Alfredo Portillo
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Especial para La Página
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Uno de los fenómenos más interesantes de analizar de la
actual dinámica política venezolana, y que sin duda plantea una serie de
incógnitas, es el papel que en ella
juega el sector militar. Y traigo este tema a colación, después de haber visto y
escuchado la intervención que, en la tarde-noche del 13 de este mes de junio, en el auditorio del
Ministerio del Poder Popular para la Defensa,
tuvo el Presidente Hugo Chávez, vestido de militar, ante un grupo de oficiales de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Durante su intervención el Presidente Chávez estuvo
acompañado por varios funcionarios de su gobierno, entre los que figuraban
el Vicepresidente Ejecutivo, Elías
Jaua, el Ministro de Relaciones
Exteriores, Nicolás Maduro, y el Ministro de la Defensa, Henry Rangel Silva. En
la primera fila del auditorio estuvieron sentados otros funcionarios,
destacando los ministros del gabinete que son militares activos, todos vestidos
de militar.
Aprovechó la ocasión el Presidente Chávez para hablar del fortalecimiento que ha
alcanzado la FANB, tanto desde el punto de vista organizativo, como de su
pertrechamiento y del desarrollo de la industria militar venezolana, gracias
al apoyo de los gobiernos de países como Bielorrusia, China, Irán y Rusia. A
través de algunos contactos televisivos, el primer mandatario nacional dialogó
con las autoridades militares de algunas regiones del país, quienes le
manifestaron su lealtad, saludándolo con
el lema “Independencia y Patria Socialista”. Incluso, un grupo de
jóvenes soldados paracaidistas, portando boinas rojas, le dedicó unos alegres cánticos militares. En
resumen, todo un ambiente castrense que obliga a plantear la incógnita, en la
línea de los tiempos futuros, cortos o largos,
sobre el mayor o menor acento
militar que tendrá la sucesión del
Presidente Chávez, una vez que ésta se inicie.