actualmente estoy memorizando en su totalidad, a saber: ‘El ser y la nada’ de Sartre y la ‘Ética’ de Spinoza. Estoy en calzoncillos, fumo y medito. Espero que mis lectores gocen la siguiente diatriba contra la cordura.

Estudio estos dos libros por las sencillas razones siguientes: el primero explica la existencia funesta que vivo día a día, mientras que el segundo me ayuda a desanudar los problemas que llevo en la cabeza, llamados mitos. Advertido el lector, sea quien sea, empiezo.

El soneto 165 de Sor Juana empieza así: "Detente, sombra de mi bien esquivo". La poetisa habla de una "opacidad", de algo que se ve como nublado o difuminado y que se mueve. ¿Para qué sirve que nuestros ojos perciban sombras? ¿Servirá acaso para crear sistemas de coordenadas que nos permitan identificar nuestros objetivos? ¿Cómo le hago para pasar entre dos automóviles sin chocar? ¿Confían las aseguradoras automotrices en nuestro entendimiento y en nuestra percepción? ¿Hay expertos en racionalismo en GNP?

9/11/12

Mariátegui sobre César Vallejo / Algunas referencias y un camino compartido

Eduardo Cáceres Valdivia

Mariátegui  fue, sin duda, uno de los primeros en reconocer la radical novedad que representó la obra de Vallejo. Lo dice en la primera frase del apartado XIV del séptimo ensayo: “El primer libro de Cesar Vallejo, Los Heraldos Negros, es el orto de una nueva poesía en el Perú”. Es decir, el amanecer de una poesía nueva. Luego dirá que en Vallejo “se encuentra, por primera vez en nuestra literatura, sentimiento indígena virginalmente expresado”; lo define como “creador absoluto”, portador de un “americanismo genuino y esencial”. No es el caso tratar de resumir en estas líneas lo que el Amauta dice sobre el poeta. Interesa llamar la atención sobre la actitud fundamental que comparten.

8/10/12

Tres sonetos de Walter Benjamin

I

Libérame del tiempo del que te retiraste
y de dentro despréndeme tu proximidad
como a las rosas rojas a hora crepuscular
desprende de las cosas el tibio maridaje

benevolencia auténtica y una amarga voz
y el rubor de los labios extraño yo en calma
que vencían las ascuas prietas en ardor
del pelo umbría púrpura en frente acongojada 

y puede negárseme la imagen también 
de ira y alabanza cual fueron en tu entrega
del modo de andar ducal en que has llevado 

la enseña de la cual el emblema tú sondeas
si tan sólo en mí el nombre tuyo sagrado
sin imagen eriges cual infinito amén.

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26/9/12

Busco en mi pasado las huellas de un futuro sin límites

Dejar volar el tiempo   Aranyshev Andrey
Rolando “El Negro” Gómez

“Y se lo machacarás a tus hijos, y hablarás de ello…”: Deuteronomio, 6.7

Especial para La Página
Estoy sentado frente al teclado en un recodo de la vida. Esta vida que empezó su cauce en las estribaciones del Aconquija fluyó por valles y llanura de manera natural hasta que fue interrumpida en la represa de los tiempos.

Las cosas que aquí cuento ocurrieron tal vez sin una razón, pero acá estoy; tratando de poner otra vez en cauce hechos, nombres y vivencias que tuvieron los más disímiles escenarios: desde la solitaria celda del penal hacia las viejas calles de mi ciudad; sobrevolando soleadas playas caribeñas o hundiendo los pies en el polvo suelto del midbar.

22/9/12

Aprender a seguir adelante, aprender con Antonio Machado

Antonio Machado  Leandro Oroz
Lápiz y tiza sobre papel, 1925
Sofía Cárdenas Cortés

Imaginemos por un momento la clase de Juan de Mairena, decisiva, interesante, los niños sentados en diferentes posturas esperando la palabra del maestro, cada uno con su musaraña. Cierto que hemos idealizado en el imaginario de ficción la etapa del colegio y, como pasa con todo el arte, lo que queda detrás de la obra es la realidad, como una sombra. Sin embargo, el profesor que define Antonio Machado y su curso de alumnos, sus diálogos, sus enfrentamientos, sus bromas y sus aclaraciones, no tiene el matiz de un ideal inalcanzable sino que revela el trasfondo de la misma realidad, el maestro ante sus posibilidades reales, como persona imperfecta pero con vocación. Y al alumno, sumiso y rebelde, atento y perspicaz, con un mundo exterior a la clase todavía por aprovechar del que aún no es lo suficientemente consciente.

El desarrollo de las historias que Machado cuenta de este entrañable apócrifo deja constancia, a propósito, del ámbito único que forma una clase, trata la posibilidad de la educación como un acontecimiento en el que se encuentran un hombre ya dolido por ver terminarse cada segundo y no poder apresarlo contra su pecho y criaturas que conservan la ingenuidad de tratar el tema de la muerte como algo cotidiano.

13/9/12

Baruch Spinoza, un poema y la debilidad que causa la tristeza

Baruch Spinoza ✆ Bible Dudes 
Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Esta semana me he encontrado con un poema de Jorge Luis Borges que me recordó la filosofía de Spinoza. La filosofía de Spinoza habla sobre las "facies totius universi". He leído solamente una vez la ‘Ética’ del pensador, hombre con sangre española o portuguesa.

Cuenta Bernard Malamud que un personaje ideado por él mismo sintió remordimiento después de haber invertido en el tomo de Spinoza. Yo compraré el libro y lo releeré para entender mejor de qué habla ‘Un ciego’, que es un poema de Borges que sé que vive en las páginas del amigo de Juan de Prado, del desterrado de las sinagogas. Dice el poema así:

11/7/12

Charles Baudelaire / Un poeta en los márgenes

Charles Baudelaire  Cristian Leaño 
Matías Serra Bradford

En el siglo dieciocho, en algunos sitios de Europa a veces se contrataba a un ermitaño y se lo instalaba por una tarde en un bosque privado, para deleitar o aterrorizar a los invitados que lo encontraran “de casualidad” durante un paseo. Un siglo más tarde, apareció un poeta francés que cumpliría una función similar para los curiosos y críticos que se le fueron acercando. Con Charles Baudelaire, cuenta su lector Walter Benjamin, un poeta “anuncia por primera vez que pretende tener un valor de exposición. Baudelaire fue su propio impresario. De ahí su mitomanía... Ante el magro éxito que tenía su obra, terminó por ponerse a sí mismo a la venta”. Así, este portador de reticencia y procacidad se erigió en pionero de una táctica que el mundo literario iría refinando hasta embanderarla como recurso prioritario.

Una actualización de lecturas

Una vieja verdad dice que cada lector actualiza la página que lee. Benjamin lo hizo cincuenta años después de la muerte de Baudelaire, y el lector de hoy puede actualizar a estos dos expertos en abdicaciones, tomarles las impresiones digitales a años luz de sus vidas a la deriva. Cada lector viene a contradecir lo que Benjamin cita de Goethe: “Todo lo que ha tenido una gran influencia ya no puede ser realmente juzgado”. O a responder a otra pregunta: ¿qué se hace con el fantasma de una casa demolida? No hay que desplegar demasiado esfuerzo para traerlo a Baudelaire a nuestros días. En los diarios íntimos que redactó en Bruselas, leemos: “Dios es el único ser que no necesita existir para gobernar”. Con Baudelaire nos encontramos en terreno minado, sembrado de líneas que parecen escritas por encargo para el presente: “Los cambios payasescos y los desórdenes de una república sudamericana (...) Las naciones producen grandes hombres a pesar de sí mismas”.

8/7/12

Poeta imprescindible de Nuestra América / Los versos de Neruda

Daniela Saidman

La tierra latinoamericana se dibuja en los versos del poeta chileno como un incendiado abrazo que es capaz de iluminar el futuro. En un espiral de humo, como ecos del fuego, tocaban el cielo las incendiadas palabras del hombre que acababa de morir. La casa que había bautizado como La Chascona, que en quechua significa despeinada, como el poeta llamaba a su Matilde, fue víctima de la violencia que tantas veces demostraron los militares chilenos durante la dictadura, que a lo largo de diecisiete años destrozó a su pueblo. Los libros ardían, como si con ellos hubieran podido quemar la esperanza.

Pablo Neruda (Parral, 12 de julio de 1904 - Santiago de Chile, 23 de septiembre de 1973) dejó su residencia en la tierra apenas doce días después del Golpe de Estado contra Salvador Allende, pero su palabra amorosamente militante sigue pronunciando la vida.

Por televisión, Neruda había visto las llamas destruyendo La Moneda, los tanques disparando por las calles de Santiago, y por emisoras radiales argentinas escuchó las narraciones que describían cómo los cadáveres se deslizaban rumbo a la desmemoria, por el río Mapocho. Se inauguraba en Chile el terrorismo de Estado, el impuesto silencio de la muerte a destiempo y del olvido obligatorio. Pero no consiguieron acallar su voz, porque Neruda vibra, desde siempre y para siempre, en la valentía con que los pueblos de Nuestra América construyen el imprescindible futuro que viene, el que nace de las entrañas de la tierra adolorida y sembrada de amores.

1/7/12

El Ché se despidió de su esposa leyendo un poema de César Vallejo

El documental de octubre de 2010 dirigido por el argentino Tristán Bauer, “Che, un hombre nuevo”, se extiende por sobre los hechos más resaltantes del Che, quien vio el fin de sus días a los 39 años, en Bolivia. Es así que la obra, basada en materiales de archivos militares y familiares inéditos, también recoge un audio que las fuerzas armadas bolivianas, que ultimaron al argentino, guardaban en sus archivos.
Che recitando a Vallejo 

En él, y a poco de ser fusilado tras su captura, se escucha a Guevara leyendo la obra del celebrado poeta peruano, “Los Heraldos Negros”, luego de una breve dedicatoria a su esposa, de quien se despide con el texto: “Esto es lo único íntimamente mío, e íntimamente conocido de los dos, que puedo dejarte ahora”. Entonces, inicia una sentida lectura de “Los Heraldos Negros”.

11/6/12

Lenin en la crítica estética

"Red Lenin"  ✆   Andy Warhol 
Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
"Retirado en la paz de estos desiertos", con muchos, pero ignaros palurdos juntos, "vivo en conversación con los difuntos". Hace horas, hace cientos de minutos, soñaba que vivía en el norte del país, y al despertar, me vi "destas prisiones cargado". Así, con poesías de Quevedo y de Calderón de la Barca, sobrevivo, pues no tengo con quién dialogar.

Tediosa es la vida en este elevado campamento, habitado por soldaditos y "workers" del pasado. Para solazar mi espíritu, haré una crítica. Quiero meditar sobre los defectos más comunes de los críticos, sobre los errores vitales de las críticas estéticas. Vayamos hasta incierta y cansada página 88, hasta una tormentosa página de la desértica revista Letras Libres (Mayo, 2012).

Ahí encontraremos una monografía estudiantil redactada por una tal Maite Méndez, que escribe como florista o como decoradora de interiores. Yo creía que en las revistas dedicadas al arte escribían licenciados en Historia del Arte. Pero me equivoqué. "Bien acierta quien sospecha que siempre yerra", dijo Quevedo.

En las señaladas revistas escriben ingenieros, veterinarios, médicos y neurólogos… escribe cualquiera, cualquiera con ganas de intimidar al público. No sé si la señora o señorita Méndez acudió a alguna institución de enseñanza superior. Lo que sí sé, es que su artículo sobre Antoni Tàpies es pésimo, vago, indigno del papel. Dice Maite que Antoni es un gran pintor. Difiero. Grande fue Parrasio y grande fue Zeuxis.

4/6/12

Los ejercicios de escritura del poeta chileno Juan Mihovilovic

Luis Rodríguez Araya

En ocasiones, la práctica literaria pareciera transformarse en un ejercicio de despliegue de técnicas y recursos complejos que, de una manera u otra, apunta a una espectacularización inútil del lenguaje y a estructurar un monumental vacío camuflado por tramas de sentido que solamente una estrategia autorial, pensada para un “otro”, podría develar al lector. Así, para muchos autores, la yuxtaposición abismal de sensaciones y de imágenes simbólicas debiera ser entendida como una mirada profunda de la existencia humana, aunque lo evidenciado al lector sea una paquidérmica estructura lingüística en la cual la esencia de la narrativa, la ficcionalización de los referentes inmediatos, sería desplazada por una escritura hirsuta y sobrecargada de sí misma.

En una panorámica a la obra de Juan Mihovilovic (Punta Arenas, 1951), revisando los cuentos de Restos mortales (2004) y los libros El contagio de la locura (2006), Desencierro (2008) y Grados de referencia (2011), el primer acercamiento resulta sospechoso: viajes hacia el interior de la locura humana; realidades alternas desarrolladas casi junto con partir la narración; diálogos entre un sujeto narrador y un tú incompleto y, al parecer, construido únicamente como excusa para el despliegue de la trama, en fin, una amplia variedad de estrategias que, si no hubiesen sido manejadas con técnica y habilidad –como lo ha hecho Mihovilovic–, colaborarían, de seguro, a engrosar las filas de aquellas obras clasificables como grosísimos “proyectos escriturales” que nunca completan su propósito inicial.

1/6/12

Los últimos días de Pablo Neruda

Pablo Neruda @ Andrés Alvez 
Reseña del libro “Sombras sobre Isla Negra” de Mario Amorós, quien investigó las causas de la muerte del poeta

Enric Llopis

Le dijo Pablo Neruda a su esposa Matilde Urrutia en el lecho de muerte de la clínica Santa María, en Santiago de Chile: “Están matando a gente, entregan cadáveres despedazados. La morgue está llena de muertos, la gente está fuera por cientos, reclamando cadáveres. ¿Usted no sabía lo que le pasó a Víctor Jara?, es uno de los despedazados, le destrozaron sus manos… ¿Usted no sabía esto? ¡Oh Dios mío! Si esto es como matar a un ruiseñor, y dicen que él cantaba y cantaba y que esto les enardecía”.

Foto: Mario Amorós
Neruda falleció el 23 de septiembre de 1973, doce días después que el general Pinochet y una parte del ejército, con el apoyo de la alta burguesía chilena y los Estados Unidos, perpetrara la asonada fascista que marcaría la realidad de Chile hasta hoy. A reconstruir los últimos días del poeta dedica el periodista e historiador, Mario Amorós, el libro “Sombras sobre Isla Negra. La misteriosa muerte de Pablo Neruda”, recientemente publicado por Ediciones B-Chile, y presentado esta semana por el Intitut d’Estudis Polítics d’Esquerra Unida del País Valencià (EUPV-IU).

Las incógnitas y las sombras planean sobre la muerte de Neruda. Oficialmente, según la versión sostenida por la dictadura militar y avalada por la Fundación Pablo Neruda, el autor de “Canto general” y “20 poemas de amor y una canción desesperada” murió por un cáncer de próstata en fase terminal. Pero se trata de una explicación muy cuestionada desde el primer día por gente muy cercana al poeta. Matilde Urrutia, su viuda, siempre negó (desde la entrevista que le realizó el diario “Pueblo” en 1974”) que su marido pereciera por el cáncer. El eminente urólogo que atendía al escritor le confirmó esta tesis.

29/5/12

Günter Grass frente al castigo a Grecia

Gunter Grass @ Gungor 
Esta vez, Günter Grass sí ha escrito un poema, y no solo un artículo en versos. Es un poema épico, pues ante una lucha estamos. La de Grecia por Europa, y la de Europa por su alma, que esta puede acabar perdiendo si expulsa a los griegos del euro, y quién sabe si de la Unión Europea.

Quizás este poema cause menos polémica que el anterior, Lo que hay que decir, en el que se opuso a un ataque israelí contra Irán. No fue ese mensaje el que hizo prender la pólvora de los intolerantes sino su denuncia del arsenal nuclear de Israel y de que toda crítica a ese país se tache de “antisemitismo”.

Pese a no ser el maltrato a Grecia tema fácil para ponerlo en versos, la calidad literaria de este último poema es muy superior: “Maldecirán los dioses a coro lo que te pertenece pero sin tu permiso no se podrá expropiar el Olimpo”. Mas, ¿quiénes son estos dioses? No “la clac de los comisarios”, quizás sí “el mercado”, y la patria del propio autor, que quieren que cada griego venda hasta su propia camisa. Al menos la morada de los dioses no está en venta.

Es el poema de un viejo alemán decepcionado con su país y con Europa, que denuncia el sufrimiento y las presiones a las que se está sometiendo a Grecia, y que lleva a cuestas el peso de la historia que muchos se quieren quitar de encima o enterrar en el olvido, y que porta, sobre todo, como decía en un anterior verso, “un estigma imborrable”, el del Holocausto.

25/5/12

De Grecia y de los griegos

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
A finales del siglo XIX, los dirigentes de Harvard y de Yale decidieron llevar a cabo una aberración secular, y así, eliminaron la lengua griega de los planes de estudio. En la era actual, en el mundo "moderno", los estudiantes y los profesionales tienen una simiesca capacidad intelectual. Quien no conoce su pasado, su Ethos o su Etimología, no conoce el futuro, que es espejo de lo que fue.

Más que de síntesis, los gorilas modernos carecen de dilectas tesis. Quiero hablar un poco sobre los griegos. Los griegos cargaban a sus novias, las cargaban para llevarlas hasta universos lejanos, hasta paraísos ajenos, hasta sendos grupúsculos de dioses.

17/5/12

Apología de Francisco de Quevedo

Francisco de Quevedo
@ Juan Andrés
Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Ayer terminé el acoso de los libros de Francisco de Quevedo (mi guía para leer tal capital estético, fue un prólogo que escribió Borges al respecto). He terminado, una vez más, sus Obras Escogidas, obras compiladas y compulsadas por Alfonso Reyes y por el amor a la gran literatura.

Pocos libros merecen ser comentados. Alto fue el costo que pagué por las obras del clásico (vacíate los bolsillos para amueblarte el cerebro, dijo un italiano desde la cárcel, palurdo lector). Cada vez hay más autores y más lectores que desperdician sus míseras vidas fatigando retinas sobre retretes acústicos.

Si no es un clásico, no quiero leer nada. Y no me importa leer lentamente los latines y los griegos, no importa mientras sean clásicos, o mejor dicho, costumbres. O como dice Borges, sólo quiero leer:
"Algún verso latino o sajón,
que no es otra cosa que un hábito".

13/5/12

La vida privada del poeta estadounidense Mark Strand

Mark Strand @ Pearlstein Philip
Strand no ha tenido remilgos a la hora de declarar que Bush no era su presidente y su país no había aprendido nada de la guerra de Vietnam

Asociado a Wallace Stevens y a la pintura desolada y vacía de Edward Hopper, Mark Strand es uno de los más importantes poetas de los Estados Unidos, aunque su reticencia a la escena pública y los oropeles grandilocuentes de la imagen del escritor lo mantengan en una discreta penumbra. A sus casi ochenta años, Strand se convirtió magistralmente en la voz poética de la vida privada, esa que sólo se completa cuando el lector puede contemplarse a sí mismo en la palabra escrita.

Guillermo Saccomanno

“Soy un poeta más preocupado por la escritura que por la propia imagen, y más por la vida que por la repercusión pública”, ha declarado el octogenario Mark Strand, uno de los más interesantes poetas actuales en EE.UU. “Me veo a mí mismo como un ser humano normal, un tipo que escribe poesía, y no como un poeta que la va de exquisito.” Tormenta de uno es, además de un hallazgo, sugestivo como título de uno de sus libros más bellos y más elogiados, el autorretrato de un poeta apartado que registra en la subjetividad más pura el efecto de las catástrofes exteriores, catástrofes que no son necesariamente ni sociales ni climáticas: puede tratarse del adiós a una historia o de la conciencia de la edad, o el fin de una época. Los versos de Strand ahorran la emocionalidad explícita.

12/5/12

La suerte y el desestimiento en la tentativa en base a “La casa de Asterión” de Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges
@ Fernando Vicente
Lucía Laporte

“La casa de Asterión” de J. L Borges describe detalladamente, en forma de monologo por parte de Asterion, la residencia en donde vive, enumerando sus puertas, pasillos, aljibes, etc. que son infinitos. Explica que cada nueve años ingresan nueve hombres a dicho lugar los cuales mueren sin que se ensangrienten las manos. Uno de ellos, antes de morir, profetiza que algún día llegaría su redentor. Este incidente cambia la perspectiva de Asterion porque ya no siente la soledad y encuentra un sentido a su vida; la espera de su redentor. El relato finaliza con la muerte de Asterion –evidenciado como el minotauro- quien apenas se defendió de Teseo cuando le produjo la muerte. Es imposible leer la magnífica pieza de J. L. Borges sin recordar a cada palabra el mito de Teseo y el Minotauro. Pero, claro, el relato mitológico se desarrolla –mas allá de las diferencias que puedan encontrarse según la versión que se lea- desde el punto de vista del “afuera”, de los demás, en tanto Borges se concentra en el minotauro.

6/5/12

Pretexto para el elogio de Ernesto Cardenal

Ernesto Cardenal por Molina
A los 87 años, después de ser un referente literario para la lengua española, de haber defendido las causas más justas de su tiempo y demostrar que la fe católica bien puede ir de la mano con las revoluciones, a Ernesto Cardenal no le hacen falta los premios o reconocimientos. Sin embargo le llegan, tal vez como meros pretextos para que los amigos, lectores y admiradores de su poesía, se permitan regresar otra vez a libros como Epigrama, Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, El estrecho dudoso, Homenaje a los indios americanos, Salmos, Los ovnis de oro, Telescopio en la noche oscura, La vida perdida y Canto Cósmico, con los cuales se incluye en la corriente poética conocida como exteriorismo.

Este jueves 3 de mayo el escritor nicaragüense recibió con humilde asombro y agrado la noticia que lo nombró como nuevo Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, uno de los más importantes de la lengua española. Así, se rompe la ley silenciosa de alternar un poeta latinoamericano y otro ibérico, pues en 2011 fue de la cubana Fina García Marruz el reconocido galardón. Resulta, además, el primer centroamericano que se distingue con tal reconocimiento.

25/4/12

La historia del Doctor Levi

Bajo la lluvia @ Leonid Afremov
Gidón Levi

El doctor Heinz Levi no era un clásico sobreviviente del holocausto.  Nada de campos de exterminio, nada de número tatuado en el brazo.  Incluso nada de campo de concentración.

El doctor Levi era un refugiado, y era mi padre.

Me parece que la mayor parte de su vida la vivió en su carácter de refugiado, a pesar de que por supuesto él lo negaba.  Sesenta años vivió en Israel, y a Israel nunca vino.  Nunca vino de verdad. Es cierto que en el día de la independencia sacaba cuidadosamente la bandera del armario y la colgaba en el balcón.  Es cierto que su vida acá fue bastante buena.  Pero en retrospectiva me parece que nunca encontró acá su lugar.  Él incluso no trataba de revivir acá la Europa que dejó atrás, y dudo de que le haya encontrado acá un reemplazo.

El traje y la corbata los guardó en el armario.  Los reemplazó por los abultados pantalones cortos en el agobiante verano.  También el latín que aprendió dejó atrás, con la excepción de un proverbio que solía siempre repetirnos.  Incluso el doctorado en Leyes de la Universidad de Praga se quedó acá sin uso alguno.

24/4/12

Sobre la Lingüística y sobre Pellicer

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Los especialistas del lenguaje pretenden encontrar la verdad en una estructura sintáctica. Tales especializaciones o cegueras, hacen del aguzado científico un asno que trota sobre la vida. Esta afirmación o crítica, hecha por Schopenhauer, explica por qué los avances en las ciencias del lenguaje son tan eximios.

El lingüista incompetente es como el biólogo incompetente, pues ambos aseguran que los virus o que los fenómenos léxicos cambian constantemente, y que por tal razón, son difíciles de comprender (las consonantes son "como" el sistema óseo del lenguaje y las vocales son "como" los músculos que cubren a dicho sistema). No existen los lingüistas puros, así como no existen los etnólogos ignorantes de la antropología.